Renata no estaba en Giros en el momento en el que fui, no me desanima de ninguna manera, ahora ya sé en donde vive así que para mi ese no es un problema. Me estaciono justo en frente de su edificio, uso mis gafas de sol y me dispongo a esperar. Debes de salir o de llegar en cualquier momento, pero soy tan desesperado que no podré aguantar ni dos horas esperando, sin embargo Renata lo vale.
—En el momento en el que me besaste por primera vez te volviste completamente mía, mía, mía —susurro. La camioneta vieja y maltratada se estaciona justo a lado mío, por suerte mi camioneta tiene los vidrios polarizados por lo que es imposible que puedan verme, aunque Renata debe de conocerla tan bien, mi rabia aumenta al ver al tipo asqueroso jalar a Rena del cabello, la baja del auto de un tirón y ella grita de dolor.
—No volverás a ese puto lugar, yo soy tu hombre y yo te mantendré, deja de buscar más hombres —le grita, ella solamente se queja y camina como puede al ritmo de ese miserable, Renata cae al suelo y este aprovecha para darle una latada, Rena se cubre el vientre desesperada. Solamente bastó una suplica de ayuda y salgo disparado a ayudarla, no permitiré esto.
—Déjala maldito idiota —empujó al tipo y este pierde el equilibrio, miro como saca de su bolsillos un arma, cobarde.
—¿Tú? Eres un entrometido de mierda, deja que arreglemos nuestros asuntos, ella es mi mujer y tengo todo el derecho de golpearla.—mi paciencia acabó, me abalanzo sobre él y le doy un golpe directo en la nariz, gime de dolor pero se recompone rápidamente.
—Eso no te da derecho —mi conciencia se revuelca en el lodo al recordar que yo también golpeé a Renata. Al ser más alto que el hombre tengo la oportunidad perfecta de golpearlo una vez más y tirarlo al suelo, aprovecho esto y empiezo a patearlo, tal y como lo hizo con ella.
—Detente Daniel— su voz me distrae, pierdo la concertación y el hombre debajo de mi pie aprovecha para dispararme, el pinchazo de la bala me duele ligeramente, estas balas no son de plata, esta mierda no me hará nada, dejo que se sienta orgulloso por su acto.
—Tu peor error fue hacer esto— localizo la bala y con los dedos la saco de mi cuerpo, el tipo me mira asustado y Renata se ve pálida.
—¡Que mierda!— grita el tipo, —¿qué eres?
—Soy un lobo idiota— le doy una patadq en la cabeza, lo hago tan fuerte que queda inconsciente.
—¿Qué hiciste?— dice con miedo Renata — lo mataste, eres un asesino.
—Lo soy y no me importa — trato de acercarme a ella pero empieza a correr como puede, no corre grandes distancias ya que se frena de golpe, la miro, está en el suelo doblada de dolor.
—Mi bebé...— susurra despacio — mi bebé — repite, ¿su bebé?
—¿Qué fue lo que dijiste?
—Ayúdenme — grita —Ayúdenme, una ambulancia por favor— camino havia ella para hacer lo que pide pero ella gatea alejándose de mí, miro sus piernas, su pantalón está manchado de rojo. Cargo a Renata y la llevo a la camioneta, debo de ayudarla, quizás ese bebé sea mío.
Manejo a toda velocidad hasta el hospital más cercano, ella a pesar de la aversión que me tiene deja que la ayude. Las enfermeras nos reciben inmediatamente, yo ya no puedo pasar más allá de la puerta corrediza...
Después de casi tres horas una enfermera me lleva a donde está Renata.—¿Cómo te sientes?— le toco la rodilla lentamente.—Bien— musita con voz débil —estoy bien.—¿Y el bebé?— ¿Mi bebé? Imposible, yo siempre usé preservativos.—Está bien, sobrevivió —habla con pena y con miedo.—No podía permitir que te golpeara — me acerco más a ella, esta vez no se voltea ni me evita con la mirada.—No debiste, ese hombre es mi esposo —mi mira por primera vez a los ojos,— él es el papá de mi bebé, no tú así que no te hagas ilusiones. Eres un niño mimado, cuna de oro, mira tu ropa y tu auto, tú no eres pars mí. Eres solo un niño ridículo, entiendeme, solamente te usé para divertirme.—Tú me juraste amor, todo lo que me decías no parecía mentira, Renata, yo doy todobpor ti, entiendelo. Dime, ¿quieres vivir conmigo? No te faltará nada, te trataré como lo que eres, una mujer que vale oro.
ETHANEl anciano al que amenazamos se a portado muy bien, desde la mañana estoy fuera de su casa... todo normal. He escuchado todas sus llamadas y conversaciones, no le a marcado a la policía, se está ganando su vida, Anthony no es tan malo, no es un violador ni un pedófilo, en sí nadie de mis amigos, solamente fue una simple amenaza. Mi móvil suena, es el pedazo de mierda que tengo como padre.—¿Donde estás idiota?— grita, perfecto está tomado.—Estoy trabajando— si no fuera por mi ese imbécil no tendría que comer y nada para alimentar sus adicciones.—Necesito dinero, un amigo de tu jefe me está cobrando la cocaína que le debo— solamente me busca para eso, siempre.—No te daré nada— no le daré nada porque no tengo tanto dinero, Anthony nos paga muy poco, en especial a m&ia
Despierto con dolor de cabeza, ¿me emborrache? ¿Consumi drogas? No creo, me siento peor que esa sensación de reseca al día siguiente, lo único que recuerdo fue desmayarme en el sótano de ese lugar.—¿Daniel ?— la voz de mi tío me obliga a abrir los ojos, la luz hace que los cierre inmediatamente —¿cómo te sientes?— como si me hubiera pasado un camión encima.—¿Me sacaron las balas?— yo intenté hacerlo por más de 10 minutos y no lo logré, me quemaban los dedos.—Ya estas sanando, no tardará mucho en sanar completamente. —Dice una voz, abro los ojos, el doctor Warren, estoy en buenas manos.—Ahora dime Daniel, ¿que hacías en la guarida de esos idiotas? Te metiste con los hombres del eterno enemigo de la familia.—
Estoy completamente sano, me quedó una ligera cicatriz pero estoy seguro de que en un mes más ya no se verá. A pesar de que ya pasó una semana desde el altercado nada ni nadie a venido a buscarme, estamos extrañados pero no nos relajamos, ya entendí que es un problema real y peligroso. Saber que son cazadores profesionales no me causa miedo, daría mi vida por proteger a mi familia al igual que casi todos aquí.—Papá —toco la puerta de su despacho, entro y con decisión digo:— No iré a la universidad, queda menos de dos mes para irme y no quiero dejarlos solos.—Olvídalo, eso no está a discusión, irás a estudiar, te esforzaste mucho para se aceptado que se me hace ridículo que no vayas, no permitiré eso.—Puedo atrasar esto uno año— sé que convencerlo será difícil pero no imposible.—Daniel, entiendelo, irás a la universidad, no cambiaré de opinión ni hoy ni nunca— responde molesto— nos causaste un gran prob
Miro a la mujer que está enfrente de mí, es rubia y casi tan alta como yo. Esa mujer es mi mate, nos pertenecemos mutuamente pero ella acaba de decir que no me quiere.—No quiero un mate, es sencillo —espeta.—¿Qué dices? ¿Me vas a rechazar?— digo indignado.—¿Te duele en tu ego?— por dios, esta mujer esta loca.—No es eso, no me molestaría que lo hiceras, no seas ridícula, no puedes tomar una decisión así si ni siquiera me conoces.—No hace falta conocerte para saber que no quiero un puto mate que me controle— estoy tan tentado a irme pero Dan me obliga a quedarme, m****a Dan, tenemos orgullo. —Rechazame, ahora— ordeno, ella me mira sorprendida, apuesto que pensó que le rogaría hasta cansarme para que me acepte pero no es así. —Hazlo.—Yo...— dice con voz ahogada — m****a Hanna, deja de controrme— grita desesperada. — Yo Emma Denis alfa de la manada Luna...— se calla y me mira con desprecio. —¿No lo harás?— la re
Despierto con un ligero dolor de cabeza, una ventaja de ser lobo es que debes de tomar demasiado para poder llegar a un alto grado de ebriedad y lo mejor es que al día siguiente despertarás renovado y sin solor alguno. Junto de mi cama hay un mesa con una bandeja con comida encima, tiene jugo de naranja panckes con miel de maple y un tazón con avena, vaya, mi madre me consintió, recuerdos de anoche vienen a mi mente, cierto, lloré frente a mi madre y me consoló, tanto que se vio obligada a taerme el desayuno a la cama, me tuvo compasión. Deboro todo el contenido de bandeja a pesar de que fue mucha comida sigo teniendo hambre pero me da mucha pereza bajar a comer un poco más. Emma Denis... Emma... debería de dejar de pensar en ella pero Dan está tan enamorado de ella que me obliga a traer recuerdos de ayer. Respiro hondo al sentir ese peculiar olor que percibí en el antro, el olor lo tengo tan impregnado que podría jurar que ella está aquí, ojalá estuviera aquí, rogando
Mi tío Anthony y los chicos me han excluido en todos los trabajos, no quieren que nos relacionen y que pueda pasar algún accidente, me siento como una peste, nadie quiere convivie conmigo al parecer.—Hijo— mi padre interrumpe en mi habitación. —Vamos a platicar.—Te escucho.—Hicimos un trato con los Monet, bueno, con las hermanas de tu abuelo, a pesar de que lo odian aceptaron interceder ante su hermano. Prometieron que harán lo posible por protegernos, nos tuvimos que humillar ante ellas, lo hicimos con gusto al saber que nadie de esta familia corre peligro, así que deja de preocuparte y de tratar de resolver las cosas por tu parte, ya todo está resuelto, así que ya puedes hacer tu vida como quieras, eso sí, alejate por ahora de tu tío Anthony.—¿Debo de quedarme aquí sin socializar sin nadie?&
Como mi padre me a prohibido ir a la casa de mi tío Anthony, mis amigos vienen a mí. No puedo creer que pasaré mis últimos meses en la manada sin estar con ellos trabajando, presiento que mi padre tomó como excusa lo que pasó con los Monet solo para alejarme de mi tío, como sea solo le haré caso por unas semanas, después haré lo que se me plazca.—¿Hicieron lo que les pedí?— les pregunto a los chicos.—Ella ya no estaba en el hospital —contesta Zack— le preguntamos a las enfermeras sobre ella y dijeron que en ningún momento del mes se había registrado una tal Renata.—Tengo la sospecha de que ese nombre de Renata sólo era para nosotros, quizás ese no es su nombre verdadero, por eso nadie sabe de ella...— opina Zack.—Entiendo— susurro pensativo —puede que tenga