Elizabeth Western Diamond Western Group — ¿Y la nueva publicidad está lista para ser lanzada?—pregunté al jefe de marketing. —Así es, mañana a primera hora empezará a circular. —cerré la carpeta y se la entregué. — ¿Necesita otra cosa más, señorita Western?—negué. —Está muy bien todo, gracias. —Scott salió y cuando lo hizo, momento después tocaron a la puerta, pensando que se le ha olvidado algo. —Adelante—la puerta se abrió y apareció Georgy con una gran sonrisa de oreja a oreja, los hoyuelos de sus mejillas aparecieron, era uno de tantos encantos que tenía mi hermano menor. — ¡Eli! —saludó y caminó hasta llegar a mí, me abrazó y luego se sentó en mi regazo. — ¿Qué haces? ¿Tienes mucho trabajo?—preguntó mirando lo que tenía sobre la superficie del escritorio. —Tienes que enseñarme lo que quedó pendiente, ¿Cómo sabes que todo está bien? —Eso lo hablaremos después, —lo miré y dejé un beso tronado en su mejilla. —Ya estoy terminando, ¿Vienes con los abuelos o con mamá?—pregunté,
Ezra Winter—Qué cara tienes, —dijo Alexa del otro lado de la mesa, levanté la mirada de mi plato y luego la observé. —Alguien está de mal humor. —Para ser una niña de casi nueve años, es demasiado observadora como su madre. —No estoy de mal humor, es solo que estoy cansado. ¿Terminarás algún día tu pasta?—ella sonrió mostrando un hoyuelo del lado derecho.—Sí, cuando vengan los reyes magos. —sonreí a medias y ella lo notó. — ¿Qué tienes? Estás extraño, ¿Pasó algo? —Es por el trabajo, tengo mucho, nada de qué preocuparse.— ¿Es por el proyecto del nuevo hospital?—suspiré y luego afirmé lentamente sin dejar de mirarla.—Una vez abriéndolo, podrás recibir atención médica, lo ha prometido George antes de morir. —ella bajó su mirada a su plato de pasta y suspiró. — ¿Qué pasa? —A veces se me olvida que tengo leucemia hasta que mencionas a tu amigo que murió de cáncer. —Pero tú no vas a morir, ¿Escuchaste? Sigo pagando tu tratamiento, así que no morirás. —dejó a un lado su tenedor con p
Elizabeth WesternHospital “Un nuevo amanecer Western-Ward e hijos”Llegué al hospital exactamente a la hora que mi madre me había dicho, vi la camioneta y saludé a Theo, quien sonrió al verme. Crucé la puerta temporal a lado de la entrada principal del hospital que seguía en obras, cuando crucé me encontré con Ezra, casi no se dio cuenta de mi presencia.—Elizabeth—dijo de repente sorprendido cuando casi chocábamos.—Hola, Ezra, ¿Sabes dónde está mi madre? —él asintió. —Vengo por lo del mural.—Está en la tercera planta, toma el elevador y al salir, en la primera vuelta das a la derecha y ahí debe de estar.—Gracias. —luego lo esquivé pero algo me hizo detenerme, me volví a él, pero él seguía su camino a la salida. —Ezra. —se detuvo para volverse hacia a mí.— ¿Sí? —no supe por un momento que decir, pero creo que él asumió que no había entendido nada de las indicaciones. —Derecha. —dijo y señaló en lo alto.—Sí, sí, lo sé, quería darte las gracias de nuevo por lo de hace días atrás.
Elizabeth WesternDos semanas después. / Hospital “Un nuevo amanecer Western-Ward e hijos”—Dos semanas desde que empezamos el diseño y ya llevamos más de la mitad del trabajo—dijo mi madre sorprendida mirando el muro delante de nosotros. Ya teníamos en su mayoría marcado en lápiz para después empezar a la otra etapa del diseño.—Sí, somos buenos y rápidos, mamá. —dijo Georgy orgulloso de lo que estábamos haciendo.—Bueno, tenemos que comer...—nos señaló una canasta y nos sentamos en el suelo que ya habíamos limpiado, sacó sándwiches y unos jugos naturales que ella hacía. Comenzamos a comer en silencio mirando de frente el mural. “Padre, estaríamos emocionado de ver lo que estábamos haciendo.” — ¡Oh, ya están almorzando! he llegado tarde—dijo Ezra acercándose a nosotros con una caja de pizza.—Ezra has llegado tarde pero te hemos guardado. —dijo mi madre, estas dos semana el arquitecto Ezra Winter se había acercado bastante a nosotros, almorzábamos juntos y conversábamos. Nos enteram
Elizabeth WesternEntré a la oficina y me cambié a toda prisa, mi madre entró y cerró la puerta detrás de ella.— ¿Eli?—la miré mientras seguí cambiándome. — ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué estás...así? ¿Estás molesta?—No. —solo respondí, cuando finalmente me cambié, tomé mis cosas para después irme, pero ella bloqueó la puerta. —Dime que es lo que pasa. —negué.—No pasa nada, ya es hora de irnos, mañana tengo mucho trabajo, madre. —Elizabeth, habla. No te sigas callando lo que has guardado tan celosamente para ti, ¿Crees que no me doy cuenta que estás a punto de explotar? Soy tu madre, te conozco. —las lágrimas comenzaron a acumularse en mis ojos y desvié la mirada. —Solo estoy cansada y mi mente está vagando por qué tengo mucho que hacer mañana. —mentí. —Mírame. —Pidió mi madre, —Elizabeth. —controlé las lágrimas, como controlé mis sentimientos que tenía en mi interior necesitando salir a mares a la superficie. —Habla. —Madre, por favor. No me presiones. —pedí en un susurró que
Elizabeth WesternMansión Western-Ward—“Soy Ezra, este es mi número y espero no te moleste como lo conseguí, IW.” Releí una y otra vez el mensaje de él, no sé por qué no me había atrevido a contestar de inmediato, quizás para no verme ansiosa o algo así. Leí que estaba aún en línea, mi corazón se agitó con fuerza, vi su foto de perfil y era él, una sonrisa tonta apareció en mis labios.—“Hola”—luego le di enviar, momentos después, las dos palomitas se cubrieron de un azul en señal de que ya había leído, mi corazón latió más rápido aun cuando la leyenda: “Escribiendo…” apareció. — ¿Qué dirá?—“Hola” —arrugué mi ceño.— ¿Solo será un “Hola” y ya? —suspiré y lo dejé sobre la cama, me daría un baño y dejaría de comportarme como una adolescente. Entré a la ducha, al terminar empecé mi rutina de cremas y cuando finalmente salí de la habitación, la pantalla estaba iluminada, corrí a la cama y estaba entrando una llamada de él, deslicé para contestar. — ¿Hola? —puse los ojos en blanco al esc
Elizabeth WesternMansión de los abuelos Western—La cristalería, y la mesa de postres, ya está listo. —le dije a mi abuela, pero al no ver una respuesta de ella, giré mi rostro. Ella estaba dormida con su cabeza mirando su regazo. Acaricié su mano que estaba recargada en uno de los brazos de la silla de ruedas, ella se sobresaltó y abrió sus ojos.—George, dime. —dijo de repente, miró por la habitación y luego sus ojos se posaron en mí. —Elizabeth, mi niña, ¿Sí?—susurró. — ¿Qué es lo que ya está listo?— ¿Por qué mejor no nos dejas a Marie y a mí hacerlo y tú descansas?—propuse con el nudo en la garganta, ella sonrió y asintió. —Me parece perfecto, ya me has ayudado con mis cumpleaños anteriores y sé qué ya estás lista para encargarte de eso cuando yo no esté. —arrugué mi ceño.—Todavía te falta mucho por vivir abuela, no ha sido el tiempo suficiente para disfrutarnos la una a la otra. —ella suavizó su mirada. —Oh, mi niña, —estiró su mano y acarició mi mejilla. — ¿Quieres saber un
Queridos lectores, entro rápido por qué no tardan en acabarse mis datos, no he podido actualizar como estaba organizado por una situación que se ha salido de mis manos, mi madre está internada de situación totalmente GRAVE en el hospital de hace días atrás, es por eso mi ausencia no es tanto por que no les quiera dar capítulos, sabiendo que amo escribir, pero mi priorioridad en este momento es ella, espero que puedan entender, empezaré a escribir en mi rato libre por la noche desde mi celular (No se asusten si me como una palabra o una coma o acento) y daré todo de mí para que puedan seguir leyendo esta historia y las demás. Hay capítulos que iré programando en estos días para no dejarlos sin historia y yo no perder más de esos días que a nosotros los escritores nos da la plataforma libres y no perder bonos. Gracias por tomarte el tiempo de leer este anuncio y de comprender. Daré todo lo que pueda de mí para darte más historia. Mara Caballero.