Holaaaaa cariñitos!!! He leído todos sus comentarios del capítulo anterior ejeje me encanta cuando comentan!! No se despeguen que las cosas se están poniendo buenas! Por otro lado le cuento que mi nueva novela se llama: Un beso mágico ¡Jefe no me rechace! Es una novela de romance y humor que de seguro les va a encantar, espero que le den la oportunidad. :) Besooos
El apartamento estaba impregnado de tensión. Maggie se encontraba en un estado de agotamiento extremo. El estrés, las horas sin dormir y la incertidumbre la habían dejado pálida y ojerosa. Ya era medianoche, habían pasado más de diez horas desde que Alexis se había llevado a Dan y por más que había intentado llamar al número del abogado no había tenido respuesta, lo cuál solo empeoraba todo su estrés y preocupación. Las náuseas y los mareos eran un recordatorio constante de la pesadilla que vivían, pero era algo que no podía controlar, era su hijo de quien estaban hablando, la personita más especial de su vida y ella no sabía si estaba bien, si había comido, si tenía frío… No sabía nada y eso la estaba matando. Nathaniel, igualmente preocupado, había intentado persuadir para que descansara, pero su negativa era firme. No podía permitirse un solo momento de reposo hasta que tuviera a Daniel de vuelta. —Nena, por favor, hazlo por mí, estás agotada, te prometo que yo voy a estar a tu
Daniel acababa de despertar en una cama que no era la suya. El pequeño no sabía dónde estaba ni porque su mamá no se encontraba con él. Sus ojitos no demoraron en enrojecerse mientras estaban fijos en el hombre que ya había visto tantas veces antes, pero que no era Nate y que tampoco le agradaba demasiado. —Nani, quelo a nani, papi Nate. Alexis al escuchar el nombre del malnacido de Montgomery sintió que la sangre le comenzaba a arder porque al parecer el hijo de puta había conseguido embolsillarse al niño y eso era algo que no pensaba permitir. De hecho, sospechaba que gran parte de la razón por la que Maggie había terminado enredada con ese imbécil era por culpa del niño que estaba enfrente de él, pero eso era algo que estaba decidido a cambiar a partir de ese preciso momento. Así que, esa mañana, cuando Daniel despertó llorando y pidiendo ver a su madre, Alexis decidió dar su próximo paso. El niño, con sus ojitos llorosos y llenos de miedo, no dejaba de sollozar. Él intentó a
George tenía un plan, no demasiado sólido, pero un plan a fin de cuentas. Se había dado cuenta que la fuerza no le sirvió de nada para doblegar a Margareth, algo que debía admitir le había sorprendido, pues ya no era la chica asustadiza de hace unos años. Debía reconocer que cuando Barbara lo contactó por primera vez no le interesó su propuesta, no tenía intención ni motivos para llegar a lastimar a Margareth, mucho menos después de lo que le había hecho, pero en el momento en que le dijo la suma de dinero que le daría, todo cambió. Y es que él necesitaba con urgencia el dinero pues como si la vida hubiese querido jugarle una broma de m****a, hace 6 meses que le diagnosticaron cáncer, por eso cuando le dijeron que tenía una posibilidad de conseguir una gran suma con facilidad, no dudó en aceptar. Sin embargo, las cosas no habían salido como esperaba, nunca pensó que la sumisa y tranquila Margareth iba a responder de la manera en que lo hizo, eso lo llevó a su segundo plan de ataque
El plan de ataque estaba listo. Michael había llamado únicamente a tres de sus hombres de confianza que ahora iban junto a él en un auto mientras que Nathaniel, Maggie y la escoria de George, quién era el que conocía la ubicación, iban en otro. Según lo que este último les había dicho la cabaña se encontraba a una hora de distancia de la ciudad, por lo que estarían llegando aproximadamente al medio día, eso aunque los dejaba a la vista, no iba a impedir que actuaran de inmediato, pues ni él o Maggie estaban dispuestos a esperar un solo minuto más. Maggie y Nathaniel estaban en el auto, siguiendo las indicaciones de George mientras se acercaban cada vez más a la ubicación de la cabaña. La tensión en el vehículo era palpable; nadie hablaba, solo se oían las instrucciones de George. El castaño estaba nervioso, sus manos sudaban mientras agarraba el volante con fuerza. Miró de reojo a Maggie, quien estaba pálida y lucía visiblemente debilitada por la falta de sueño y la mala alimentació
La llamada que le había hecho a Maggie hacía ya algunas horas, había dejado a Alexis con un mal presentimiento, y aunque había intentado sonsacarle al niño qué le había preguntado su madre, este no había soltado una sola palabra. Lo único que había hecho desde entonces era mirarlo con cara de culo y medio comer lo que le había dado mientras preguntaba cada dos malditos minutos si ya venía su madre, hasta que finalmente colmó su paciencia. —¡Joder no se! ¿CÓMO DEMONIOS VOY A SABERLO? Nada más gritar vio como al niño comenzó a temblarle el labio inferior y eso en lugar de conmoverlo solo le generó más fastidio, se suponía que Maggie iba a correr a sus brazos una vez supiera que tenía al niño, que se daría cuenta de su error, pero en su lugar todo le estaba saliendo al revés .—No te atreves a ponerte a llorar ¡Me tienes hasta los huevos con el llanto! Daniel, sin poder contenerlo más, explotó en llanto mientras hacía lo único que podía que era llamar a su madre. —Nani, quelo a nani,
El trato estaba hecho, y la tensión en el aire se volvió casi insoportable, Nathaniel aunque podía ver a los hombres del equipo especial que contrató en posición y listos para derribar a Alexis de ser necesario, eso no disminuía ni un poco su preocupación. Maggie avanzó lentamente hacia Alexis, cuyos ojos brillaban con una mezcla retorcida de triunfo y deseo. Dan, asustado y confundido, extendió los brazos hacia su madre mientras lágrimas corrían por sus pequeñas mejillas. —Nani…Nani, bebé. El corazón de Maggie se encogió al ver a su hijo en esa situación, pero sabía que tenía que mantener la calma por su bien. —Mami está aquí, bebé— dijo Maggie viendo únicamente a su bebé y tratando de ignorar al resto de personas que estaban a su alrededor, pues de otro modo iba a terminar por enloquecer. Nathaniel sabía que Maggie, aunque parecía tranquila, debía estarse muriendo por dentro y eso sumado al hecho de que estaba descompensada en todos los sentidos lo tenía lleno de miedo y ansied
Después del disparo las cosas pasaron demasiado rápido, pero para Nathaniel era como si el mundo se hubiera detenido en el preciso instante en que Maggie cayó herida. Estaba arrodillado al lado de la chiquilla, sus manos manchadas de rojo mientras intentaba detener la sangre que salía de su hombro, muy cerca de su pecho y luego todo fue un borrón. Vio a Alexis salir esposado y gritando de la cabaña, tenía la nariz rota y el rostro lleno de sangre y aunque lo que más quería era que el malnacido sufriera, esa no era su prioridad en esos momentos y también vio a George sostener a Dan mientras él sostenía a Maggie, fue la primera vez que lo vio actuar mínimamente como su padre. Lo siguiente que supo era que estaba sentado en una ambulancia rumbo al maldito hospital más cercano que resulta que estaba a media hora de distancia y cada minuto que pasaba era una completa agonía. Daniel estaba junto a George y Michael viniendo en un auto tras ellos, él ni loco iba a dejar que el imbécil se q
Maggie sentía que todo el cuerpo le pesaba, un pitido lejano era lo único que escuchaba y una punzada no dejaba de martillar en su cabeza. Con lentitud intentó abrir los ojos pero la luz hizo que volviera a cerrarlos de inmediato. Se sentía mareada y desubicada. Nuevamente volvió a intentar abrir los ojos, esa vez con más cuidado, y aunque la luz volvió a incomodarle, parpadeó varias veces hasta que consiguió abrirlos del todo llevándose la sorpresa de que no estaba en su habitación, de hecho no sabía en donde se encontraba. Lo único que veía era blanco. Paredes blancas, pisos blancos, sábanas blancas y una… camilla igualmente blanca. Solo entonces se dio cuenta que el lugar donde estaba era un hospital y por más que quiso recordar cómo había llegado hasta allí no lo conseguía. Entonces otro pensamiento abordó su mente “Daniel” si ella estaba ahí, sola, ¿Dónde se suponía que estaba su hijo? —Dan… La máquina que estaba a su lado comenzó a pitar con mayor frecuencia y no tuvo que s