Punto de vista SofíaSegunda Ronda El río aún nos envolvía en su frescura, pero el calor entre nosotros no se disipaba. Jason me había llevado hasta el agua, donde me lavó con tanta ternura que casi parecía un sueño. Sus manos recorrieron mi cuerpo, y aunque nos habíamos entregado el uno al otro hace solo unos minutos, el deseo en sus ojos no se había apagado. Tampoco en mí. Mis pensamientos estaban confusos, el placer seguía vibrando en cada rincón de mi cuerpo, pero algo más profundo me recorría. Ese hombre, que me abrazaba, me tocaba lamia mis pezones y me miraba con una mezcla de hambre y cariño, había desatado algo en mí. Mi cuerpo lo quería, pero, más allá de eso, empezaba a darme cuenta de que la intensidad no era solo física. Algo dentro de mí anhelaba sentirme suya de una manera que no podía explicar, una conexión más profunda que me asustaba.—Sofía… —su voz me sacó de mis pensamientos. Jason me miraba con esos ojos oscuros que ardían como brasas. Noté cómo sus pupilas seg
Punta de vista de LucasDesde la distancia, observé cómo Jason y Sofía se acercaban al río. Había algo en la forma en que ella sonreía, que me hizo sentir una punzada en el estómago. Esa sonrisa, que siempre había deseado ver en su rostro, ahora parecía destinada a él. La vi despojarse de su ropa, quedando solo en ropa interior, y un torrente de emociones se apoderó de mí, verla en ese conjunto blanco, sus pantaletas de encaje, mi lobo quería acercarse y marcarla, tuve que tener autocontrol para no hacerlo. El sol del atardecer iluminaba su piel, y cada curva suya brillaba, como un imán que atraía la atención de Jason.Un nudo se formó en mi pecho al ver cómo nadaban y se besaban, él la abrazaba, el contacto entre sus cuerpos era evidente. Mi corazón comenzó a latir con fuerza mientras intentaba desviar la mirada, pero era imposible. La risa de Sofía resonaba en el aire, y cada vez que Jason la tocaba, algo dentro de mí se retorcía. No podía creer que estuviera tan cerca de perderla
“Advertencia este episodio contiene escenas violentas, y sexuales, eso puede dañar la sensibilidad de algunos.”Punto de vista de IsabellaCamino hacia el bosque, todo está oscuro. El frío me cala los huesos, pero no me importa; sigo adelante, empujada por una mezcla de ansiedad y determinación. Con mi visión de loba, puedo discernir las siluetas de los árboles, pero la oscuridad se siente más densa de lo normal, como si el aire mismo quisiera envolverme, atrapar mis pensamientos y mis miedos. Siento que alguien me sigue.Al principio, pienso que es mi imaginación, pero los pasos se hacen más claros, más cercanos, como un eco que resuena en mi pecho. Acelero el paso y, al hacerlo, los pasos también se apresuran. El miedo se apodera de mí, una fría presión que se instala en mi estómago. Comienzo a correr, el corazón martilleándome con una fuerza que parece querer escaparse de mi pecho. No quiero mirar atrás, pero sé que está ahí, acechando en las sombras.Llego a ese lugar... ese maldi
Punto de vista de IsabellaMi madre llama al médico, él se preocupa y piensa que debe ser un virus, ya que los hombres lobos o nos enfermamos, mi madre le dice que estuve con fiebre y pesadillas, quiere hacerme exámenes, y le digo que no, que se me pasara solo, o cuando me sienta mejor me acercaré a su consultorio, por ahora estoy cansada.Mi madre quiere obligarme a dejar que me hagan exámenes,—¡madre!, por favor, me duele la cabeza— y las lágrimas brotan, por favor —déjenme sola—Permanezco encerrada en mi habitación, la oscuridad se convierte en mi refugio, y el silencio, mi única compañía. Aún siento las marcas de Adán en mis muñecas, como si fueran cadenas que me mantienen prisionera. Las huellas de lo ocurrido permanecen en mi piel, un recordatorio constante de un horror que no puedo borrar. Mi cuerpo duele, pero es mi alma la que grita con más fuerza, aplastada por el peso del sufrimiento que me impide levantarme de la cámara.Cuando Max llega a buscarme, sé que debo mentir. N
Punto de vista de RocioCamino por el bosque, el aire está impregnado de humedad y el crujir de las hojas bajo mis pies se convierte en un eco de mi creciente ansiedad. De repente, unas manos me atrapan. Me tocan, me desnudan, doy un grito desolador, cargado de dolor, se escapa de mis labios. No puedo defenderme, solo soy una omega que no tiene lobo. Las lágrimas caen por mis mejillas mientras grito desesperada, suplicando por ayuda.Siento el llanto de una chica a lo lejos, como un eco junto con mi propia agonía. Trato de alcanzarla, pero ahora yo también estoy atrapada. La oscuridad del bosque parece cerrarse a mi alrededor, y justo cuando la luna ilumina el paisaje, una loba alfa aparece, lanzándose hacia esos miserables. Mi corazón late con esperanza, pero la lastiman, y el terror vuelve a envolverme mientras ellos siguen tocándome.—¡No! —grito nuevamente, un grito que se mezcla con el de la chica que está a lo lejos.De pronto, despierto, mi respiración es errática, y el sudor e
Punto de vista de SofíaY sucedió, me entregué a Jason. Fue increíble. Tomé mi decisión después de lo que había ocurrido en estos últimos días: los golpes e insultos de mi madre, la angustia por la situación con Rocío, que estuvo a punto de perder su virginidad a manos de esos tipos. Como dije antes, prefiero entregarme a alguien que yo elija y decida. Si no es mi mate, está bien; quedará el recuerdo, pero no será el dolor del rechazo que a la mayoría nos debilita, o como le pasó a mi mamá, que la tomaron, la dejaron embarazada y la abandonaron. Esa historia siempre ha resonado en mí, como un eco que no se apaga.Con Jason, me siento bien. Es una decisión que tomé yo, y si está mal, no importa. Hay un tipo de libertad en eso, una sensación de poder que nunca había experimentado. Además, él no me tomó por completo. Recuerdo haber escuchado en el baño del instituto a una chica mayor hablando con su amiga. Su risa y sus palabras llenaban el aire:—Me duele sentarme. Benjamín casi me rom
Punto de vista de MaxHoy decidimos dar una vuelta por la manada y despedirnos. Aunque la idea es volver lo antes posible, siempre existe esa posibilidad de que la jornada se alargue, así que acordamos reunirnos en el instituto. Mientras llegamos a la entrada, mis ojos se posan en mi hermana a lo lejos. Se nota que está enferma; su piel está pálida y su apariencia un poco descuidada. Lleva un conjunto de buzo ancho, y su pelo, suelto, parece estar desordenado. Ese virus sí que le ha hecho mella.Nos detenemos y varias chicas se acercan, especialmente a los gemelos, que, aunque últimamente están perdidos en sus pensamientos, parecen magnetizar a las chicas a su alrededor. Jason y Lucas no intercambian ni una palabra, y la atmósfera se siente extraña entre nosotros.Mientras caminamos a la oficina del director, un aroma inconfundible me llega. A lo lejos, distingo a una chica bajita, que lleva un conjunto deportivo gigante y el gorro de su polerón cubriendo su cabeza, al igual que mi he
Capítulo: "El Peso de los Secretos"RocíoMe puse un pantalón de buzo y le pedí un polerón a Lucas. Sentir la esencia de su lobo me ayuda a disimular que no tengo uno. Al llegar al instituto, veo a muchas chicas reunidas alrededor de algo, o mejor dicho, de alguien. No tengo tiempo para eso, así que apuro el paso cuando escucho la voz de mi hermano. Lo que menos quiero es que estas chicas se acerquen a mí por interés en él.A la distancia, veo a una chica con un atuendo similar al mío, con el gorro del polerón cubriéndole la cabeza. Me acerco a ella, y cuando me ve, se paraliza.—Hola, soy Rocío Sanz —le digo—, ¿te acuerdas de mí?Su mirada se descoloca, sus ojos se llenan de lágrimas, y parece a punto de salir corriendo. Sin embargo, toma mi mano y, con voz entrecortada, me dice:—Gracias. Si no hubiese sido por ti, todo lo que pasó habría sido peor.Detrás de ella, veo a Sofía. ¡Wow! Está radiante y guapísima. Nos mira sin entender nada.—Hoy que me cambio de ropa y tú vienes con ro