El cuartel general estaba sumido en el más absoluto caos. Giovanni y todos los agentes bajo su cargo llevaban horas luchando incansablemente por localizar a Layla y a sus agentes desaparecidos, buscando sobrevivientes, o el menor rastro de a donde pudieron haber sido llevados. Desesperados por salvar a sus amigos, su familia. Pero hasta las cámaras de vigilancia y registros propios de la mansión habían sido destruidas.
El llevar al duque de Nolan a la más absoluta desesperación y no sacar de ahí a Layla y sus agentes antes de que todas las piezas de domino cayeran había sido el peor de sus errores. Ahora cargarían de por vida en sus conciencias aquella culpa por no haber previsto aquel resultado, todas esas vidas perdidas por el mas imperdonable de los descuidos.Por su parte, la casa real se haba abocado a calmar a la prensa con respecto a la desaparición de la duquesa de Nolan quien no había lleGiovanni había citado a Marcus rápidamente en su oficina mientras revisaba algunos datos que había obtenido de antiguos aliados de Robert en busca del lugar donde podrían tener a Layla y sus agentes infiltrados en la mansión, y este no tardó en llegar.Marcus no se molestó con formalismos. Tan pronto llego abrió la puerta sin anunciarse, entro y la cerro tras de sí, antes de tomar asiento frente a Giovanni quien tecleaba incesantemente en su computadora. El sonido igual al de un fuerte aguacero debido a la velocidad con la que presionaba cada tecla ante de pasar a la siguiente. Cuando este ceso de hacer lo que lo había mantenido tan absorto en su tarea se quitó los lentes y se apartó del escritorio estirando la espalda. Estaba agotado, igual que todos. Pero temía que dé para podría perder valiosísimos segundos, así que no lo había hecho.-¿Me llamaste?-pregunto Marcus a sabiendas de la respuesta reclamando su atención.-Conseguí el nombre que me pediste, pero no te va a gus
Diana abrazo a Amshel antes de que subiera a la camioneta y saliera en la misión. No había una sola persona que hubiera podido conseguir que él desistiera en su decisión de liderar al grupo que se dirigiría a la mansión del duque de Nolan en busca de lo que este les había dejado, ni argumento alguno que pesara la suficiente como para conseguirlo. Y aunque en lo profundo lo deseara, Diana tampoco se atrevió a pedírselo. Ese era el trabajo que ellos habían elegido, y el que ella no pudiera lidéralos en esta ocasión, no implicaba que él tampoco pudiera hacerlo.Así que ahí, frente a todos sus agentes sin importarle más nada, lo abrazo y se despidió de él haciéndole prometer que regresaría en una pieza. Una promesa que les había hecho hacer a cada uno de los que se encontraría bajo su mando, pero sintió la necesidad de volv
Layla se encontraba suspendida a un par de centímetros del suelo, tan cerca de la superficie que si se ponía de puntillas sus dedos alcanzaba el suelo brindándole un leve alivio a sus brazos de sostener todo su peso.La habían sujetado por las muñecas con sus ajustadas y frías cadenas que le lastimaban la piel. Los brazos hacía mucho tiempo habían dejado de dolerle pasando a quedar completamente insensibilizados por la mala circulación, pero aun así la piel alrededor de las muñecas le molestaba, por no hablar de la muñeca derecha en sí. Ya que las primeras horas que la habían dejado sola, había luchado contra ellas con todas sus fuerzas, desesperada por liberarse, y nuevamente hacia no mucho tiempo. La sangre le entibiaba la piel del ante brazo, de ahí en más tan fría como el resto de su cuerpo en aquel gélido y húmedo lugar.La hab&ia
La situación se había vuelto insostenible, y muy a pesar de las objeciones de Javier para que lo hicieran, asegurando que Robert aparcería de un momento a otro, y ante la prolongada ausencia y falta de noticias de ambos duques, la casa real se había visto obligada a reportarlos como desparecidos. Y cuando habían ingresado a la mansión al no recibir respuesta ni noticia de nadie en su interior encontrando aquella escena macabra, el infierno se había desatado. Aquello había sido una noticia nacional. Todo el país alterado por la noticia.Todas las agencias de inteligencia buscándolos por cielo, mal y tierra. Pero ni un susurro con respecto a sus paraderos. Y Gabriel estuvo más que seguro que no encontrarían una sola pista al respecto porque no estaban buscando en el sitio correcto, ya que los duques no habían sido secuestrados por ninguna célula terrorista, sino, que había sid
Cuando Pamela les conto sobre el nuevo hallazgo con relación a el paradero de Layla, todos se encontraron conteniendo el aliento en espera de la oportunidad de conseguirlo. Pero una verdad insidiosa se abrió paso a través de Marcus.Aunque la rescataran, si no tenían pruebas irrefutables ante el mundo de lo que el duque había hecho, se encontrarían parados justo donde se encontraban al inicio. Ya que bien podrían haber destruido el imperio del duque, pero Layla continuaría siendo suya. Y aunque esto no apareciera en el plan original, el liberarla de él se había vuelto parte imprescindible de su plan para considerar que su triunfo estaba completo a pesar de todas las pérdidas que habían sufrido.Debían buscar la manera de exponer al duque más allá de cualquier duda. Pero su credibilidad y la de los que lo acompañaban era cuando menos cuestionable… si quer&i
Javier había transferido todo su dinero disponible a cuentas en el extranjero. Robert había perdido completamente la cabeza dejando de importarle reconstruir su imperio centrándose en un irrefrenable deseo de venganza que amenazaba con consumirlo. El buscaba venganza contra su enemigos y los aliados de su esposa que la habían ayudado a destruirlo, que lo habían humillado y puesto en ridículo ante todo el mundo. La ira contra ellos y contra todos los que lo habían abandonado lo cegaba. No le permitían ver lo que tenía frente a él, los errores que estaba cometiendo.Javier le había rogado que regresara, que hiciera acto de presencia y se fingiera consternado por la desaparición de su esposa, pero este no lo había escuchado. Lo había ignorado como siempre. Y ahora que la noticia de su desaparición era trasmitida a nivel internacional era demasiado tarde para echarse atrá
Llegados a cierto punto luchar ya no servía de nada, pelear era inútil y lo único que obtenía a cambio era quedar cada vez más agotada. Si aquel era su momento no servía de nada resistirse… no tenía sentido… y el hacerlo solo lo volvía más doloroso de lo necesario. Así que ahí… tirada en el suelo cubierto de vidrios que se le clavaban en cada parte del cuerpo dejo de pelear. Se rindió. Y se quedó ahí completamente inmóvil esperando que el destino viniera a reclamar su miserable e insignificante vida. *****Diana y Amshel lideraban la misión. Eran el grupo alfa y beta como siempre. Solo que en esta ocasión habían dejado detrás un tercer grupo para proteger a la prensa y asegurarse de que nadie escapara.Estaban decididos, y una fuerte convicción impulsa sus pasos, pero si eran completamente sinceros, un
Su equipo se había separado del de Diana y el de Marcus hacía ya rato. Algo normal en medio de la batalla, ya que por muy idílica que la pintaran en los programas de la televisión y en las películas. Después de que esta comenzaba por lo general todo se sumía en el más absoluto caos, y mantener ordenadas y bien agrupadas sus filas era una tarea por demás imposible, que en la mayoría de los casos no valía el esfuerzo que requería hacerlo.Él luchaba fieramente contra sus oponentes dirigiendo a los agentes que tenía a su cargo. Y por mucho que lo intentara le era muy difícil evitar que su mente divagara tratando de adivinar en donde se encontraría Diana en ese preciso instante. Si se encontraría bien. Si la había alcanzado algún enemigo formidable. Si se habría topado con Vastian… Y rogaba que fuera uno de esos días que por mucho