Habían pasado semanas desde el incidente de Gabriel, y aparentemente nadie incluyendo a los porteros se había percatado de que el príncipe heredero había cruzado sus puertas. Al parecer, habían visto un auto lujoso último modelo y habían abierto la verja sin molestarse en comprobar la identidad del conductor mientras veían un juego en el pequeño televisor que mantenían escondido en la caseta de vigilancia.
Un evento bastante afortunado para Layla, aunque las preguntas le habían llovido del cuartel general, preguntas que por una razón que ella misma desconoció decidió no decir la verdad y dar una respuesta vaga, como que no se había topado con el aprovechando el hecho de que nunca instalo cámaras que mostraran el exterior de la mansión. Y por su parte Gabriel tampoco había intentado hablar con ella más allá de lo estrictamente necesariRobert le ofreció el brazo al tiempo que ambos se levantaban de sus butacas para salir del palco privado de la familia real después de la función de ballet que inauguraba la temporada, bajando juntos a la gala que se ofrecía en el salón principal del teatro para recaudar fondos para las artes.Ella noto la mirada de Gabriel quién la observaba discretamente mientras hablaba con la reina sobre la encantadora función, y Robert ni se enteró. Ella se impaciento por salir del todo y escapar del rango de visión de Gabriel.Si Robert se daba cuenta no tenía idea de cómo podría reaccionar.Ambos bajaron la escalinatas lentamente, tomándose su tiempo, y desde el vestíbulo las miradas de los asistentes se posaron en ellos.Todos siempre observaban a los miembros de la familia real, pero cuando la reina apareció con la rama principal de la familia Real el disgusto
Cuando Layla despertó esa mañana con un mal presentimiento y un fuerte dolor de cabeza jamás imagino lo que vendría a continuación, y si lo hubiera tan siquiera sospechado seguramente hubiera fingido estar enferma y no poder levantarse de la cama.Pero ahora, sentada en la mesa del comedor y dándole un trago a su segunda mimosa de la mañana se dio cuenta que era demasiado tarde.-He escuchado que te has desenvuelto maravillosamente en todos los eventos desde que regresaste. En hora buena. Finalmente haces algo bien en tu vida- dijo su madre en lo que seguramente fue un retorcido tipo de elogio.Irene la miro irritada y Layla estuvo casi segura de que el hecho de que la hubieran emboscado en la mansión sin previo aviso para almorzar, en lugar de invitarla a verse en un lugar en un lujoso restaurante de alto perfil era por el modo en el que Layla hecho a su madre de casa en su último encuentro el día que llego del psiquiátrico.Aunque lo más sorprendente de todo en e
Layla golpeó con fuerza el saco de arena hasta que le dolieron los nudillos y las piernas.-Bueno, creo que es suficiente, el saco de arena ya está muerto o ha sufrido el daño necesario para ir camino al hospital- la detuvo Giovanni con su encantadora sonrisa parándose a un lado del saco deteniéndolo con una mano haciendo que dejara de mecerse de un lado a otro -Layla, tiene suerte de que Diana no está aquí hoy o te pondría a trabajar para aprovechar toda esa energía y fuerza- le señaló con cara de espanto-Hola Giovanni. Yo... solo... me preparaba para esta noche- se excuso sonrojándose el sonrío aún más ampliamente-Creí que hoy solo revisarías y escanearias los documentos del escritorio de la oficina de tu esposo. No recuerdo escuchar nada sobre golpear un saco de arena o a un enemigo en la reunión donde discutimos el plan- bromeo y ella se puso aún más colorada, pudiendo sentir el calor descender por su cuello y subir hasta la punta de las orejas.-
Layla aprovecho que Robert había salido en un viaje de negocios y no regresaría hasta el día siguiente para poder revisar su oficina. En realidad por eso habían planeado revisar sus cosas esa noche ya que no podían desperdiciar tan buena oportunidad.Ella no estaba segura de por qué, pero sentía que ese día algo era diferente, lo sentía en lo profundo de su ser como una molesta e insistente vocecita que la incitaba a estar alerta, solo que no lo graba discernir porque.Con cuidado de no hacer ruido aparto las cobijas y salió de la cama poniéndose de pie.Se sentía nerviosa y algo ansiosa. Todos habían recalcado la importancia de conseguir ese mismo día la información que había en la oficina privada de Robert e incluso la habían hecho memorizar la combinación de la caja fuerte.Lo que conseguiría esa noche es crucial, y debid
Pamela caminaba con una bolsa de comida en la mano recorriendo los pasillos del cuartel general que a esa hora se encontraban casi completamente desiertos.Al llegar a la puerta de su oficina golpeó suavemente la superficie provocando un sonido rítmico y acompasado. Eran las cinco de la mañana, pero estaba más que segura de que no se había ido a casa, casi podía acostarlo.-¿Si?- pregunto Giovanni con voz soñolienta aún medio dormido con todo el cabello revuelto, los ojos aún medio cerrados y descalzo sobre un par de calcetines azul marino-Desayuno a domicilio- anuncio alegremente ella alzando la bolsa con comida de su lugar favorito, el le sonrío divertido, claramente complacido con su temprana visita-¿Un sobornon?- pregunto alzando una ceja-Un agradecimiento- aclaró ella evidentemente divertida por su apariencia y su reacción-¿Puedo?- pregu
Layla espero pacientemente en la oficina de Marcus. Algo inusual ya que por lo general se veía con él y los demás en la sala de juntas, pero aparentemente en ese mismo momento se encontraba ocupada.Marcus y algunos aliados se encontraban reunidos en ella ultimando los detalles de una misión que se realizaría esa misma tarde, o eso le había dicho el joven que la había recogido en el gimnasio y le había llevado al cuartel general, pidiéndole que esperara a Marcus ahí asegurándose que pronto se reuniría con ella y preguntándole si quería que le trajera algo mientras esperaba.Ella le agradeció su amabilidad y le dijo que no necesitaba nada y le aseguro que esperaría ahí hasta que llegará Marcus para atenderla. El pareció mas tranquilo ante sus palabras y se despidió llendose después de asegurarse que ella no necesitaba nada m&
Diana reviso por segunda ocasión que su chaleco antibalas estuviera bien amarrado. En aquellos momentos dejar algo al azar era simplemente estúpido, por no hablar de un error que no se podía dar el lujo de permitirse.Layla no tenía ni la más remota idea de lo valiosa que era la información que les había proporcionado ya que con ella habían pasado de buscar y tratar de atrapar un gato negro en una habitación a oscuras a encender la luz y solo tener el trabajo de atrapar a esa pequeña alimaña. Por más que esa pequeña alimaña fuera la maldita Hydra y por cada cabeza cortada le crecieran 2 más.La información que Layla había conseguido les decía donde tenían y cuando moverían a un grupo de niños y jóvenes que tenían secuestrado para traficar con ellos, y los moverían esa noche, exportandolos como mercanc&ia
"Ahí estaba ella. Dulce, risueña, su risa llenando toda la casa sus rizos castaños ondeando en el aire, su amplia y ancha sonrisa llena de dicha mientras corría descalza por el suelo de madera, sus expresivos ojos castaños mirándolo extasiados por la felicidad antes de entrar al cuarto de baño.Marcus corrió tras ella por el pasillo bañado por la luz del sol que entraba por las ventanas, pero cuando cruzó el marco de la puerta ya no había más sol y la oscuridad de una noche sin estrellas reinaba en el cuarto de baño. El piso mojado, sus pasos chapoteando la avanzar, el agua derramando se de la tina a borbotones y una mano sepulcral mente pálida sobresaliendo de su borde.El avanzo más rápido, el pánico y la angustia impidiéndole pensar claramente, y dentro de la tina con un cuerpo desnudo de protuberante vientre una mujer con marcas oscuras de dedos alrededor de su garganta lo miraba con un par de ojos vacíos de color avellana que se tornaron grises al tiempo que s