Punto de vista de SofiaSin pensarlo dos veces, dejé caer el vestido azul, sintiendo cómo el aire fresco acariciaba mi piel desnuda. En ese momento, el mundo exterior desapareció; solo existíamos él y yo, atrapados en esta burbuja de deseo. Jason estaba loco por mí. Su respiración se aceleró, y sus ojos brillaban con un hambre que me hizo sentir poderosa. Me sentó a horcajadas sobre sus piernas, y la cercanía de nuestros cuerpos encendió una chispa que me hizo temblar de anticipación. Sus manos exploraron mis caderas, y el calor de su toque se extendió por todo mi cuerpo. Su mirada se centró en mis pechos pequeños pero perfectos para él, y no pude evitar sonreír con complicidad. Con un movimiento lento y deliberado, comenzó a lamer mis pechos, cada caricia de su lengua era como un rayo que atravesaba mi piel, haciendo que mi corazón latiera con fuerza. La sensación era electrizante, y el deseo que sentía por él se intensificó con cada roce. —Eres increíble —murmuró Jason, mirándome a
Mientras caminaba sin rumbo, Max me llamó para preguntar si había visto a Jason. Lo ha estado llamando, pero no le contesta, y necesitaban hablar él de manera urgente. «Búscalo y dile que venga lo más pronto posible,» me pidió Max antes de colgar. No había terminado de procesar el mensaje cuando mi teléfono volvió a sonar. Esta vez era mi mamá, informándome que la madre de Sofía había ido a buscarla a nuestra casa. Al parecer, Sofía le había dicho que iba a ver a Rocío, pero no lo hizo. “— Hijo, si ves a Sofía, dile que su mamá está preocupada y que vuelva a su casa —,» me dijo mamá con un tono de preocupación.«Está bien, mamá, si la veo le diré. O pídele el número a Rocío, ella es la mejor amiga de Sofía y podría mandarle un mensaje.»Mi mamá suspiró. «—Hijo, sabes que tu hermana aún está triste por no poder convertirse en lobo, y se ha encerrado en su dormitorio—»«Está bien, mamá. Si la veo, le daré el mensaje.»«—Gracias, hijo—.»«De nada, mamá.»Me di cuenta de que estaba cerca
Punto de vista de JasonEstaba enloquecido. No podía dejar de pensar en Sofía, en la manera en que había respondido a mis caricias, en el calor de su cuerpo mientras exploraba cada centímetro de su piel. Sabía que ella a lo mejor no era mi mate, pero eso no me importaba. “No necesito ser su mate para poseerla”, me repetía, con un deseo ardiente que crecía dentro de mí, como un fuego incontrolable que devoraba mi razón.El recuerdo de Sofía, jadeando bajo mi cuerpo, con los labios entreabiertos y la piel húmeda por el placer, me hacía arder de lujuria. La imagen de sus ojos cerrados, llenos de éxtasis, me llenaba de una necesidad casi visceral. El simple hecho de haber sido el primero en llevarla al límite, de haber tocado lo que nadie más había tocado, me provocaba una erección casi dolorosa. Mi mano bajó lentamente, rozando mi miembro endurecido, mientras cerraba los ojos y revivía cada detalle.“Su cuerpo me pertenece”, me decía, mientras apretaba mi erección, masajeándola con firme
Punto de vista de IsabellaMe miro en el espejo y, con movimientos suaves, me pongo los lentes. Mis ojos están cansados después de tantas horas de lectura, no es que tenga miopía, es solo que, a veces, la fatiga me vence. Estoy en segundo año del instituto, pero a mis 16 años me siento más madura de lo que aparento. Me recojo el cabello rubio en una coleta alta, sintiendo cómo el tirón en la base de mi cuello me da una extraña sensación de control. Al maquillarme, resalto lo justo: un poco de rímel, algo de delineador, labial y ya está. Siempre he sido femenina, y de niña me trataban como una princesita. Sin embargo, la partida de Max, ahora en la universidad preparándose para ser el próximo Alfa, me hizo cambiar. He aprendido a ser más fuerte y a valerme por mí misma.En el Colegio, muchos creían que mis buenas notas eran gracias a mi apellido, decían que por ser la hija del Alfa, mis logros no son más que privilegios. Por eso decidí ocultar quién soy. Le pedí a mi madre que me inscr
Punto de vista GemelosDesde el punto de vista de Jhon:Después de visitar nuestra casa, decidimos pasar por el instituto para saludar a algunos de nuestros exprofesores y familiares. Sin embargo, lo que realmente nos motivó a venir aquí fue la emoción de causar estragos entre las alumnas. Había algo en la manera en que nos miraban, una mezcla de admiración y deseo que siempre me hacía sentir como un rey. Pero esta vez, mi atención se desvió hacia algo diferente.Al instante, la vi: una pequeña cosita rubia de aproximadamente 1.60 metros. Su piel blanca brillaba bajo la luz del pasillo, y sus ojos verdes eran como esmeraldas que me atrapaban. Me resultó curioso, pues, aunque me gustaba provocar a las chicas, con ella no funcionó de la misma manera. Me acerqué a ella, intentando hacerla reír, pero su mirada desafiante me sorprendió. No había ni una pizca de sonrojo en su rostro, y eso solo aumentó mi interés.Mientras la escaneaba con la mirada, noté que mi hermano James estaba más cal
Punto de vista de SofíaCon mi madre las cosas no han ido bien, se dio cuenta de que salí nuevamente con Jason, me dijo que lo único que faltaba era que su hija fuera la Puta del pueblo, que tengo que esperar a mi mate, o que quiero, ¿que todos se llenen la boca conmigo o cargar con un bulto indeseado?, — ¿acaso eso siempre fui para ti, un bulto indeseado?, me golpeo la cara nuevamente, me encerré en mi dormitorio llorando,La última discusión con mi mamá fue horrible; me dejó la cara hinchada durante dos días. Por eso no he ido a mis clases de verano.Prendo mi celular y veo una notificación — Amiga, por favor discúlpame, hablemos, tengo tantas cosas que contarte, pero no estaba bien, juntémonos y te cuento todo— me escribió Rocío, ¿para ti también soy una molestia?, pienso mientras lloro. Pero no le respondo, no quiero dar explicaciones por mi cara hinchada, especialmente porque no quiero ver a Lucas, quien fue testigo de una de esas situaciones, además que me cofundo cada vez qu
Punto de vista RocioSofía aún no me contesta, pero hoy tomé la decisión de ir a buscarla a su casa. Me levanté temprano, me bañé y me vestí con unos jeans, una polera y una camisa encima. Mi largo cabello castaño, que ya estoy decidida a cortar, lo amarré en una cola de caballo. No más esconderme, hoy estoy decidida a retomar lo que la luna me quitó.Al salir de mi habitación, saludo a mi hermano, que últimamente ha estado bastante pensativo, siempre con cosas de la manada en la cabeza. No sé por qué, pero se pasa el día metido en sus asuntos y, curiosamente, va mucho al súper. Antes, cuando trabajaba ahí, ni siquiera se acercaba tanto.—Hola Lucas —lo llamo, interrumpiendo su lectura. Me mira con asombro, como si no se esperara que le hablara—. ¿Y tú a dónde vas? —me pregunta, extrañado.—Voy a reconquistar a mi amiga —le respondo, riéndome—. Además, tengo que darles explicaciones a mis jefes, porque dejé el trabajo sin decir nada.—Te acompaño —me ofrece, como siempre, protector.—
Punto de Vista de IsabellaSeguimos caminando por el bosque, y aunque trato de mantener la calma, no puedo evitar sentirme incómoda. El lugar al que Adán me está llevando no me gusta. Las sombras de los árboles parecen más densas, el aire es más frío, y la sensación de estar sola en un lugar tan remoto me pone nerviosa. Nos detenemos cerca de unos troncos gruesos; y no puedo evitar decir.—Nunca había llegado hasta aquí —mi voz suena insegura, casi temblorosa.—Es un sitio especial —me responde, sonriendo, mientras me abraza y me besa.Me esfuerzo por relajarme, tratando de disfrutar el momento, pero como siempre, sus manos comienzan a moverse por mi cuerpo, agarrar mis glúteos, como si no pudieran detenerse. Cada vez que lo hace siento una mezcla de incomodidad y molestia.—Adán, no —le digo, tratando de apartar sus manos.Él suspira, como si estuviera decepcionado, y asiente.—Está bien —responde, pero su tono es seco, distante.Me lleva un poco más lejos y me sienta sobre un tronc