—Así que ¿prefieres morir antes que yo?— negué con la cabeza —¿Entonces? Si no quieres morir viuda.
—Podemos morir juntos— solté de una sola —de este modo ninguno sufrirá sin el otro.
Sonreí de lado y acercándome a él, lo besé.
—¡No es justo! Yo quería besarte pri…— se detuvo al sentir mis labios junto a los suyos.
—Gané— susurré mientras me alejaba.
Él me tomó del brazo haciendo que nuestros cuerpos quedaran cerca, una sonrisa se formó en sus labios y se acercó a mi rostro.
—¡Mamá! ¡Ya llegué!— dijo Maxi muy animado mientras entraba junto al rey.
Esteban y yo nos alejamos rápidamente, me acerqué a Maxi mientras lo abrazaba, era la primera vez que me llamaba así y de una manera extremadam
—Mi registro de matrimonio, su majestad, me muestra como Emma Edevane— sonreí y añadí —¿Alguna otra cosa?—¡Ese es tu nombre de casada! Queremos el de soltera— exclamó Esteban.—El rey no lo especificó… pero, mi nombre es Emmalirosa— expliqué y me acerqué a la puerta conteniendo la risa.—Eso no es cierto— expresó Emmanuel riendo.—¡Emma! Todos queremos saber— se acercó Esteban.—Les confesaré cómo me llamo— su rostro se iluminó —si me vences en un duelo— sonreí de lado.—Eso es una trampa… ya he caído con eso— susurró Emmanuel.—Sí… algo me dice que ella tiene un as bajo la manga— añadió el general.—esto se puso más entretenido&mdas
—¡Max! ¿Hay algo que quieras?— preguntó Esteban con una leve sonrisa.Vaya, está tan desesperado que busca sobornar a un niño de nueve años, eso no es algo que debería esperarse de un futuro rey.—No, estoy muy feliz con lo que tengo ahora y lo que deseo no es algo que usted pueda conceder— sonrió de manera melancólica.Esa respuesta hace que me sienta cada vez más impotente ¿Qué sería algo que él puede desear que no haya posibilidad de que el hijo del rey lo conceda, sino traer a su mamá de vuelta?—¡Emma! ¿Estás bien?— Preguntó Esteban corriendo a mi dirección.Asentí en silencio, en ese momento me di cuenta de que estaba llorando, no importa cuanto me esfuerce, es imposible que yo pueda reemplazar a una madre, eso es más que cierto, pero, ¿No puedo hacer
—Además de leer los ojos, es un poco convencido, su majestad— sonreí de lado.—Señora Emma, los ojos no mienten ¿Recuerda que prometimos decir la verdad y nada más que la verdad?— arqueó su ceja.—Efectivamente… en ese caso tendré que darle una respuesta afirmativa, tiene toda la razón— me giré dando unos pasos a su lado y un suave golpe en su hombro.Esteban con una pequeña sonrisa en el rostro, tomándome del brazo hizo que me estrellara con su pecho.Levantó con una de sus manos mi rostro su mirada estaba puesta de manera fija sobre mí. Su lenta aproximación hacía que mi corazón se acelerara y mis ojos se cerraran instintivamente hasta que pude sentir sus labios sobre los míos, al alejarnos escondió detrás de mi oreja un mechón rebelde y me acunó entre sus brazos.
Él asintió repetidas veces, había tragado muy grueso.—Lo siento— rio por lo bajo, aunque también estaba temblando.Gracias a Esteban, pude hablar un poco más acerca de las cosas que me preocupaban, daré todo de mí para garantizar el bienestar de nuestro hijo.—¿Crees que es hora de volver a casa?— pregunté regresando a mi posición original.—No, aún hay algo que quiero hacer contigo— respondió Esteban mientras se colocaba de pie y extendía su mano.Volvimos al caballo, después de un momento llegamos a un lugar que no había llegado a ver, bueno, ya son dos.—Emma, cierra los ojos— susurró.Asentí e hice como me pidió, él me guio con cuidado por un tiempo, no sé realmente cuánto fue, porque me pareció un siglo.—&iques
—Creo que ese es un plan muy arriesgado, recién tengo nueva consejera y ella ya quiere correr a la muerte— comentó el rey.—Pero si no hacemos nada, ni el rey, ni su hijo, nuera y reino existirá más, es un sacrificio que es necesario hacer, además no puedo quedarme cruzada de brazos mientras mi hermano está en una mazmorra— argumenté.—Emma… ¿Estás segura de esto?— preguntó Esteban tomando mi mano.—Sí, estoy más que segura que es la elección correcta para el reino. Sugiero que el rey se quede y vayan Esteban y los generales del ejército a la guerra, claro está que debemos exceptuar al que comandará al que quedará aquí en este lugar.—Eres muy testaruda, así que mejor te hacemos caso, no se me ocurre nada más— dijo el General.—¿Có
La reina pareció quedar complacida con mis palabras. Su gesto de sorpresa fue lo que me aseguró mi paso directo con el rey, dos días después ya estaba en un paseo con el príncipe, su apariencia era callada, pero por lo que me dijo Lilian sería fácilmente manipulado por la reina.—El clima es bastante agradable ¿No es así?— musité mientras intentaba ir a la par de su caminar.Él asintió en silencio y disminuyó el paso, era bastante extraño ve a alguien que casi no habla.Luego de resignarme a hacer que hablara, comencé a observar a nuestro alrededor. Había una gran diferencia entre la clase «Alta» y la clase «humilde». Contemplar en ellos el deseo de sobrevivir mientras en el palacio estaba lleno de oro y riquezas, realmente me sentía impotente en este lugar.—¿Se encuentra bien?— preg
—¡Esa es la razón por la que la reina habla tan bien de ti! El ejemplo de una verdadera princesa— exclamó con orgullo.—Podríamos sacarles información— añadió el príncipe.—Conozco una buena manera para hacerlo… pero, no puedo decirles aún, no pueden saberla… el matrimonio aún no se ha efectuado así que por la tradición de mis padres tengo prohibido dar detalles sobre ella— sentencié.—Eso tiene sentido— Aclaró la reina —Ve con ellos y nos declaras qué lograste sacarles— asentí con una reverencia y junto a los guardias llevamos a Esteban con mi hermano.—Ya pueden irse— ordené.Ellos hicieron como les ordené y ya en un ambiente más intimo pude hablar con mi familia.—Veo que hiciste un gran trabajo hermana— me despe
Después de un par de copas la sobriedad lo abandonó por completo, estaba bastante risueño y la diferencia que había con su «versión sobria» estaba a un abismo de distancia.—¿Le he dicho lo bella que se ve con ese vestido?— se acercó a mí.Sus movimientos eran bastante torpes, denotaban con facilidad que el efecto de aquella bebida y su combinación con aquella medicina estaba comenzando a manifestarse.—Su majestad… es la quinta vez, pero no me canso de escucharlo— sonreí.—No es correcto que una dama esté a solas en la habitación de algún hombre… sin importar si es o no su prometido… Sin embargo, usted tiene claridad en eso ¿No es así princesa?— acarició mi cabello,Si Esteban lo observara de esta manera le habría bajado una mano.—Conozco perfectament