En estos momentos estaba tumbado en uno de los sillones que había en esa gran habitación, mirando la tele que estaba en frente de estos, encima de un mueble.
Cada uno de nosotros cogió una llave al azar, no sé qué habitaciones les habrá tocado a los demás, ya que desde que llegamos, no he salido para ir con alguno de los chicos.
Llevamos en el hotel alrededor de dos horas y yo ya me estaba empezando a aburrir, había cambiado de canal tropecientas mil veces, no sabía que ver.
Podría haber vaciado las maletas mientras hacía tiempo y venia alguien a buscarme, pero me daba mucha pereza, aparte de que no me habían dicho cuanto tiempo estaríamos en este hotel, ya que tendríamos que viajar a nues
—Como ya te comentamos, el edificio no estaba en Poznań, el edificio está situado y construido bajo en tierra en unas de las ciudades más importantes de Polonia, Gniezco. Esta ciudad es muy importante, si nos ponemos profundos, la ciudad de Gniezco es la cuna del estado. Fue la primera capital del país y también fue coronado Bolesław Chrobry como primer rey de Polonia. Por si no lo sabias estamos en el centro-oeste del país, en el centro regional de la gran Polonia. Gniezco está a cincuenta kilómetros de Poznań —cuenta Eunika. Puedo llegar a pensar que está empezando contar por aquí, para que comprendamos bien porque eligieron ese lugar para hacer el edificio y tener retenida a Nadzia.—¿Entonces para que nos alejamos de allí si tenemos que volver de nuevo? No lo llego a comprender.
—¿Estas bien?Mi frente estaba pegada a la pared, respiraba regularmente. Mi hermana se encontraba detrás de mía. La había escuchado.—¿Estas bien? —Pregunta de nuevo, al ver que no le respondo —Te estamos esperando.Carraspeo, para que la poca tos que tengo se vaya y pueda hablar a la perfección.—Sí, me encuentro bien Alenka. Ahora me reúno con vosotros en unos instantes —como conocía muy bien a mi hermana, sabía perfectamente que no se iba a mover hasta que yo me moviera del sitio.—¿Vienes? — ¿Para que debía ir? Yo ya sabía porque estab
Quizás unos meses atrás me hubiera carcomido por dentro al hacer lo que acabo de hacer apenas hace unas horas; dejar a una persona en contra de su voluntad atada.Miloslaw sin decirle nada, pensó rápidamente y cogió la lanza para que cuando llegara Florián y sus hombres no la encontraran.Nos encontrábamos en una furgoneta todos, lo que no sabía era de donde la habían cogido. ¿Eran capaces de robar una furgoneta? ¿Sería prestada? Y si es esa la opción, ¿Quién nos la prestaría? Yo en este lugar no conozco a nadie.Como me conocía casi a la perfección y no se me iba a quitar la duda de la cabeza, preferí preguntarles.
El animal se coloca a un costado de mí para que yo pueda avanzar y llegar hasta el árbol. Antes de avanzar a cualquier parte, me doy la vuelta y me fijo en Rafal, que tiene una cara de espanto al ver a semejante animal.—Rafal mantente sereno. No va a pasarme nada —Alzo bastante la voz para que pueda oírme. Aparte de que está a una distancia considerable, hay que añadir el viento.Veo que él hace muecas raras a la vez que asiente. Sé que no está muy conforme con lo que voy a hacer y a la vez estará pensando que es una maldita pirada de olla.—Solo te pediré algo —Chilla. Yo asiento para que prosiga —, ve con cautela.Sé que no es
El humo salía denso pero con potencia fuera de mi cuerpo sin control alguno. Siento a Alenka, Witold, Julek y Rafal, acercarse demasiado a mí. ¡Se pegan como unas lapas!—No os va a pasar absolutamente nada. Quedaos tranquilos.No tengo ni la menor idea si esas palabras les va a tranquilizar, seguramente que no. Ya que es la típica respuesta que se da en estos casos.—Si intentas que alguien se serene, no es el momento. Te voy a decir algo; los cuatro estamos a punto de tener un ataque —que manera de exagerar las cosas. No es para tanto.No hago mucho caso a las palabras de Julek, puesto que tengo en mis manos a Jedrek, Bogdan y por último y casi más importante...a Flori&aacut
¡Hemos llegado! Ya estamos pisando tierra estadounidense. Mientras íbamos hacia el aeropuerto más cercano Jedrek y Bogdan ya se encontraban un poco mejor y nos han dado un poco la tabarra. Nos decían que no los podíamos llevar con ellos, que era secuestro, pero cuando les hemos dicho que los dejábamos en medio de la carretera, se han mantenido callados, sin decir ni una sola palabra. Aunque a veces cuando iban a decir algo Rafal frenaba de improvisto y volvían a mirar por la ventanilla que tuvieran al lado.En estos instantes, acabábamos de aterrizar en Detroit, estábamos poniendo todo lo que traíamos —que no era mucho —en el maletero de unos taxis.Estábamos debatiendo haber quienes iban con quienes en cada uno de los taxis y al parecer no nos decid
Hace apenas diez minutos me había levantado de la comodidad de mi cama. Siempre me ha costado levantarme voluntariamente, pero no sé si es porque deben estar al caer mis padres y bisabuelo, que me encuentro de los nervios.Cuando ya me había vestido y estaba listo, Sali de mi habitación rumbo a la planta baja de palacio.No sé el porqué, pero siempre me encuentro los pasillos y las estancias vacías y parece como si estuviera solo, aunque ese no es mi caso. Recorro los corredores a un paso bastante lento, como si no tuviera prisa por desayunar.Me estaba muriendo de hambre, pero también de sueño e iba como un zombie andando por los pasillos.Al llegar a la escalera, me agar
—No te preguntare nada más entonces, te dejaré solo. Si necesitas ayuda, estaré cerca, solo grita —me dice mientras deja la cocina cerrando la puerta.Me quito la mochila y la dejo en la encimera a mi lado, abro la cremallera de ella y saco con cuidado los huevos y los dejo a un lado.Oigo como hierve el agua y es hora de poner los huevos con sumo cuidado. Antes de hacer algo mal, voy a por las pinzas. Abro uno de los cajones donde deben estar guardadas, rebuscando un poco en el cajón, las encuentro al fondo de este.—¡Ya te tengo!Ya con las pinzas en la mano, me giro y me pongo delante del fuego donde está la olla hirviendo.
Último capítulo