Holaaaaa cariñitos!!! Bueeeeeno que la cosa está cada vez más tensaaa!! Espero que hayan disfrutado el capítulo, en el próximo les traeré lo que ha pasado dentro de la cabaña con Dan. Besooooooos y si no han ido a leer mi nueva novela, las invito a que lo hagan, estpa llena de mucho romance y humor. NOMBRE: Un beso mágico ¡Jefe no me rechace!
La llamada que le había hecho a Maggie hacía ya algunas horas, había dejado a Alexis con un mal presentimiento, y aunque había intentado sonsacarle al niño qué le había preguntado su madre, este no había soltado una sola palabra. Lo único que había hecho desde entonces era mirarlo con cara de culo y medio comer lo que le había dado mientras preguntaba cada dos malditos minutos si ya venía su madre, hasta que finalmente colmó su paciencia. —¡Joder no se! ¿CÓMO DEMONIOS VOY A SABERLO? Nada más gritar vio como al niño comenzó a temblarle el labio inferior y eso en lugar de conmoverlo solo le generó más fastidio, se suponía que Maggie iba a correr a sus brazos una vez supiera que tenía al niño, que se daría cuenta de su error, pero en su lugar todo le estaba saliendo al revés .—No te atreves a ponerte a llorar ¡Me tienes hasta los huevos con el llanto! Daniel, sin poder contenerlo más, explotó en llanto mientras hacía lo único que podía que era llamar a su madre. —Nani, quelo a nani,
El trato estaba hecho, y la tensión en el aire se volvió casi insoportable, Nathaniel aunque podía ver a los hombres del equipo especial que contrató en posición y listos para derribar a Alexis de ser necesario, eso no disminuía ni un poco su preocupación. Maggie avanzó lentamente hacia Alexis, cuyos ojos brillaban con una mezcla retorcida de triunfo y deseo. Dan, asustado y confundido, extendió los brazos hacia su madre mientras lágrimas corrían por sus pequeñas mejillas. —Nani…Nani, bebé. El corazón de Maggie se encogió al ver a su hijo en esa situación, pero sabía que tenía que mantener la calma por su bien. —Mami está aquí, bebé— dijo Maggie viendo únicamente a su bebé y tratando de ignorar al resto de personas que estaban a su alrededor, pues de otro modo iba a terminar por enloquecer. Nathaniel sabía que Maggie, aunque parecía tranquila, debía estarse muriendo por dentro y eso sumado al hecho de que estaba descompensada en todos los sentidos lo tenía lleno de miedo y ansied
Después del disparo las cosas pasaron demasiado rápido, pero para Nathaniel era como si el mundo se hubiera detenido en el preciso instante en que Maggie cayó herida. Estaba arrodillado al lado de la chiquilla, sus manos manchadas de rojo mientras intentaba detener la sangre que salía de su hombro, muy cerca de su pecho y luego todo fue un borrón. Vio a Alexis salir esposado y gritando de la cabaña, tenía la nariz rota y el rostro lleno de sangre y aunque lo que más quería era que el malnacido sufriera, esa no era su prioridad en esos momentos y también vio a George sostener a Dan mientras él sostenía a Maggie, fue la primera vez que lo vio actuar mínimamente como su padre. Lo siguiente que supo era que estaba sentado en una ambulancia rumbo al maldito hospital más cercano que resulta que estaba a media hora de distancia y cada minuto que pasaba era una completa agonía. Daniel estaba junto a George y Michael viniendo en un auto tras ellos, él ni loco iba a dejar que el imbécil se q
Maggie sentía que todo el cuerpo le pesaba, un pitido lejano era lo único que escuchaba y una punzada no dejaba de martillar en su cabeza. Con lentitud intentó abrir los ojos pero la luz hizo que volviera a cerrarlos de inmediato. Se sentía mareada y desubicada. Nuevamente volvió a intentar abrir los ojos, esa vez con más cuidado, y aunque la luz volvió a incomodarle, parpadeó varias veces hasta que consiguió abrirlos del todo llevándose la sorpresa de que no estaba en su habitación, de hecho no sabía en donde se encontraba. Lo único que veía era blanco. Paredes blancas, pisos blancos, sábanas blancas y una… camilla igualmente blanca. Solo entonces se dio cuenta que el lugar donde estaba era un hospital y por más que quiso recordar cómo había llegado hasta allí no lo conseguía. Entonces otro pensamiento abordó su mente “Daniel” si ella estaba ahí, sola, ¿Dónde se suponía que estaba su hijo? —Dan… La máquina que estaba a su lado comenzó a pitar con mayor frecuencia y no tuvo que s
La amnesia temporal de Maggie había dejado su mundo patas arriba. Ella luchaba por comprender las palabras del médico y procesar la realidad que se le presentaba. Su mente era una maraña confusa de pensamientos, y la sola idea de estar embarazada de un hombre al que apenas recordaba la llenaba de confusión y miedo. Nathaniel, por otro lado, se encontraba atrapado en una tormenta de emociones. Ver a Maggie mirándolo como si fuera un desconocido era una herida que le cortaba el alma. A pesar de la alegría que sentía por haberla visto despertar, la situación era un desafío emocional abrumador. El médico decidió tomar la palabra nuevamente, tratando de guiar a Maggie a través del torbellino de su mente. —Señorita Lewis, sé que esto debe ser abrumador, pero estamos aquí para ayudarla. Es comprensible que esté confundida, pero estamos aquí para brindarle apoyo y cuidados. El embarazo es una noticia importante, y estamos comprometidos a garantizar su bienestar y el de su bebé. —Los… ¿Los
Nathaniel nunca había estado tan nervioso, sentía que a cualquier paso en falso que diera podía hacer que la chiquilla se arrepintiera de haberse ido con él y eso era lo que menos quería pues estaba decidido a ayudarla a recuperar los recuerdos. Aunque sabía que también existía la posibilidad de que eso tomara meses, por eso había decidido que jugaría un nuevo juego de seducción, uno en el que le demostrara a la chiquilla lo loco que estaba por ella y el pequeño. Él los amaba más que a nada y no iba a perderlos, esa no era una opción. Llevó sus ojos a donde ella se encontraba viendo todo el apartamento con curiosidad y con pasos tentativos se acercó a ella consiguiendo que girara a mirarlo. —¿Te gustaría un pequeño recorrido por el lugar? Maggie no sabía cómo sentirse o qué hacer en esos momentos y siendo sincera lo único que quería era que alguien le resumiera que había pasado en los últimos meses para no sentirse tan perdida. Aún así, se encontró asintiendo en dirección del cast
Cuando despertó Maggie se encontraba un poco desorientada al principio, pues a primera instancia no consiguió reconocer en dónde estaba y tuvo la esperanza de que todas las sorpresas ocurridas el día anterior pudieron haber sido solo un mal sueño, sin embargo al mirar a su alrededor, los recuerdos comenzaron a regresar. Se sentía incómoda por la situación era como si su mente y su cuerpo no pudieran ponerse de acuerdo sobre cómo reaccionar o sentirse con lo que estaba pasando, pero al mismo tiempo intrigada por lo que el futuro, pues el Nathaniel que había visto el día anterior era uno totalmente distinto al de sus recuerdos. Dejando salir un suspiro se puso en pie y se arregló antes de salir del cuarto pues según lo hablado, esa mañana estaría yendo junto al castaño a la primera cita prenatal. Dios, ¿cómo fue que se dejó embarazar? Debía admitir que una de las cosas que la tenía más contrariada, era el hecho de no poder recordar haber estado con Nathaniel, pues sea como sea ella
La empresa se alzó enfrente de Maggie tal cuál como ella la recordaba, sin embargo sabía que había tenido sus cambios en el interior, pues Nathaniel ya le había contado sobre la guardería que había mandado a hacer en el primer piso para que Dan pudiera estar cerca de ella. Eso fue algo que la había dejado sin aliento y estaba segura que cuando ocurrió debió haber sido igual. Sin embargo, si creía que estaba preparada para todo lo que venía y lo que se iba a encontrar estaba muy equivocada, pues Nathaniel estaba decidido a recrear para ella cada momento importante que había tenido. —Ahora tienes tu propia oficina— le dijo y esa vez sí la tomó por absoluta sorpresa pues eso era algo que no le había dicho en su relato la noche anterior. —¿Qué…? Pe..Pero si dijiste que sería tu asistente y además solo han pasado algunos meses— le dijo y luego un pensamiento atravesó su mente —¡No me digas que me has dado una oficina solo porque empecé a salir contigo! Nathaniel estaba conteniendo las g