Decidí pasar por la farmacia antes de volver a casa, compré dos pruebas de embarazo para así esta vez cerciorarme de que esta vez no hay ninguna equivocación.
Camino de vuelta a casa, pero siento que alguien me persigue, volteo hacia atrás y veo a un hombre vestido de negro que está a unos metros de distancia en la calle. Vuelvo la mirada al frente y aprieto el paso, sintiendo un mal presentimiento, una voz interna que me informa que estoy corriendo peligro.
Cruzo en una esquina y vuelvo a observar hacia atrás y veo que el hombre, el cual al llevar una gorra negra no puedo verle el rostro, está muy cerca. Comienzo a correr porque sé que ahora estoy siendo perseguida.
Llego a la casa y con desespero saco las llaves de mi bolso, pero al tener las manos sumamente temblorosas se me complica abrir. Al lograr hacerlo, cierro el portón a toda prisa y después abro la puerta principal, par
Decidí sentarme en un mueble blanco cerca al balcón donde se apreciaba la ciudad nocturna. Rossy en un principio me acompañó, tal vez apiadándose de mí al verme tan sola. Yo era una muñequita bien arreglada para la fiesta, pero mi actitud aburrida espantaba a todos los interesados que querían sacarme a bailar. Rossy no pudo soportar tanto aburrimiento y después de haber rechazado la invitación de dos amigos, a la tercera invitación aceptó y se fue alegre a la pista de baile.Un mesero me ofreció una margarita y decidí aceptar, empezaba a notar que mi noche sería bastante larga. La principal motivación que había tenido para aceptar la fiesta fue destruida al ver a Adam Sanders besándose con unas larguiruchas modelos en el jacuzzi.Me consolaba tener tan linda vista, era imponente y sumamente exclusiva, nunca había visto la ciudad desde aqu
Acepté bailar con Adam esa noche para demostrarle que no me intimidaba y mucho menos lo despreciaba, quería hacerle ver que me daba igual, aunque sabía muy bien que no era así.La atracción sexual entre los dos era más que evidente. Sus manos recorrían mi cuerpo cuando bailábamos y nuestras pieles estaban encendidas.Al día siguiente Natalie y Rossy me interrogaban sumamente emocionadas para saber cómo terminó Adam persiguiéndome toda la noche. Yo intentaba restarle importancia, diciéndole que entre los dos no sucedía nada, pero las tres sabíamos que esa era la mayor mentira que podía salir de mi boca.Adam comenzó a visitar la librería casi que a diario, aprovechando que en la terraza estaba condicionada con mesas y un hermoso jardín donde los clientes podían sentarse a tomar café mientras leían los libros que
Las dos pruebas de embarazo dieron positivo.No sé cómo decirle a Adam que por fin estoy embarazada. La discusión que tuvimos en su casa el domingo dejó nuestra relación fragmentada. El lunes estuvimos extraños, estar juntos en la misma habitación me parecía incómodo.Adam aún no me perdona por haberlo rechazado en el pasado, su mirada dolida cuando me reclamó esa noche me lo hizo saber.Me paseo por la habitación sosteniendo las dos pruebas de embarazo. Positivo, qué palabra tan poderosa.Ya estoy lista para marcharme al trabajo, pero quiero dilatar el tiempo, porque sé que debo decírselo.El timbre suena y me asusto. Hugo.Corro con miedo para observar por el balcón. Es un mensajero que trae un enorme arreglo de rosas.Guardo las pruebas de embarazo en el bolso y bajo a abrir.Cuando acomodo el arreglo de r
Adam organizó una nueva fiesta un mes después de haber realizado la última y esta vez llegó directamente a la librería para invitarme.—Tiburona —saludó al llegar hasta el mostrador.—Que me dejes de llamar así, niñito rico —gruñí.—Por favor, no hagas un drama —pidió con tono sarcástico.—¿Qué es lo que quieres? No puedo perder el tiempo contigo, insignificante —volví a gruñir, pero esta vez entre dientes.—Sólo pasaba a decirte que haré una fiesta y quiero darte el gran placer de ser invitada —soltó con tono casual mientras observaba uno de los libros apilados en el mostrador para exhibición—. Claro, es mi muestra de caridad para el proletariado y pues tú haces parte de ese gremio. —Me barrió de pies a cabeza—. Espero
Natalie está a punto de tener su bebé, hemos planeado un baby shower en el restaurante, quiso que fuera estilo princesa con todo rosado. Poder ayudar en la organización me hizo mucha ilusión, pensando que en unos meses podré estar organizando el mío.Para enviar las invitaciones hicimos un listado sentadas en el patio de mi casa, ella comía una bandeja de mango maduro (uno de sus nuevos antojos) y me iba dando nombres que yo iba anotando en una libreta de apuntes mediana.—¡Claro, debemos invitar a Rossy y Sebastián! —exclamó mientras me apuntaba con el tenedor y con la otra mano se acariciaba la panza—. Hace poco hablé con ella, están en la ciudad, al parecer están pensando en comprar una casa.Pasé saliva al escuchar los nombres, hablar de Rossy era remontarme a mi pasado, a esos años donde fui sumamente feliz: antes de la cat&aacu
Después de haber tenido sexo con Adam por primera vez en su penhouse creí que había comenzado una relación entre los dos, pero después que se acabó la fiesta, no lo volví a ver por días. No tenía su número, así que no pude escribirle para saber si estaba enojado conmigo por algo que dije o hice.Estaba contrariada, ¿acaso había caído en su trampa de seducción? ¿Consiguió lo que quiso y ya no se sentía interesado por mí?No iba a la librería, tampoco les preguntó a mis amigos por mi número. Simplemente… Adam Sanders no le interesaba verme.No les confesé a Rossy y Natalie sobre haberme acostado con Adam, sabía que se enojarían cuando llegara al punto de la historia donde él me ignoraba.Nos volveríamos a ver, en un punto, volveríamos a vernos. As&i
Adam me llevó a casa esa noche. Nuestras primeras horas siendo novios. Decir que todo al inicio de la relación se dio con tranquilidad y naturalidad sería mentir. Los primeros días fueron torpes (por mi parte) y caóticos, lleno de tontas discusiones (por parte de Adam). Después pasamos al desenfreno de sexo y situaciones inesperadas.Creí que no llegaríamos al primer mes, de hecho, no le confesé a nadie que éramos novios hasta después del tercer mes, cuando entendí que Adam iba muy serio conmigo.Me parecía raro que el playboy más codiciado del país se fijara en mí, y agregado a ello, decidiera dejar su vida de desenfreno para que la relación conmigo funcionara. En ningún momento le pedí a Adam que cambiara, lo hizo por voluntad propia y eso fue lo más extraño.Pero ese primer día de rela
El baby shower de Natalie y mi hermano Marco terminó sin ninguna novedad. Los ayudé a limpiar para que pudieran irse a casa temprano y descansar. La playa estaba calmada esa noche, el cielo colmado de estrellas y el ambiente tranquilo.Marco me llevó a casa en el auto, observaba a todas partes, casi como si vigilara. Notaba por el retrovisor que su entrecejo se fruncía. Como estábamos acompañados de Natalie no pudimos hablar sobre la preocupación que a los dos nos atusaba: Hugo.—Cierra bien las puertas y las ventanas —me pidió antes de que me bajara del auto.—Así lo haré —acepté mientras abría la puerta para bajarme.—Y escríbeme antes de que vayas a dormir —insistió.—Sí… tranquilo, estaré bien —calmé.Lo vi pasar saliva y me envió una última mirada preocupada. Natalie, que cabeceaba por el sueño no se percató que entre mi hermano había una conversación con las miradas.—Voy a estar bien —repetí.Esta vez Marco me mostró una sonrisa que logró tranquilizarme.Nuestra relación no era