Alejandra Santoro jamás sintió necesidad por indagar en el sexo en sus 20 años, en su vida tuvo curiosidad así sea por saber lo que era un beso, su mente jamás había sido corrompida por los deseos carnales, pero ahora entendía muy bien lo que le estaba sucediendo, todo eso que llevaba dormido dentro de su ser, pedía a gritos salir, Simón la veía con burla y no le importaba, solo podía sentir como las manos de aquel hombre envolvían su cintura, con una lentitud que provocaba dolor, era como si pasaran un hierro caliente por cada lugar que él tocaba, su mente gritaba que lo alejara, que corriera lejos de cualquier tentación que Simón le pudiera ofrecer, pero su cuerpo estaba estático, receptivo, ansioso y deseoso de ser tocado.
Simón la pego a su cuerpo, sin decir palabra alguna, sin separar sus miradas, Ale se agito con aquel contacto, podía sentir sus pezones rozar el pecho desnudo de Simón, mientras su corazón golpeaba una y otra vez contra su interior, se sobresaltó al sen
Simón termino de bañarse por segunda vez en la noche y se dejó caer sobre la gran cama que ocupaba el centro del cuarto, coloco sus manos cruzadas detrás de la cabeza y procedió a analizar lo que había sucedido.Mientras la luz de la luna se reflejaba en el techo de la habitación, Simón rememoraba la suavidad de la piel de Alejandra, los gemidos tan necesitados de placer que por sus carnosos labios salieron, el brillo de sus ojos y lo mejor… la oscuridad en ellos, la santa tenía un lado oscuro y estaba dispuesto a ser él quien lo saque a flote.— La mejor follada de la historia.Eso fue Alejandra para la BESTIA, este hombre siempre tomaba lo que quería, vírgenes, no tan vírgenes y expertas, por lo que la estreches de Ale no lo impresiono, la humedad en su vagina tampoco, el dulce sabor de su boca no era como que no lo había probado antes, ¿entonc
La finca estaba revolucionada, un gran banquete y una larga mesa esperaban por ellos, LA SANTA HIJA DE LA SOMBRA había regresado, toda la familia lo sabía y a pesar de que las circunstancias molestaban a más de uno lo dejarían pasar, por ahora.Simón se sorprendió de sobre manera al ver llegar a dos ancianos a la finca, nunca los había visto, pero sabía perfectamente quienes eran, un hombre de unos 80 años, que a pesar de la edad caminaba firme, se notaba que en sus años de juventud fue una persona imponente, mientras la mujer a su lado de unos 70 años irradiaba luz, eran los padres de Victoria, los abuelos de la santa y solo bastaba verlos para saber de dónde había sacado semejante genética la mujer, Amir se mostraba con un autocontrol impresionante, mientras saludaba a sus hijos y nietos, se notaba que hacía tiempo no estaban todos juntos como ahora,
Durante todo el día Simón estuvo cautivado por la forma de relacionarse de todos a su alrededor, parecían una familia como cualquier otra, adinerada, pero feliz y normal, no había guardias armados merodeando alrededor, ni miradas de envidia por la clase de poder que cada uno poseía, tampoco se habló de negocio alguno, aun así en más de un momento se sintió sumamente incomodo, Giovanni posaba sus ojos en él de una manera amenazante, mientras el resto de sus familiares lo trataban como si fuera un viejo amigo y no alguien que acababan de conocer, también pudo apreciar la molestia en el rostro de los abuelos de Alejandra, cada vez que observaban a Samuel perseguir a la joven como si de un perro faldero se tratara, se preguntaba si aquel hombre tenía dignidad o si carecía de ella.— Te lo advertí Simón. — la voz de Gio venia de su espalda, el d&
El corazón de la santa golpeaba contra sus costillas a un ritmo frenético, tenía miedo, Simón era una persona impredecible, por un momento pensó en defenderse de su agresión, solo por un momento, hasta que el hombre tomo sus labios con violencia, jalo un poco más fuerte su agarre obligándola de esta forma a abrir su boca, la cual invadió de inmediato, la lengua de Simón recorrió cada lugar de la humedad cavidad y hasta obligo a Alejandra a imitar sus movimientos.— Ale, no me interesa escuchar tu defensa, entiende que mientras estés conmigo no debes nombras a tu Dios, yo a cambio dejare a mi BESTIA guardada. — dijo de forma agitada tratando de recobrar la cordura.El pene del hombre no solo había crecido de tamaño, también tenía unas gotas de humedad en su punta, ver a la joven temblar bajo su mano lo excitaba de un modo enfermizo, por lo qu
— Familia les presento a Amir Santoro. — dijo con la voz cargada de felicidad y amor, la santa hija de la sombra.Simón estaba con la vista fija en aquella pantalla, podía jurar que ese bebé lo veía y acusaba, su rostro ya no estaba relajado, ahora la seriedad lo cubría, podía escuchar los gritos de alegría de los presentes, Alejandra lo había conseguido, sin duda era una santa, pero también una gran estratega, al mostrar la ecografía en 3D de su hijo provoco que los asesinos y mafiosos más despiadados y temidos del mundo se rindan ante aquella imagen, aun sentado en el suelo de la sala se atrevió a girar su rostro, como si estuviera en cámara lenta, tratando de que nadie prestara atención a este hecho, llevo su mirada cargada de preocupación a Dante, esperando encontrar en él su propio reflejo de desesperación, pero no fue así, y eso
Los jóvenes creyeron tener suerte cuando al ingresar en la gran casa de la finca la encontraron vacía, sin toparse con nadie ingresaron en el cuarto de Alejandra, no era la primera vez que Simón ingresaba en aquella habitación, pero a diferencia de esa vez, ahora tenía tiempo para ver y analizar su decoración, mientras la joven se duchaba, la BESTIA se sentó en la amplia cama de la joven, la cual tenía barrotes de bronce y no pudo evitar imaginase atando a Ale allí, pero rápidamente esa idea fue borrada al ver que sobre la misma había colgada una gran cruz, lo siguiente que su campo de visión capto fue la biblia que reposaba en la mesa al lado de la cama, asqueado con tan religioso panorama dio vuelta su rostro, las paredes de color crema con unas líneas celestes gritaban romanticismo, al igual que el escritorio frente a una gran ventana, donde un jarrón de cristal sostenía
Alejandra corría por el viñedo percibiendo como su corazón se rompía en mil pedazos, se sentía la persona más estúpida del mundo por creer que alguien tan fuerte, decidido e imponente como Simón se hubiera fijado en ella, ella que no era más que una mujer a medias, una mujer que no estaba a la altura de alguien como la BESTIA, demasiada inocencia, demasiada dulzura, demasiado tonta romántica, estúpida y soñadora. No podía culpar a Dios por esto, toda esta situación la había causado ella misma, Alma se lo había advertido.— No confundas calentura con amor, prima, Simón es un hombre de mundo o mejor dicho de putas, y tu querida mía no lo eres, solo… no dejes que te use, toma de él sus besos y un poco de experiencia, disfruta tu juventud como nosotras y luego busca a alguien que realmente te respete y cuide como te lo mereces.Esas palabras se repetían en su mente, ella era muy “inocente” para el gusto de la BESTIA.— Soy una tonta. — dijo en un susurro mientras descansaba apoyada en un
El sol brillaba anunciando la llegada de un nuevo día, para la mayoría de los italianos sería un día más, cargado de problemas, soluciones, preocupaciones y esperanzas, pero para otros sería un día que jamás olvidarían.Cada medio de comunicación lleno sus páginas y sitios web con una sola noticia, la finca de la familia Santoro, respetados empresarios italianos había sufrido un atentado, algunos medios más osados apuntaban a la vistita de la familia Zabet, como verdaderos blancos de aquel hecho, y que los pobres Santoro solo fueron un daño colateral, algo que a nadie le importo y que no gastaron fuerzas ni energías en confirma o negar tales dichos.— Señor Santoro, ¿es verdad que su familia y su tranquilidad se vio afectad por la visita de la familia de su esposa? — pregunto una mujer rubia de un medio internacional y Alessandro siguió subiendo los escalones de cemento sin siquiera dedicarle una mirada.—Señor Alessandro algunos medios de comunicaciones están afirmando que usted no e