Años antes de conocer a Elizabeth...
Una almohada voladora cae en mi cara, seguida con la risa armoniosa de Zack, mi mejor amigo, mi hermano.
—Estúpido de mierda, me has dejado plantado anoche, ¿que te crees?—Gruñe de buen humor. Típico de Zack.
—Deja de gritar. —Gruño demasiado pacífico, mi cabeza va a explotar. Zack camina de un lado a otro haciendo ruido, demasiado para ser sincero, de un sólo tirón, escucho como abre las persianas. La luz me cae como balde de agua fría, el dolor de cabeza se intensifica.
—¿Me puedes decir que te has metido y además con quien?—Pregunta Zack dando una patada a mi colchón, me inclino para mirarlo, entrecierro los ojos por la luz, pero logro ver lo que sostiene, unas bragas.
—Por supuesto que no son mías.— Digo emitiendo un gruñido.
—Eres un maldito Daniel— Se ríe fuerte.
—Ya callate, Zack. ¿Quien diablos te dejó entrar?— Grito agotado.
—Natasha, ¿quien más? Tus papás están trabajando, Daniel, son las 3 de la tarde, Imbécil. Bueno, te dejo, iré abajo, nos vamos en media hora, Matthew nos quiere ver.— ¿Qué? ¿Tres de la tarde? Me recuesto, y miro el techo un rato, con cuidado me levanto, sintiendo mareos y dolor a cada paso que doy, con dificultad llego al baño ileso, habro el grifo de la ducha y me meto bajo el chorro de agua, el agua siempre despierta a un perro, miro mi tatuaje en la zona baja de las costillas, es una estrella fugaz oscura, en vez de ser brillante es negra, y opacada, me lo hice hace seis meses cuando todo empezó. Es un tatuaje reemplazable, porque sin ninguna dificultad podría dibujar otro encima de él y nadie sabría el significado, termino de enjuagarme y salgo de la ducha con una toalla al rededor de la cintura; poco después saco mi ropa del armario.
Al bajar las escaleras de la casa empiezo a escuchar las típicas discusiones de Nat y de Zack, son unos niños.
—¡Ay, ya callense! —grito desesperado después de escuchar los gritos agudos de Nat que casi rompen mis pobres tímpanos, ella perfectamente sabe la afinidad de nuestros oídos, somos unos lobos, por todos los cielos.— Ya mejor declaren su amor, no sean cobardes.
—Danieeel— grita Nat enfadada.
—Ya vámonos Zack— digo un poco más tranquilo.
—Andando — espeta antes de jalarle el cabello por ultima vez a Natasha.
—Estúpido perdedor— le grita Nat en su defensa, Zack y yo la ignoramos.
Al salir de la casa los dos nos empezamos a reír, yo no me imagino como serían las cosas si por azares del destino ellos dos fueran mates, creo que me cagaría encima al ver esa escena, tienen una relación de amor y odio que claramente puede terminar en cariño.
—¿Dónde está Ethan— pregunto al no ver a mi compañero.
—Pidió que fueramos a su casa por él,¿recuerdas?— comenta Zack mientras abre la puerta de mi camioneta.
—Tienes razón.— Somos los tres mosqueteros jóvenes de la mafia, así nos llaman, tenemos un trabajo grande, difícil para los humanos y fácil para los lobos, policías estúpidos tratando de localizar a un culpable, el culpable... Sólo un animal de gran tamaño, mordemos y destrozamos para no dejar huella y ésto hasta hora es un buen trabajo. Conduzco hasta la pequeña casa de Zack, él es de clase Omega, pero a mí no me interesa, ésta manada será mía en unos años por lo tanto todos son mi familia, para mí no hay distinción, aquí todos somos iguales. Toco el claxon para avisarle que ya estamos aquí. Regularmente entre casa y casa hay una distancia de 3 cuadras de espacio, cada una está en lugares dispersos, y no hay calles como tales, sólo espacios. Seré un puto arquitecto existoos con una visión increíble, pronto haré todo lo posible para que está sea la manada más espectacular del puto mundo.
—Hola, pequeñas mierdas — saluda Ethan al entrar a la camioneta, obviamente en los asientos de atrás ya que Zack está en el del copiloto. — Pequeñas nenas, prenderé un cigarro espero y no les moleste.
—Pasame uno, Ethan.— pido— eres mi chico fav, como dicen las chicas — comento divertido.
—Ayer estabas hasta la... —se burla de mí, Ethan.
—A ver, traicioneros, ¿ayer ustedes estuvieron juntos? —susurra indignado Zack.
—No lo digas así, suena muy raro— Digo ofendido.
—Mueranse, par de idiotas con masculinidad frágil.
—Pareces mujercita— se burla el moreno, Ethan es un tipo que atrae a las mujeres como un imán, es alto y moreno. Los tres somos un símbolo sexual para las chicas.
—¿y ayer te divertiste con So...no sé qué?
—Obviamente, Ethan, soy Daniel Clark...
Mi tío Anthony es solo tres años mayor que yo, es el más pequeño de los hermanos Clark. Él es quien se encarga del negocio oscuro de la familia, mi padre decidió ocuparse del lado lindo, la constructora. En tan solo unos meses me iré a la universidad a estudiar Arquitectura, la verdad es que si no fuera por mi papá yo ni siquiera saldría de la manada. Le suplique quedarme, pero para él es muy importante mi formación académica, aunque sé que si aprendo con Anthony nada me faltará.—¿Cómo están chicos?— pregunta mi tío.—Muy bien Anthony —dice Ethan,— nos encargamos de esos tipos, ahora mismo están bajo tierra, tal y como lo querías.—Muy bien, mañana quiero que vayan conmigo a ver un club que está en venta, la verdad es que comprarlo sería muy buena inversión, podríamos lavar el dinero de una manera más fácil y también podríamos vender los productos ahí.—¿Mi padre ya no quiere que se ocupe la constructora?
Como había dicho ayer mi tío, los cuatro estamos esperando al dueño del bar que quiere comprar, es un anciano con un bigote raro.—Quiero un millón de dólares —pide, Anthony deja escapar una carcajada.—¿Es una broma?— pregunta Ethan.—No niño, no lo es, mi club a estado libre de mafias y de porquerías como la que ustedes quieren vender, vale lo que pido por él, hágame el favor y paguen lo justo.—Se lo daremos— dice Anthony serio —pero quiero que usted siga siendo el dueño, no quiero correr riesgos legales, ya tengo una carpeta de investigación.—Entonces que sea un millón y medio.—Será un millón o quizás el que termine pagando sea usted— mi tío le sonríe maliciosamente— ya es un anciano y su vida a estas alturas no vale nada pero hasta lo que sé usted tiene más de dos nietas a las que quiere mucho. Le puedo dar una a cada uno de mis muchachos, a puesto a que se la pasarán muy
Renata no estaba en Giros en el momento en el que fui, no me desanima de ninguna manera, ahora ya sé en donde vive así que para mi ese no es un problema. Me estaciono justo en frente de su edificio, uso mis gafas de sol y me dispongo a esperar. Debes de salir o de llegar en cualquier momento, pero soy tan desesperado que no podré aguantar ni dos horas esperando, sin embargo Renata lo vale.—En el momento en el que me besaste por primera vez te volviste completamente mía, mía, mía —susurro. La camioneta vieja y maltratada se estaciona justo a lado mío, por suerte mi camioneta tiene los vidrios polarizados por lo que es imposible que puedan verme, aunque Renata debe de conocerla tan bien, mi rabia aumenta al ver al tipo asqueroso jalar a Rena del cabello, la baja del auto de un tirón y ella grita de dolor.—No volverás a ese puto lugar, yo soy tu hombre y yo te mantendr&e
Después de casi tres horas una enfermera me lleva a donde está Renata.—¿Cómo te sientes?— le toco la rodilla lentamente.—Bien— musita con voz débil —estoy bien.—¿Y el bebé?— ¿Mi bebé? Imposible, yo siempre usé preservativos.—Está bien, sobrevivió —habla con pena y con miedo.—No podía permitir que te golpeara — me acerco más a ella, esta vez no se voltea ni me evita con la mirada.—No debiste, ese hombre es mi esposo —mi mira por primera vez a los ojos,— él es el papá de mi bebé, no tú así que no te hagas ilusiones. Eres un niño mimado, cuna de oro, mira tu ropa y tu auto, tú no eres pars mí. Eres solo un niño ridículo, entiendeme, solamente te usé para divertirme.—Tú me juraste amor, todo lo que me decías no parecía mentira, Renata, yo doy todobpor ti, entiendelo. Dime, ¿quieres vivir conmigo? No te faltará nada, te trataré como lo que eres, una mujer que vale oro.
ETHANEl anciano al que amenazamos se a portado muy bien, desde la mañana estoy fuera de su casa... todo normal. He escuchado todas sus llamadas y conversaciones, no le a marcado a la policía, se está ganando su vida, Anthony no es tan malo, no es un violador ni un pedófilo, en sí nadie de mis amigos, solamente fue una simple amenaza. Mi móvil suena, es el pedazo de mierda que tengo como padre.—¿Donde estás idiota?— grita, perfecto está tomado.—Estoy trabajando— si no fuera por mi ese imbécil no tendría que comer y nada para alimentar sus adicciones.—Necesito dinero, un amigo de tu jefe me está cobrando la cocaína que le debo— solamente me busca para eso, siempre.—No te daré nada— no le daré nada porque no tengo tanto dinero, Anthony nos paga muy poco, en especial a m&ia
Despierto con dolor de cabeza, ¿me emborrache? ¿Consumi drogas? No creo, me siento peor que esa sensación de reseca al día siguiente, lo único que recuerdo fue desmayarme en el sótano de ese lugar.—¿Daniel ?— la voz de mi tío me obliga a abrir los ojos, la luz hace que los cierre inmediatamente —¿cómo te sientes?— como si me hubiera pasado un camión encima.—¿Me sacaron las balas?— yo intenté hacerlo por más de 10 minutos y no lo logré, me quemaban los dedos.—Ya estas sanando, no tardará mucho en sanar completamente. —Dice una voz, abro los ojos, el doctor Warren, estoy en buenas manos.—Ahora dime Daniel, ¿que hacías en la guarida de esos idiotas? Te metiste con los hombres del eterno enemigo de la familia.—
Estoy completamente sano, me quedó una ligera cicatriz pero estoy seguro de que en un mes más ya no se verá. A pesar de que ya pasó una semana desde el altercado nada ni nadie a venido a buscarme, estamos extrañados pero no nos relajamos, ya entendí que es un problema real y peligroso. Saber que son cazadores profesionales no me causa miedo, daría mi vida por proteger a mi familia al igual que casi todos aquí.—Papá —toco la puerta de su despacho, entro y con decisión digo:— No iré a la universidad, queda menos de dos mes para irme y no quiero dejarlos solos.—Olvídalo, eso no está a discusión, irás a estudiar, te esforzaste mucho para se aceptado que se me hace ridículo que no vayas, no permitiré eso.—Puedo atrasar esto uno año— sé que convencerlo será difícil pero no imposible.—Daniel, entiendelo, irás a la universidad, no cambiaré de opinión ni hoy ni nunca— responde molesto— nos causaste un gran prob
Miro a la mujer que está enfrente de mí, es rubia y casi tan alta como yo. Esa mujer es mi mate, nos pertenecemos mutuamente pero ella acaba de decir que no me quiere.—No quiero un mate, es sencillo —espeta.—¿Qué dices? ¿Me vas a rechazar?— digo indignado.—¿Te duele en tu ego?— por dios, esta mujer esta loca.—No es eso, no me molestaría que lo hiceras, no seas ridícula, no puedes tomar una decisión así si ni siquiera me conoces.—No hace falta conocerte para saber que no quiero un puto mate que me controle— estoy tan tentado a irme pero Dan me obliga a quedarme, m****a Dan, tenemos orgullo. —Rechazame, ahora— ordeno, ella me mira sorprendida, apuesto que pensó que le rogaría hasta cansarme para que me acepte pero no es así. —Hazlo.—Yo...— dice con voz ahogada — m****a Hanna, deja de controrme— grita desesperada. — Yo Emma Denis alfa de la manada Luna...— se calla y me mira con desprecio. —¿No lo harás?— la re