Punto de vista de SofiaHa pasado una semana desde la última vez que vi a Rocío. No ha asistido a las clases de verano y tampoco responde mis mensajes. No puedo evitar preguntarme si hice algo para molestarla. A veces, después del instituto, intento ir a su casa, pero nunca consigo hablar con ella. Estoy preocupada, pero a la vez no sé qué hacer. Cada vez que estoy decidida a preguntarles a sus padres, aparece Jason, como si supiera que necesito distraerme, y me lleva a caminar.Hoy, mientras caminábamos, rompió el silencio con una pregunta que me dejó en shock:—¿Ya encontraste a tu mate?Sentí un escalofrío recorrerme. La pregunta era directa, pero no entendía a dónde quería llegar. Le respondí, tratando de sonar tranquila:—Aún no… Cumpliré 18 años el 24 de febrero. ¿Por qué lo preguntas?Jason me miró fijamente, con esa intensidad que siempre me ha puesto nerviosa, pero que a la vez me atrae.—Creo que eres mi mate —me dijo, sin rodeos—. Me gusta tu olor, y hay algo en ti que me a
Punto de vista de RocíoDesde que no pude transformarme, siento como si el mundo entero se hubiese derrumbado a mis pies. El dolor es profundo, no solo físico, sino emocional. Mis padres intentan consolarme, pero no hay palabras que puedan arreglar lo que siento. No soy como los demás. No soy lo que se supone que debería ser, y no puedo soportar la lástima en los ojos de nadie, ni siquiera en los de mi hermano.Me he encerrado en mi habitación, y apenas salgo para comer. A veces, pienso que ni siquiera eso vale la pena. No quiero ver a nadie. No quiero explicar por qué no me transformé. No quiero enfrentar las miradas de decepción o, peor aún, de compasión.Sofía me ha enviado varios mensajes, pero no los he contestado. Sé que está pre
Punto de vista SofiaHoy fue otro día de esos que me aceleran el corazón. Hace días que Jason y yo nos estamos viendo, casi todos los días, como si no pudiéramos resistirnos a estar juntos. Hemos salido a cenar, paseado, incluso a veces solo nos encontramos en el parque para charlar y reírnos. No sé cómo ocurrió, pero cada encuentro parece más intenso que el anterior. Lo que comenzó como algo casual ahora es casi… algo real. Nos besamos cada vez que estamos juntos, y aunque aún no hemos hablado de lo que somos, creo que ambos sentimos que esto se está volviendo especial.Así que cuando Jason me invitó a cenar en su casa esta noche, me sorprendió y me emocionó al mismo tiempo. Quise verme bien para él, sentirme bonita, así que elegí el vestido azul floreado que me regaló Rocío. Ese vestido me da un aire fresco y romántico que hace que me sienta especial. Me ajusta en las caderas, realza mi figura y, por una vez, quería que Jason me mirara y sintiera que no podía resistirse.Al llegar,
Punto de vista de JasonLa primera vez que le pedí a Sofía que saliéramos, no pensé que esto se transformaría en algo que me hiciera querer verla todos los días. Al principio, creí que sería una salida casual, algo divertido, pero después de nuestra primera cita, todo cambió. Desde entonces, hemos estado viéndonos casi a diario, y cada vez es más difícil despedirme de ella cuando el día termina.Esta noche decidí dar un paso más y la invité a cenar en mi casa. Quería un ambiente más íntimo, un lugar donde pudiéramos estar solos, sin interrupciones, sin el ruido del mundo allá afuera. Cuando llegó y abrió la puerta, quedé sin palabras. Llevaba un vestido azul floreado que se ajustaba perfectamente a sus caderas, realzando cada curva y dándole un aire fresco, pero romántico. Lucía… diferente, más hermosa de lo que jamás la había imaginado. Mi lobo también lo sintió, y podía notar su agitación; estaba de acuerdo conmigo, Sofía era increíblemente bella, mucho más de lo que pensé.Sentí un
Punto de vista de SofiaSin pensarlo dos veces, dejé caer el vestido azul, sintiendo cómo el aire fresco acariciaba mi piel desnuda. En ese momento, el mundo exterior desapareció; solo existíamos él y yo, atrapados en esta burbuja de deseo. Jason estaba loco por mí. Su respiración se aceleró, y sus ojos brillaban con un hambre que me hizo sentir poderosa. Me sentó a horcajadas sobre sus piernas, y la cercanía de nuestros cuerpos encendió una chispa que me hizo temblar de anticipación. Sus manos exploraron mis caderas, y el calor de su toque se extendió por todo mi cuerpo. Su mirada se centró en mis pechos pequeños pero perfectos para él, y no pude evitar sonreír con complicidad. Con un movimiento lento y deliberado, comenzó a lamer mis pechos, cada caricia de su lengua era como un rayo que atravesaba mi piel, haciendo que mi corazón latiera con fuerza. La sensación era electrizante, y el deseo que sentía por él se intensificó con cada roce. —Eres increíble —murmuró Jason, mirándome a
Mientras caminaba sin rumbo, Max me llamó para preguntar si había visto a Jason. Lo ha estado llamando, pero no le contesta, y necesitaban hablar él de manera urgente. «Búscalo y dile que venga lo más pronto posible,» me pidió Max antes de colgar. No había terminado de procesar el mensaje cuando mi teléfono volvió a sonar. Esta vez era mi mamá, informándome que la madre de Sofía había ido a buscarla a nuestra casa. Al parecer, Sofía le había dicho que iba a ver a Rocío, pero no lo hizo. “— Hijo, si ves a Sofía, dile que su mamá está preocupada y que vuelva a su casa —,» me dijo mamá con un tono de preocupación.«Está bien, mamá, si la veo le diré. O pídele el número a Rocío, ella es la mejor amiga de Sofía y podría mandarle un mensaje.»Mi mamá suspiró. «—Hijo, sabes que tu hermana aún está triste por no poder convertirse en lobo, y se ha encerrado en su dormitorio—»«Está bien, mamá. Si la veo, le daré el mensaje.»«—Gracias, hijo—.»«De nada, mamá.»Me di cuenta de que estaba cerca
Punto de vista de JasonEstaba enloquecido. No podía dejar de pensar en Sofía, en la manera en que había respondido a mis caricias, en el calor de su cuerpo mientras exploraba cada centímetro de su piel. Sabía que ella a lo mejor no era mi mate, pero eso no me importaba. “No necesito ser su mate para poseerla”, me repetía, con un deseo ardiente que crecía dentro de mí, como un fuego incontrolable que devoraba mi razón.El recuerdo de Sofía, jadeando bajo mi cuerpo, con los labios entreabiertos y la piel húmeda por el placer, me hacía arder de lujuria. La imagen de sus ojos cerrados, llenos de éxtasis, me llenaba de una necesidad casi visceral. El simple hecho de haber sido el primero en llevarla al límite, de haber tocado lo que nadie más había tocado, me provocaba una erección casi dolorosa. Mi mano bajó lentamente, rozando mi miembro endurecido, mientras cerraba los ojos y revivía cada detalle.“Su cuerpo me pertenece”, me decía, mientras apretaba mi erección, masajeándola con firme
Punto de vista de IsabellaMe miro en el espejo y, con movimientos suaves, me pongo los lentes. Mis ojos están cansados después de tantas horas de lectura, no es que tenga miopía, es solo que, a veces, la fatiga me vence. Estoy en segundo año del instituto, pero a mis 16 años me siento más madura de lo que aparento. Me recojo el cabello rubio en una coleta alta, sintiendo cómo el tirón en la base de mi cuello me da una extraña sensación de control. Al maquillarme, resalto lo justo: un poco de rímel, algo de delineador, labial y ya está. Siempre he sido femenina, y de niña me trataban como una princesita. Sin embargo, la partida de Max, ahora en la universidad preparándose para ser el próximo Alfa, me hizo cambiar. He aprendido a ser más fuerte y a valerme por mí misma.En el Colegio, muchos creían que mis buenas notas eran gracias a mi apellido, decían que por ser la hija del Alfa, mis logros no son más que privilegios. Por eso decidí ocultar quién soy. Le pedí a mi madre que me inscr