Diana notaba la rigidez en cada uno de sus movimientos siendo consiente del trabajo que le costaba no hacer muecas de dolor con cada uno de ellos. Layla no había dicho una sola palabra con respecto a lo que le había sucedido, pero al verla, aunque sin saber todos los detalles casi podría adivinar lo que le había pasado. Ya que fuera lo que fuese que le habían hecho, habían lastimado severamente su cuerpo, por mucho que esto no se reflejara a simple vista… y en lo que respectaba a como habrían jugado con su mente, en realidad ella temía saber la respuesta.
Layla luchaba fieramente, pero por muy duro que peleara, ante los ojos de Diana era más que evidente que ella no era su oponente, sino, sus propios demonios.Había llegado esa tarde atormentada por algo de lo que era incapaz de hablar, y cuando se paró justo en el centro del círculo de pelea Diana no necesito que dijera una palabraPamela se encontraba envuelta en un abrigo de piel, vestida con un vestido color cobre con motivos metálicos tal y como se usaba en aquel lugar, así mezclándose fácilmente con el resto de personas por estrafalario que pudiera parecer a primera vista el atuendo.Ella miro con cierto desdén a las personas a sus espaldas, mientras desde su lugar privilegiado en la barra del bar, escuchaba la conversación que mantenían los hombres en la mesa. Todos socios de Robert descontentos por los recientes incidentes que comenzaban a incrementar poco a poco, menguando y destruyendo las mercancías y tratos que tenían con él, al igual que la confianza y credibilidad de este.-Él duque lidero magistralmente durante muchos años el negocio, al igual que como lo hizo su padre antes de él, pero ya está envejeciendo, y va perdiendo el toque… es más que claro que posee enemigos poderoso
La ira y la más absoluta angustia inundaron a Diana mientras se preparaba junto a los demás en la camioneta en movimiento camino a donde se encontraba Pamela. Tenía miedo, miedo como no había sentido nunca en su vida, ante la posibilidad de perder a su gemela, un temor que la invadió por completo, haciendo que le costara una barbaridad mantenerse centrada y no perder la concentración.Debía hacerlo bien, si sus emociones la distraían podría cometer errores, y frente a ese animal llamado Vastian los errores costaban vidas. Y si no estaba dispuesta a jugar con las vidas de sus hombres, mucho menos con la de su única hermana.Ella miro a Orel que conducía la camioneta en busca de nueva información, pero nada. Pamela no se había vuelto a comunicar desde el llamado de auxilio, y desde entonces un gran peso le oprimía el pecho haciéndole difícil respirar.-C
Giovanni se encontraba en la oficina adjunta a la sala de cámaras cuando la alarma salto, toda la información apareciendo en uno de sus monitores. La ubicación de la señal y la grabación de la cámara de seguridad del lugar, además de la tarjeta de identidad del solicitante. Un sistema infalible que había desarrollado durante años y se había infiltrado a los sistemas de seguridad de toda la cuidad. Donde hubiera cámaras ellos tenían ojos.Y cuando la tarjeta de identidad de Pamela salto al monitor, junto con la visión de Vastian en el bar entretenido con unos clientes en una mesa a espaldas de ella, quien se encontraba petrificada en la barra al igual que el cantinero incapaces de huir, no pudo evitar vomitar en el bote de basura más cercano.Una respuesta visceral, así era, pero originada en el miedo más absoluto y profundo. Él no perdió
Cuando la vio entrar a la camioneta tirando de la mano de un hombre tan pálido que no hubiera podido adivinar el color original de su piel al primer intento, un alivio profundo y absoluto lo recorrió de pies a cabeza, aun a sabiendas de que era demasiado pronto para cantar victoria. En ese momento las puertas se cerraron tras ellos y Amshel arranco negándose a desperdiciar ni un precioso segundo.Sin perder tiempo el paramédico de Roxanne, Walter, se inclinó en tono a Pamela para atenderla, un lado de su cara empapado en sangre.-No te distraigas Giovanni. Walter se puede encargar perfectamente de ella. Tú has tu magia y sácanos de aquí. Eso es lo único verdaderamente útil que puedes hacer en este momento- le advirtió Amshel con brusquedad sorprendiéndolo, y este tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas para no mandarlo al demonio. Tenía razón.Y cuando Pamela le
-Sobrevivirá. Pero su rostro quedara marcado de por vida… fuimos cuidadosos y por la mañana en cuanto se encuentre más estable le haremos una segunda intervención con un especialista en cirugía estética y reconstructiva- Roxanne suspiro retirándose los lentes y frotándose el entrecejo luciendo visiblemente agotada –Pero por muy hábil que sea, veo muy difícil que su rostro vuelva a lucir inmaculado-determino –Desde donde yo lo veo, considero muy difícil que pueda volver a realizar trabajo de campo. Su rostro lucirá demasiado reconocible. Ya saben que en su área la falta de marcas distintivas es una característica fundamental… y bueno, si antes por sus características le era complejo mezclarse y no ser notada me temo que ahora será prácticamente imposible-explico. Una clara sentencia en sus palabras.El rostro de Diana, que ya no ser&iac
Layla se refugió entre los cálidos y fuertes brazos de Gabriel sintiéndose aun sobrecogida por la impresión. No podía contarle lo que la tenía así, pero él no pido ninguna explicación, simplemente la abrazo y la recibió.Pamela había sobrevivido a Vastian, una hazaña que muy pocos de aquellos desafortunados en los que él había posado sus ojos podían presumir. Seguramente las únicas que podían hacerlo eran Diana y Pamela. Pero el muy bastardo le había hecho un profundo corte en el rostro que había desencadenado una profusa hemorragia que había sido muy difícil de contener.Pamela estaría bien, pero lo más probable es que una cicatriz que le cubriría desde la parte baja del ojo cruzándole el pómulo hasta casi llegar a su oreja permanecería en su rostro para siempre. Indudablemente su traba
Marcus estaba exhausto, aquellos días a duras penas tenia algunos escasos momentos para descansar y sentarse un instante. Su cuerpo comenzaba a protestar ante aquel frenético ritmo.En los últimos días se habían abocado a comenzar a destruir los negocios principales de Robert iniciando lo que ellos esperaban fuera un efecto domino.Los conflictos entre él duque y sus socios se agravaban a cada momento, con la confianza de ellos hacia él viéndose menguada cada vez más. Su mercancía era destruida constantemente en sus bodegas y medios de transporte, las personas con las que realizaba trata, liberadas y rescatadas de sus garras, sus aliados perseguidos y el apoyo hacia su organización metódicamente diezmada.El terreno por donde pisar y de donde asirse se le iba acabando día con día al pequeño duque. Su juego, en donde siempre fue rey y conquistador, hab&i
Layla estaba cansada, había estado yendo de un lado para otro siendo completamente cuidadosa de ser cautelosa con sus propios pasos. Inclusive había comprado su propio auto para trasladarse de forma más discreta cuando no se dirigía a los eventos oficiales, esto para no tener ojos indiscretos que la observaran, y para evitar meter a John en problemas en caso de que Robert la atrapara. El auto que había comprado era un pequeño y discreto auto usado de color gris oscuro con los vidrios polarizados que había pagado en efectivo a un vendedor cualquiera. Y aun a pesar de ello se sentía llena de energía. Como si en algún momento sin que se hubiera dado cuenta le hubieran crecido alas y ahora pudiera volar.Había escapado rápidamente en un rato libre, antes de su siguiente evento, para ir al cuartel general y ver a Diana y a Pamela comprobando su estado personalmente. Giovanni la había tenido in