GeorgeEstaba sentando en mi sillón reclinable con todo los aparatos a mi lado, tenía un poco más de fuerza, algo que no entendía, pero decía Amal que el cuerpo reacciona de manera distinta a las quimioterapias, radioterapias y demás tratamientos. Tenía fe en que seguiría un tiempo más a lado de las personas que amaba. Las palabras que había tenido en mi sueño en el que aparecía Bryan, se repetían una y otra vez dentro de mi cabeza, era un tipo de mantra que me tranquilizaba.—Aquí tienes un poco de yogurt y cereal, —anunció Marie dejando la charola en la mesa del centro de la sala de entretenimiento. —ah y un zumo de limón combinado con miel, tu hija dijo que había leído que después de una quimioterapia eso es bueno para levantar tus defensas. —sonreí al escuchar eso. Marie se sentó en el sillón de al lado y esperó a que eligiera, pero realmente no tenía hambre. —Tienes que comer, ¿Quieres que vaya y despierte a tu mujer para quejarme? —negué soltando un largo y pesado, suspiro.—Qué
George Las siguientes semanas fueron pesadas, más vómitos, mi cabello siguió cayéndose al grado de decirle a Victoria que me rapara por completo, entre risas –quería hacer esto sin que Elizabeth viera la tristeza que me embargaba- me dejó totalmente sin cabello, Victoria decía que me veía más atractivo y mi hija que se me veía bien incluso me ayudó a quitarme la barba también. Odiaba los efectos de las quimioterapias, me hacía perder toda la fuerza y solo me provocaba dormir por largas horas gracias a las dosis altas de la morfina. Hoy, era uno de esos días que quería mantenerme despierto para ver a mi familia. — ¿Qué te parece los nuevos cambios que le hicieron a la nueva exposición? —preguntó Marie mostrándome en la pantalla de su IPad y con uno de sus dedos deslizaba. —Me gusta mucho. —confesé sorprendido al ver las imágenes del gran salón, noté que ella sonrió. —Las arañas de cristal fueron idea de Victoria, son hermosas y llamativas, quedarán perfectas con el resto del diseño.
VictoriaBoda parte 1Marie ajustó la peineta en lo alto de mi moño y acomodó la mi velo con todo el cuidado del mundo, ella estaba haciendo un puchero para no soltarse a llorar detrás de mí, pero yo la estaba viendo por el espejo.—No vayas a arruinar tu maquillaje, Marie. —ella se sorprendió y nuestras miradas se encontraron en el reflejo, se limpió la orilla de su ojo, noté que en cualquier momento se derrumbaría.—Es que estoy tan emocionada que finalmente se van a casar, después de todo lo que hemos pasado…lo que han pasado. —con cuidado me volví a ella para mirarla de frente.—Gracias por nunca dejarlo, eres un pilar para George y no sabes cuánto significas para él, Marie. No solo por ser hermanos y llevar la misma sangre, eres más que eso, así que nunca lo olvides.—Gracias…—me iba a abrazar pero negó. —No voy a arruinar tu vestido, —se aclaró la garganta de inmediato. —Anda, da vuelta y terminemos con esto. —me sonrió y yo obedecí, al terminar, me dejó a solas en la habitación
George Boda parte 2El sentimiento que me llenó en el pecho era algo que no podía describir con palabras, después de casi once años, aquí estaba, esperando a Victoria caminar por el pasillo para poder retomar una vida de casados que habíamos dejado en el pasado por intrigas y mentiras. “Es hora de avanzar y ser felices con nuestros hijos… hasta mi último aliento”En las sillas de invitados solo estaban los amigos más cercanos a la familia, más bien de mis padres, el doctor, amigo de la familia, amigos de Marie, entre ellos su pretendiente Amal junto con su familia, las amigas de Victoria quienes formaron desde cero su empresa, su ex asistente y otras empleadas, así como la compradora de su negocio y que hacía de vez en cuando colaboración en los diseños de vestidos de noche. Billy también había llegado para estar con su ex cuñada y su sobrina, y aunque no llevase su sangre, para él era como si así fuese, entre otros invitados más, pero eran poco más de cincuenta personas. La música
VictoriaLa recepción fue en el jardín de la casa de los Western, estaba rodeado de torres de rosas rojas y blancas, -Hilary dijo que era mi color y el de su nieta- el pastel había sido de dos pisos y sencillo, una pista iluminada que invitaba a bailar, una mesa y dos sillas con respaldo alto era nuestro lugar, y cruzando la pista, del otro lado, el área donde estaban los invitados. George sonreía emocionado mientras Elizabeth susurró algo cerca de su oído, entrecerré mis ojos y los miré.— ¿De qué se divierten sin mí?—ambos rieron, Elizabeth se fue y George le brilló los ojos de la emoción. — ¿Qué es lo que pasa?—pregunté curiosa. —Nuestra hija tiene un regalo para nosotros. —en cuanto terminó de decir eso George, el micrófono se escuchó encenderse, una voz masculina anunció atención para lo que se tenía preparado. George tomó mi mano y besó mis nudillos, mi corazón se agitó, ¿Qué es lo que tenía Elizabeth preparado? Entonces la voz de nuestra hija sonó por lo alto, ¿Ella estaba can
George Desde mi lugar, miré a Victoria reír a carcajadas con mi padre, ellos bailaban en medio de la pista junto con otros invitados. Suspiré al mirar lo felices que se veían, mi madre bailaba con Elizabeth y reían de algo también, pero donde me dejó sorprendido fue a mi hermana, Marie hablando animada con Amal, mi doctor. Se veía a simple vista que la adoraba, -yo conozco esa mirada- y se unieron a la mesa de la familia de él, al parecer la estaba presentando, mi mano se fue a mi pecho cuando se agitó, cerré los ojos y recordé a Bryan: “—Ella ha sido excepcional a mi lado. —le dije a Bryan. —Y lo fue conmigo también, pronto tendrá su oportunidad de volver a creer en el amor…” Abrí los ojos y sonreí, Amal era su segunda oportunidad para volver a creer en el amor, mi labio inferior tembló al ver que todo estaba pasando como lo dijo Bryan, ¿Entonces también me iré cuando caiga el primer diente de leche de mi hijo? Con mis dedos disimuladamente me limpié la orilla de mis ojos, no pen
GeorgeBora Bora, Polinesia Francesa.Mi mano descansó sobre el vientre de cuatro meses de Victoria, ella dormía aún, tenía su cabello pelirrojo esparcido por toda la almohada, mientras de fondo se escuchaba las olas del mar. Estábamos en nuestra luna de miel en una playa tropical, lejos de todo el ruido de la ciudad, sin pendientes de nada mi enfermeras ni aparatos, solo nosotros y...—Quiero hacer pis—dijo una voz ronca y adormilada de repente, se levantó apartando mi mano, casi corrió al baño. A lo lejos escuché lo que estaba haciendo y yo solo sonreí. —Son las siete—anunció. —La morfina...—Después escuché el agua de los lavamanos, luego pasos y la puerta abrirse. Tenía un pijama de dos piezas, un blusón de tirantes tenía un dibujo en la parte de abajo, y era unas pequeñas manos asomándose, -era un bebé- y tenía solo una pequeña casi diminuta braga a juego.—Buenos días, señora Western. —ella sonrió y acarició su vientre al caminar a la cama, con cuidado se recostó a mí lado y qued
Victoria George bajó de la limusina y nos ayudó a bajar extendiendo su mano hacia a nosotras, caminamos los tres por la alfombra roja, se escuchaba los flashes de las cámaras, él sostenía de la mano a nuestra hija, se acercó para responder unas preguntas de una reportera, pensé, “La he visto” entonces recordé quién era, ella sonreía emocionada hacia a nosotras, George se veía bien, un poco demacrado por las quimioterapias pero hizo todo lo posible para estar sonriendo este día. Después de eso, entramos al edificio, Hilary y Albert, junto con Marie y Amal, nos esperaban en el gran recibidor donde se encontraba más gente elegante, todas las miradas se posaron en nosotros. —¡Bienvenidos!—exclamaron mis suegros elogiando nuestros atuendos, Hilary de inmediato a poner su mano en mi vientre pero siempre antes pidiendo permiso con su mirada, yo siempre la dejaba, estaba loca por sus dos nietos.—¿Cómo te has sentido en tu nueva casa? ¿Cuándo empezaremos a armar la cuna para el pequeño, Geor