Punto de vista Rocío
Estoy lista. Mi madre me compró un vestido sencillo, pero hermoso. Aunque soy bajita, mido 1.60 y peso alrededor de 53 kilos, mi hermano siempre bromea diciendo que todo lo llevo en la delantera “-Ja, ja, ja—, hoy no me ha llamado, pero tal vez es porque aqui no tenemos señal.” Me encantaría que estuviera aquí. Mis padres, con tanto cariño, me van a causar diabetes. Ojalá algún día tenga algo así con mi mate, aunque le diré que no sea tan intenso como ellos. "¡Dios mío, qué empalagosos!" Nos dirigimos al bosque, y me encuentro con mi mejor amiga, Sofía. Siempre está ahí para mí, es la nieta de mi jefe, y los fines de semana trabajamos juntas. Las dos estamos enamoradas de los “chicos guapos” que están en Australia, tan simpáticos y… ¡uff! Guapísimos. Sofía aún no ha encontrado a su mate. Cumple años el 24 de febrero, y hoy es 5 de enero. “¡Falta poquito!” —Te traje un chocolate —me dice, con una sonrisa—. Para que recuperes energía, ya sabes… dicen que después de la transformación quedas agotada. ¡Ah! Y también te traje agua. —Ay, Dios, amiga, ¡te amo! —le digo entre risas. Nos abrazamos y reímos, pero mi madre, me llama apurándome. —Me muero por conocer a tu lobo —dice Sofía, emocionada—. ya quiero que sea mi cumpleaños para que podamos correr juntas en forma de lobas. —Yo también lo deseo, Sofi —la abrazo fuerte mientras mis papás nos observan, estan tomados de la mano. —Oye, Rocío… quiero un mate como tu papá —me dice de repente, con una risita traviesa. —¿Qué? ¿Cómo que como mi papá? —respondo sorprendida. —¡Claro! Quédate con alguien que te mire como él mira a tu mamá. ¡Es hermoso! —se ríe Sofía. Mis padres… es cierto, su amor es tan palpable. —Y pensar que mi papá rechazó a mi mamá, y se fue a otra manada... pero gracias a mis abuelos, mi mamá siguió adelante. Y aquí estoy, con ellos. "¡Qué suerte la mía!"— dice Sofia con un poco de dolor en su voz —Suerte, amiga. Te quiero mucho —me dice antes de marcharse. —Yo también, Sofía. Gracias por todo. Nos vemos pronto. Nunca había escuchado a Sofía hablar de su familia de esa manera. Y hoy, por alguna razón, no puedo evitar fijarme en lo mucho que se aman mis padres. Quizás estoy madurando, o tal vez sea la ansiedad por la transformación. Sea lo que sea, estoy empezando a ver todo con nuevos ojos. "Mis padres se aman, y me aman. Soy tan afortunada." Finalmente llegamos al bosque. No sé si les mencioné, pero tengo el cabello castaño claro largo hasta la cintura. La mayoría de las mujeres lo llevan asi porque al momento de transformarse sus ropas se rompen, quedan desnudas, y con el cabello se cubren, aunque a medida que pasa el tiempo y se va a acostumbrando lo van cortando. Estoy nerviosa. Mi madre me dice que me pare en un lugar donde los rayos de la luna me iluminen, para que el lobo pueda surgir. Lo hago. Me paro firme, pero la luna aún no aparece. Mis padres intercambian miradas y me piden que me relaje. Espero. Sigo esperando... pero no pasa nada. "No me transformé... no tengo lobo... no tendré mate." comienzo a hiperventilar. Las lágrimas comienzan a brotar, incontenibles. Mi madre me abraza rápidamente. —Todo va a estar bien, Rocío... —me dice en un susurro, pero noto el temblor en su voz. —No... no, no va a estar bien... —balbuceo entre sollozos Mi padre se acerca y nos envuelve a ambas en un abrazo. Nos sentamos juntos en el lugar donde se suponía que celebraríamos con un picnic. Pero la luna aún no ha salido. Entre sollozos, le pregunto a mi madre: —¿Hice algo mal? ¿Enojé a la Diosa Selene? ¿Por qué no me bendijo? ¿Por qué no me quiere? —¿Por qué? !—grito entre lágrimas—. ¿Por qué me pasa esto a mí? No voy a tener mate... no voy a tener hijos... no seré parte de nada. —No digas eso, Rocío —intenta decirme mi madre, pero ni siquiera ella cree en sus propias palabras. Mi padre me abraza más fuerte. Lo escucho llorar. Nunca lo había visto así. Mi madre trata de consolarme, pero yo solo quiero desaparecer, dormir... dormir, desaparecer, no despertar, grito mientras lloro, hasta que, finalmente, lo consigo. Despierto en mi cama. El dolor en mi pecho sigue ahí, más fuerte que nunca. Es sábado, al menos no tengo que enfrentar a nadie en el instituto hoy. Me queda solo este último año, pero ¿para qué seguir? Las mujeres no tenemos que entrenar para luchar, pero siempre he querido aprender a defenderme. Aunque, ¿de qué sirve la fuerza si no tengo un lobo? No sé cómo voy a contarle esto a mi hermano. Ni a Sofía. Ellos seguirán con sus vidas... mientras yo me quedo estancada. Y después de haber odiado tanto el amor que se profesan mis padres, ahora me doy cuenta de que jamás tendré algo así. Nunca tendré un mate. Nunca tendré hijos. Y este dolor... este dolor nunca terminará.Punto de vista de Max Los Gemelos, Jason, Lucas y yo estamos cursando los mismos semestres en la universidad. De hecho, cuando mi madre vio a Lucas en un entrenamiento antes de que saliera del instituto, lo miraba con esa mezcla de admiración y preocupación que solo las mamás saben hacer. —Ese chico es el Lucas del que me has estado hablando —me dijo mi madre, claramente intrigada —Hijo, deberías replantearte esa idea. Puede ser un muy buen guerrero... O no sé, ¿usa lentes? —Los hombres lobos no tenemos problemas de salud, además, es tan flaco. —¡Veelo en acción, mamá, y me comentas!— Mientras hablaba, vi a dos niñas de unos 14 años. Una era castaña, con ojos verdes y un hoyuelo en la mejilla que le daba una sonrisa encantadora. La otra era rubia, un poco más baja, y creo que sus ojos eran de un café muy claro. Recordé que era nieta del dueño del supermercado de la manada. A la castaña no la conocía, pero me hizo recordar a mi hermana. Así que le pregunté a mi mamá. —La dejé e
Max:No puedo evitar sentir el peso de lo que significa ser el próximo Alfa. Toda la responsabilidad de la manada caerá sobre mí algún día, y lo sé desde que era pequeño. Mis padres siempre me han preparado para esto, pero a veces siento que nunca podré estar a la altura de sus expectativas. Aunque trato de estar tranquilo y calculador, a veces me gustaría dejarme llevar, relajarme y no pensar en todo lo que está en juego.Sé que este viaje será más que una simple excursión; será una prueba para todos nosotros. Lucas, Jason, los gemelos y yo, estamos en una etapa crucial. Este viaje podría consolidar los lazos entre nosotros y reforzar nuestro futuro como líderes de la manada. Mis padres están emocionados, y aunque trato de estar tranquilo, no puedo evitar sentir esa presión en el pecho. ¿Estaré preparado? Sé que puedo contar con ellos, pero a veces siento que estoy solo en esto.Jason (Beta)Viajar con los chicos siempre me ha parecido una buena idea. Max y Lucas son mis hermanos de
Punto de vista de Sofia Con la llegada de los cinco guapos, como solía llamarles, todos están emocionados. Llegaron ayer, y siguen siendo igual de hermosos… Lucas, el ha cambiado físicamente. Siempre me había atraído, pero era el hermano de mi mejor amiga, además el nunca me ha mirado, no me considero hermosa y suelo vestirme con ropa oversize me siento cómoda con este estilo. Sin embargo, mis ojos verdes combinan perfectamente con mi pelo castaño claro y liso. Falta un poco más de un mes para que cumpla 18 años, y para mí transformación, honestamente, a mí no me interesa encontrar a mi mate, de hecho me gustaría elegir una pareja que me ame por lo que soy, y no porque el vínculo lo obliga a estar conmigo, siento que si bien algunas parejas son felices, la mayoría en el inicio sufre mucho, sobre todo si no tienen la misma condición es decir, Omega con Omega, y los demás con los demás. Mi madre no se preocupa tanto, ya que ella encontró al suyo el mismo día que se transformó, p
Punto de vista de SofiaHa pasado una semana desde la última vez que vi a Rocío. No ha asistido a las clases de verano y tampoco responde mis mensajes. No puedo evitar preguntarme si hice algo para molestarla. A veces, después del instituto, intento ir a su casa, pero nunca consigo hablar con ella. Estoy preocupada, pero a la vez no sé qué hacer. Cada vez que estoy decidida a preguntarles a sus padres, aparece Jason, como si supiera que necesito distraerme, y me lleva a caminar.Hoy, mientras caminábamos, rompió el silencio con una pregunta que me dejó en shock:—¿Ya encontraste a tu mate?Sentí un escalofrío recorrerme. La pregunta era directa, pero no entendía a dónde quería llegar. Le respondí, tratando de sonar tranquila:—Aún no… Cumpliré 18 años el 24 de febrero. ¿Por qué lo preguntas?Jason me miró fijamente, con esa intensidad que siempre me ha puesto nerviosa, pero que a la vez me atrae.—Creo que eres mi mate —me dijo, sin rodeos—. Me gusta tu olor, y hay algo en ti que me a
Punto de vista de RocíoDesde que no pude transformarme, siento como si el mundo entero se hubiese derrumbado a mis pies. El dolor es profundo, no solo físico, sino emocional. Mis padres intentan consolarme, pero no hay palabras que puedan arreglar lo que siento. No soy como los demás. No soy lo que se supone que debería ser, y no puedo soportar la lástima en los ojos de nadie, ni siquiera en los de mi hermano.Me he encerrado en mi habitación, y apenas salgo para comer. A veces, pienso que ni siquiera eso vale la pena. No quiero ver a nadie. No quiero explicar por qué no me transformé. No quiero enfrentar las miradas de decepción o, peor aún, de compasión.Sofía me ha enviado varios mensajes, pero no los he contestado. Sé que está pre
Punto de vista SofiaHoy fue otro día de esos que me aceleran el corazón. Hace días que Jason y yo nos estamos viendo, casi todos los días, como si no pudiéramos resistirnos a estar juntos. Hemos salido a cenar, paseado, incluso a veces solo nos encontramos en el parque para charlar y reírnos. No sé cómo ocurrió, pero cada encuentro parece más intenso que el anterior. Lo que comenzó como algo casual ahora es casi… algo real. Nos besamos cada vez que estamos juntos, y aunque aún no hemos hablado de lo que somos, creo que ambos sentimos que esto se está volviendo especial.Así que cuando Jason me invitó a cenar en su casa esta noche, me sorprendió y me emocionó al mismo tiempo. Quise verme bien para él, sentirme bonita, así que elegí el vestido azul floreado que me regaló Rocío. Ese vestido me da un aire fresco y romántico que hace que me sienta especial. Me ajusta en las caderas, realza mi figura y, por una vez, quería que Jason me mirara y sintiera que no podía resistirse.Al llegar,
Punto de vista de JasonLa primera vez que le pedí a Sofía que saliéramos, no pensé que esto se transformaría en algo que me hiciera querer verla todos los días. Al principio, creí que sería una salida casual, algo divertido, pero después de nuestra primera cita, todo cambió. Desde entonces, hemos estado viéndonos casi a diario, y cada vez es más difícil despedirme de ella cuando el día termina.Esta noche decidí dar un paso más y la invité a cenar en mi casa. Quería un ambiente más íntimo, un lugar donde pudiéramos estar solos, sin interrupciones, sin el ruido del mundo allá afuera. Cuando llegó y abrió la puerta, quedé sin palabras. Llevaba un vestido azul floreado que se ajustaba perfectamente a sus caderas, realzando cada curva y dándole un aire fresco, pero romántico. Lucía… diferente, más hermosa de lo que jamás la había imaginado. Mi lobo también lo sintió, y podía notar su agitación; estaba de acuerdo conmigo, Sofía era increíblemente bella, mucho más de lo que pensé.Sentí un
Punto de vista de SofiaSin pensarlo dos veces, dejé caer el vestido azul, sintiendo cómo el aire fresco acariciaba mi piel desnuda. En ese momento, el mundo exterior desapareció; solo existíamos él y yo, atrapados en esta burbuja de deseo. Jason estaba loco por mí. Su respiración se aceleró, y sus ojos brillaban con un hambre que me hizo sentir poderosa. Me sentó a horcajadas sobre sus piernas, y la cercanía de nuestros cuerpos encendió una chispa que me hizo temblar de anticipación. Sus manos exploraron mis caderas, y el calor de su toque se extendió por todo mi cuerpo. Su mirada se centró en mis pechos pequeños pero perfectos para él, y no pude evitar sonreír con complicidad. Con un movimiento lento y deliberado, comenzó a lamer mis pechos, cada caricia de su lengua era como un rayo que atravesaba mi piel, haciendo que mi corazón latiera con fuerza. La sensación era electrizante, y el deseo que sentía por él se intensificó con cada roce. —Eres increíble —murmuró Jason, mirándome a