Layla se refugió entre los cálidos y fuertes brazos de Gabriel sintiéndose aun sobrecogida por la impresión. No podía contarle lo que la tenía así, pero él no pido ninguna explicación, simplemente la abrazo y la recibió.
Pamela había sobrevivido a Vastian, una hazaña que muy pocos de aquellos desafortunados en los que él había posado sus ojos podían presumir. Seguramente las únicas que podían hacerlo eran Diana y Pamela. Pero el muy bastardo le había hecho un profundo corte en el rostro que había desencadenado una profusa hemorragia que había sido muy difícil de contener.Pamela estaría bien, pero lo más probable es que una cicatriz que le cubriría desde la parte baja del ojo cruzándole el pómulo hasta casi llegar a su oreja permanecería en su rostro para siempre. Indudablemente su trabaMarcus estaba exhausto, aquellos días a duras penas tenia algunos escasos momentos para descansar y sentarse un instante. Su cuerpo comenzaba a protestar ante aquel frenético ritmo.En los últimos días se habían abocado a comenzar a destruir los negocios principales de Robert iniciando lo que ellos esperaban fuera un efecto domino.Los conflictos entre él duque y sus socios se agravaban a cada momento, con la confianza de ellos hacia él viéndose menguada cada vez más. Su mercancía era destruida constantemente en sus bodegas y medios de transporte, las personas con las que realizaba trata, liberadas y rescatadas de sus garras, sus aliados perseguidos y el apoyo hacia su organización metódicamente diezmada.El terreno por donde pisar y de donde asirse se le iba acabando día con día al pequeño duque. Su juego, en donde siempre fue rey y conquistador, hab&i
Layla estaba cansada, había estado yendo de un lado para otro siendo completamente cuidadosa de ser cautelosa con sus propios pasos. Inclusive había comprado su propio auto para trasladarse de forma más discreta cuando no se dirigía a los eventos oficiales, esto para no tener ojos indiscretos que la observaran, y para evitar meter a John en problemas en caso de que Robert la atrapara. El auto que había comprado era un pequeño y discreto auto usado de color gris oscuro con los vidrios polarizados que había pagado en efectivo a un vendedor cualquiera. Y aun a pesar de ello se sentía llena de energía. Como si en algún momento sin que se hubiera dado cuenta le hubieran crecido alas y ahora pudiera volar.Había escapado rápidamente en un rato libre, antes de su siguiente evento, para ir al cuartel general y ver a Diana y a Pamela comprobando su estado personalmente. Giovanni la había tenido in
Marcus estaba furioso ante la confrontación y las declaraciones de Layla. No únicamente estaba con otro, sino, que osaba asegurar que su amor no era puro, que era inadecuado.Colérico se apresuró para llegar al cuarto de cámaras donde encontró inmediatamente a Giovanni quien ya lo esperaba para mostrarle una peculiaridad que había notado en uno de los monitores, pero Marcus no le dio ni tiempo de hablar antes de que lo mirara de forma autoritaria indicándole que lo acompañara, tan enojado que no quiso arriesgarse a que las palabras se le escaparan en un grito de frustración.Giovanni no necesito más que una mirada para comprender que algo andaba mal y acompañarlo rápidamente cerrando la puerta de la oficina insonorizada que usaba como cuarto de control tan pronto ambos estuvieron dentro.-Layla esta con alguien y quiero que descubras con quien- ordeno sin miramientos Marcus y Gi
Todo estaba destruido. Una vida de trabajo, generaciones de dedicación tiradas a la basura. El legado que su padre le había confiado, completamente destruido.Todos sus aliados y socios lo habían abandonado, alguien lo estaba traicionando entregando información vital a sus enemigos. Aquellos a quienes había maginado tenían el atrevimiento de levantarse en su contra como si fueran dignos de algo más que besar el suelo por donde caminaba, simples ratas y bestias taimadas que se creían más de lo que realmente podían llegar a ser por más que se esforzaran. Viles esclavos que estaban muy por debajo de su desprecio. Y aun así… aun así lo habían arruinado.No le quedaba nada de donde asirse además de la familia real y sus negocios lícitos que eran una cruel burla ante el imperio que él había construido en las sombras. Toda su mercancía destru
El cuartel general estaba sumido en el más absoluto caos. Giovanni y todos los agentes bajo su cargo llevaban horas luchando incansablemente por localizar a Layla y a sus agentes desaparecidos, buscando sobrevivientes, o el menor rastro de a donde pudieron haber sido llevados. Desesperados por salvar a sus amigos, su familia. Pero hasta las cámaras de vigilancia y registros propios de la mansión habían sido destruidas.El llevar al duque de Nolan a la más absoluta desesperación y no sacar de ahí a Layla y sus agentes antes de que todas las piezas de domino cayeran había sido el peor de sus errores. Ahora cargarían de por vida en sus conciencias aquella culpa por no haber previsto aquel resultado, todas esas vidas perdidas por el mas imperdonable de los descuidos.Por su parte, la casa real se haba abocado a calmar a la prensa con respecto a la desaparición de la duquesa de Nolan quien no había lle
Giovanni había citado a Marcus rápidamente en su oficina mientras revisaba algunos datos que había obtenido de antiguos aliados de Robert en busca del lugar donde podrían tener a Layla y sus agentes infiltrados en la mansión, y este no tardó en llegar.Marcus no se molestó con formalismos. Tan pronto llego abrió la puerta sin anunciarse, entro y la cerro tras de sí, antes de tomar asiento frente a Giovanni quien tecleaba incesantemente en su computadora. El sonido igual al de un fuerte aguacero debido a la velocidad con la que presionaba cada tecla ante de pasar a la siguiente. Cuando este ceso de hacer lo que lo había mantenido tan absorto en su tarea se quitó los lentes y se apartó del escritorio estirando la espalda. Estaba agotado, igual que todos. Pero temía que dé para podría perder valiosísimos segundos, así que no lo había hecho.-¿Me llamaste?-pregunto Marcus a sabiendas de la respuesta reclamando su atención.-Conseguí el nombre que me pediste, pero no te va a gus
Diana abrazo a Amshel antes de que subiera a la camioneta y saliera en la misión. No había una sola persona que hubiera podido conseguir que él desistiera en su decisión de liderar al grupo que se dirigiría a la mansión del duque de Nolan en busca de lo que este les había dejado, ni argumento alguno que pesara la suficiente como para conseguirlo. Y aunque en lo profundo lo deseara, Diana tampoco se atrevió a pedírselo. Ese era el trabajo que ellos habían elegido, y el que ella no pudiera lidéralos en esta ocasión, no implicaba que él tampoco pudiera hacerlo.Así que ahí, frente a todos sus agentes sin importarle más nada, lo abrazo y se despidió de él haciéndole prometer que regresaría en una pieza. Una promesa que les había hecho hacer a cada uno de los que se encontraría bajo su mando, pero sintió la necesidad de volv
Layla se encontraba suspendida a un par de centímetros del suelo, tan cerca de la superficie que si se ponía de puntillas sus dedos alcanzaba el suelo brindándole un leve alivio a sus brazos de sostener todo su peso.La habían sujetado por las muñecas con sus ajustadas y frías cadenas que le lastimaban la piel. Los brazos hacía mucho tiempo habían dejado de dolerle pasando a quedar completamente insensibilizados por la mala circulación, pero aun así la piel alrededor de las muñecas le molestaba, por no hablar de la muñeca derecha en sí. Ya que las primeras horas que la habían dejado sola, había luchado contra ellas con todas sus fuerzas, desesperada por liberarse, y nuevamente hacia no mucho tiempo. La sangre le entibiaba la piel del ante brazo, de ahí en más tan fría como el resto de su cuerpo en aquel gélido y húmedo lugar.La hab&ia