VictoriaLa puerta se abrió y apareció Ron, pude notar su gesto de extrañez, y lo sabía ya que con el paso de los años, había descubierto cada gesto en su rostro, sus ojos me miraron después de cerrar la puerta detrás de él.— ¿Y George? —pregunté, Ron miró a Elizabeth que se había quedado dormida, luego me hizo señas de que me acercara a él para evitar despertarla, me puse de pie y nos alejamos de la cama.—George se acaba de ir con una mujer, —arrugué mi ceño.— ¿Con Marie? —él negó.—Creo que era la mujer de las fotos de hace diez años—mi corazón se agitó y pude enmascarar lo que sus palabras habían provocado en mí.— ¿La tal…? ¿Johanna? ¿Esa mujer? —él asintió lentamente.—Estaban conversando cuando salí de la habitación, le di las gracias por lo de nuestra hija, debió de haberla sentido venir por qué se despidió rápidamente y cuando la mujer se estaba acercando cuando de un movimiento se la llevó. —presioné mis labios, imagino que no quería que me encontrara con ella ¡Porque la d
:::::COMIENZO DEL MARA-TÓN SORPRESA::::: George Esas últimas palabras que dirigí a Victoria, como resultado apareció un brillo en sus ojos, ¿Acaso…? ¿Puede ser que después de tantos años ella…? No me atreví a terminar las preguntas que me hice en mi mente mientras nuestras miradas seguían en conexión. Pasó saliva con dificultad y de inmediato giró su rostro hacia donde estaba nuestra hija dormida. —Creo que Ron ha tardado—caminó hacia la salida, pero cuando reaccioné, tenía su espalda contra mi pecho, sentí el calor de ambos. —George, detente. —susurró en una súplica, entonces retrocedí incapaz de quedarme más tiempo tan cerca de ella, pasé ambas manos por mi rostro, cuando las retiré para disculparme, ella estaba cerrando la puerta, dejándome a solas con Elizabeth que seguía dormida. —Dios, ¿Qué ha sido eso?—me llevé una mano a mi pecho y sentí como mi corazón estaba a punto de salir de mi pecho. ¿Por qué aún seguía provocando algo en mí después de tanto tiempo? Pasé saliva con di
George Bajé los escalones mientras ajusté la manga de mi americana, al levantar la mirada cuando llegué al último escalón, me encontré con Victoria esperando en el recibidor. —George—dijo sorprendiéndome su presencia. —Buenos días, —miré el reloj, luego a ella— ¿Qué haces aquí? No me han informado que venías o que estabas llegando—ella disimuladamente me dio un repaso, hasta me miré yo mismo pensando que estaba mal acomodado alguna parte de mi ropa, cuando nuestras miradas se cruzaron ella sonrió débilmente. —El hombre que me abrió dijo que iría a buscarte…Lo siento, he venido sin avisar, pero necesitaba hablar contigo. —Voy a la empresa, tengo una reunión y…—ella me interrumpió. — ¿No debes de estar en reposo? ¿En cama? En tu condición, deberías de disfrutar el tiempo, eres un magnate y tienes dinero para no preocuparte en ir a trabajar. —noté una pizca de preocupación en su tono de voz, suspiré y me crucé de brazos. — ¿Qué es lo que pasa, Vicky? —sus ojos se abrieron un poco m
Victoria Tenía que salir corriendo pero ya, pero mis piernas no respondieron, en primera, no sabía por qué le había dicho eso, por qué una parte de mí quería castigarlo con el pasado, quizás y él tampoco la pasó tan bien como siempre lo he pensado. Mi corazón no terminaba de tranquilizarse, quería cruzar y abrazarlo, quería sentirlo una vez más, ¿Cómo decirle que antes de irse de nuestras vidas, me regrese mi corazón? Entonces las preguntas me asaltaron y me negué a ir por ese camino y con más razón en este momento que nuestras miradas seguían conectadas como antes lo hacíamos. —No vayas a llegar tarde a tu junta—apreté el cordón de mi bolso y finalmente mi cuerpo reaccionó, me volví a la salida, aun con el “tum, tum” de un corazón a punto de salirse de mi pecho, llegué tan rápido a la puerta principal, que choqué con Marie. — ¿Victoria? —agité mi mano en saludo y en despedida mientras cerré la puerta detrás de mí, bajé los escalones y llegué hasta mi auto, subí y con las manos temb
GeorgeDías después…Olas estrellándose, la brisa del mar, el graznido de las gaviotas, y mis pies enterrados en la arena mientras el sol desapareció por el horizonte. El destello final era hermoso, primera vez que lo presenciaba. Durante tantos años, solo pude descrito en novelas, o verlo en revistas, pero hoy, lo estaba disfrutando en carne propia. Y todo era tan irónico, teniendo el dinero y poder de hacer lo que quisiera, no me había dado el tiempo de ver esos detalles. ¿Por qué ahora que es cuando voy a morir veo con más claridad a mí alrededor?Después de lo que sucedió en el taller de Victoria, por primera vez en diez años, me sentí apenado por el impulso de mis emociones, me había obligado a no cruzar una línea y a no pensar más, pero cuando reaccioné con cordura, fue cuando ella me detuvo. Ahora cualquier reunión que tuviera con ella, sería acompañada de Ronald. Y con justa razón.— ¿Listo? —escuché a mi espalda, los pies de Marie interrumpieron mi panorama. —Está siendo frío
GeorgeCasa de los Harper. (Familia de Bryan) Después del funeral, estábamos en casa de los padres de Bryan, apoyándolos. Marie se había quedado bastante callada desde que la había llevado a casa de nuestros padres. No permitieron que se fuera conmigo, me había sorprendido su solidaridad, pero en sí era el único hombre que podrían haber aceptado en la familia, pensé en que mi madre asumiría que después de esto, su única hija, se quedaría sola y no le daría nietos, como también, las conexiones con la familia de él. Algo que mi madre pudo ambicionar con ferviente deseo en silencio. El celular vibró, desvié la mirada y al sacarlo, vi la pantalla: Victoria.“Oh, Dios, no es buen momento”Deslicé el botón para contestar mientras estaba saliendo de la casa para evitar que otros escucharan, -aunque no pasó desapercibida la mirada de mi madre- tomé aire y lo solté lentamente entre dientes al llegar a unas distancias de la puerta principal, había mucha gente entrando y saliendo vestidas de
GeorgeLlegamos al frente del edificio donde ahora vivía Johanna Shaw. Ella me sonrió, ¿Qué es lo que esperaba de mí? No le daría nada. No apagué el motor para darle a entender que ya me iría.— ¿Quieres subir? —negué educadamente.—Estoy cansando realmente, me gustaría irme a casa.—Anda, déjame mostrarte mi nuevo departamento. Yo sé que no es nada comparado con lo de ustedes los Western, pero es bonito.—Sinceramente no quisiera subir, Johanna. —ella borró su sonrisa.— ¿Es por lo de hace años? ¿Crees que te voy a drogar o hacerte algo que no quieres? —soltó un bufido mostrando que estaba ofendida. —Ya somos dos adultos, George. No hay alcohol de por medio, no hay atracción, yo tengo otras cosas en mente, pero no contigo. Anda, anímate.—Johanna, —empecé a decir pero ella me interrumpió.—Así me quitaré a tu madre de encima, tomaré una foto mostrando que estás conmigo en el departamento, se la envío y listo, te puedes ir a tu casa.— ¿Por qué sigues haciendo esto? —pregunté irritado
VictoriaCaminé de un lado a otro mientras esperaba en la sala de espera del hospital, había llegado hasta George, lo vi bastante mal y me pidió que lo trajera, durante el camino balbuceaba agitado que había posibilidad de que Johanna lo hubiera vuelto a drogar, no sabía si era su misma enfermedad o una droga, lo que lo había puesto así, así que había manejado furiosa, ¿Qué no aprendió nada George con esa mujer? Ahora su temor era que ella se había enterado de su enfermedad y podría divulgarlo al mundo. Si no lo decía pronto, imaginaba que esperaría algo a cambio. Me pasé ambas manos por el rostro y lo masajeé. Me asusté al verlo casi caerse en la acera frente a su auto, lo pálido que estaba y lo que más me enfurecía era saber que pudo haber tenido sexo con esa mujer. “Calmada, Victoria” “Respira” “Lo que haga en su vida privada no te importa” El timbre de llamada entrante me distrajo de mis pensamientos, entonces vi que era Ron. Cerré los ojos y pensé en algo rápido que decir, debió