El poder sobreponerse a lo que estaba pasando se sintió como si de nadar para salir de lo más profundo del océano se tratara. Para cuando logro asomar la cabeza por encima de la superficie ya se sentía agotada y temblorosa, pero una especie de satisfacción, de victoria ante ese logro que podía llamar suyo la lleno de una forma que no había conocido nunca antes. Y eso le proporcionó una gran satisfacción, aunque la costa estuviera aún muy lejos y le faltara todavía un largo camino por recorrer.
Layla vendo con cuidado sus manos ampolladas y doloridas tanto por el entrenamiento como porque pasaba todo lo que le restaba de tiempo libre tocando el cello en el sótano y en la mansión de Robert perdiéndose por completo en la música. Su esposo por fortuna no la había reprendido por tal comportamiento, inclusive parecía disfrutarlo.Una noche que había decidCuando las vacaciones finalmente terminaron regresar a la vida pública le resulto un tanto pesado. La reina y todos los compromisos le absorbían gran parte de su tiempo, teniendo que ingeniárselas para cumplir con las misiones que le asignaban en el cuartel general de forma diligente sin dar pie a comentarios o reproches al respecto.El ambiente se había vuelto casi perpetuamente tenso en sus instalaciones, hacía que ella rehuyera el presentarse en ellas a no ser que su presencia fuera indispensable. Un sentimiento que Diana y ella compartían. Aunque recientemente eso no fuera lo único que compartieran.Ambas entrenaban diariamente sin falta, y en un par de ocasiones habían apartado tiempo para almorzar juntas en aquel sótano. Ese se había vuelto su lugar secreto. Su santuario privado. Un consuelo lejos de la vida diaria que las agobiaba.Aparentemente aunque su gemela jamás la juzgara
Layla se miró rápidamente en el espejo de mano que guardaba en su bolso comprobando su aspecto y retocando un poco su maquillaje. Su apariencia era pulcra y elegante con el cabello recogido bien peinado y el maquillaje discreto de aspecto impecable.Tras varias reuniones y deliberaciones había conseguido que su propuesta fuera aceptada por todos para disgusto de Marcus, quien no teniendo otra opción dados los recientes acontecimientos no tuviera otra alternativa más que acceder a regañadientes. Para ella había sido una fortuna haberlo podido solucionar antes de que los compromisos dela familia real consumieran su tiempo por completo.Esa semana había viajado a otra ciudad a unas horas en auto y le habían agendado demasiados compromisos, tantos que ni siquiera había tenido tiempo de revisar de qué se trataba cada uno. Cuando John detuvo el auto frente a un gran edificio de aspecto sencillo pa
Lidia y la señora Aragón se había quedado arriba atendiendo a los invitados y entreteniendo a la prensa, impidiéndoles por cualquier medio necesario el abandonar el cuarto piso para seguir a Layla y capturar una imagen nada favorecedora de ella. Una malita muñeca en el aparador, eso es lo que era para ellos, y nada más. Solo un objeto decorativo y nadie se tomaban la molestia de percatarse del ser humano detrás.Con el tiempo que había estado en el evento era suficiente como para tener una historia estelar de primera plana en la que se relatará la dedicación de la duquesa de Nolan y la familia real hacia los huérfanos de la nación, y como ella era tan generosa y desinteresada, ya que aún a pesar de haber perdido a su propio hijo luchaba tan altruistamente para darles al resto de los niños del reino una vida mejor. Así, siendo un claro ejemplo de la dedicación y
El camino de regreso, aunque largo, le pareció demasiado corto, y para su gusto ella y Gabriel llegaron al palacio de invierno demasiado pronto.El consuelo de Gabriel la había reconfortado lo suficiente como para no terminar hecha pedazos, pero aun así le dolía el alma. Lo que habían hecho, lo que se habían atrevido a hacer... era simplemente demasiado. Y pensar que ahora debía pagar las consecuencias por la puñalada que ellos mismos le habían asestado, eso la hacía que temblara de rabia e impotencia.Debía contenerse, sabia de sobra el papel se suponía debía interpretar, su celular no había dejado de sonar como si sus aliados desearan recordárselo, pero ella se dedicaba a ignorarlo. No podía lidiar con más cosas de las que ya tenía entre manos en ese momento. Estaba demasiado cansada y se sentía demasiado quebrada como para tene
El cuartel general estaba envuelto en un frenesí de actividad. Todos y cada uno de sus miembros encargándose de distintas tareas.Aquel día habían dado un fuerte golpe a uno de los negocios base de Robert que estaba bajo el cargo de Vastian aprovechando que este se encontraba en otro lugar, de momento y sin más información no podían arriesgarse a que Diana lo volviera enfrentar directamente, no al menos hasta que tuvieran completa certeza de lo que había sucedido en relación con él, por más que cualquier aplazamiento llenaba de rabia Marcus, pero hasta que no estuviera claro su papel no haría ningún movimiento en su dirección, algo de lo cual se enteraría seguramente por la mañana, pero la noticia de Layla les llego por un miembro de la prensa antes de que un susurro de ello asomara en cualquier titular amarillista.Habían enviado a Layla a la inauguración de la nueva planta de dormitorios de un orfanato en una ciudad vecina, y aquello fue como lanzar una bomba. ¿Cómo demonios
Gabriel la encontró rápidamente sabiendo de sobra a qué lugar la habían llevado, un lugar que aun de adulto ocasionalmente seguía apareciendo en sus pesadillas y quitándole el sueño por las noches. Él logro llegar a ella entrando en el palacio por los pasadizos secretos que tantas veces había explorado de niño y adolescente en cuanto tuvo oportunidad, su hermano Lucas ayudándolo a entrar, ya que aunque todos le fallaran Lucas nunca lo había hecho, y aquel día que la dejo con su esposo y su abuela por petición suya queriendo respetar su promesa, encontrando afuera con su padre y su tío que le dijeron que se fuera sabiendo de sobra por sus expresiones lo que asaria luchando con ellos para evitarlo, ese día ya en su apartamento de la ciudad había sido Lucas quien lo había sacado del más puro frenesí de rabia cuando había despertado ahí
Pasaron días enteros antes de que cualquiera de ellos tuviera noticia alguna de Layla, ya fuera de boca ella o de cualquier otra persona. La tensión en los miembros del círculo íntimo era palpable, y comenzaba a afectar a todos en las instalaciones, pero no había mucho más que ellos pudieran hacer, solo esperar. Y cuando paso una semana entera sin noticia alguna de ella, estaban listos para irrumpir en el maldito palacio real, arriesgándose a destrozar sus planes sin importarles toparse con lo que fuera necesario. Pero justo cuando un equipo dirigido por Diana se preparaba para partir, uno de los miembros de la mansión les entrego nueva información.La duquesa regresaría al día siguiente, y se reincorporaría a la vida pública. Todos sus compromisos habían sido aplazados o reagendados por su repentina enfermedad, pero ya no más. En cuanto el sol saliera nuevamente ella se enc
Diana notaba la rigidez en cada uno de sus movimientos siendo consiente del trabajo que le costaba no hacer muecas de dolor con cada uno de ellos. Layla no había dicho una sola palabra con respecto a lo que le había sucedido, pero al verla, aunque sin saber todos los detalles casi podría adivinar lo que le había pasado. Ya que fuera lo que fuese que le habían hecho, habían lastimado severamente su cuerpo, por mucho que esto no se reflejara a simple vista… y en lo que respectaba a como habrían jugado con su mente, en realidad ella temía saber la respuesta.Layla luchaba fieramente, pero por muy duro que peleara, ante los ojos de Diana era más que evidente que ella no era su oponente, sino, sus propios demonios.Había llegado esa tarde atormentada por algo de lo que era incapaz de hablar, y cuando se paró justo en el centro del círculo de pelea Diana no necesito que dijera una palabra