Otro socio

– Si Sylvana siguiera viva, podríamos preguntarle dónde creería ella que él se oculta –Katya se lamentó. Argus bajó su rostro y Egan suspiró, atrapando a Katya en sus brazos. Ambos padres estaban cada vez más desesperanzados, casi parecía que aquello era el final y que Elian se saldría con la suya, impune–. Ojalá pudiésemos saber si Elian tiene alguna casa o un lugar como si fuese su habitación segura. O algún socio que lo oculte bien. Es decir, como cuando te conocí y Argus te ocultó en su casa.

Egan asintió, perdiendo su mirada en algún punto del cabello de Katya. Probablemente eran una de las cosas que Egan más amaba de ella: su cabello, además de sus ojos y sus pecas, claro. Y su lindo y bondadoso corazón, además. Eso era algo que él jamás entendería. ¿Cómo podía existir alguien que tuviese el corazón tan lindo, puro y bueno?

En el mundo de Egan todos eran malos, nadie era inocente y todos podían apuñalarte por la espalda. Pero Egan aprendió por las malas que sí existía una person
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