Hasta no ver la sangre

Egan obtuvo su respuesta una hora después. Argus le había contado todo lo que Katya le había dicho, cómo se relacionaba con lo que Frederick le había contado sobre Boris y ahora algunas cosas de las que había dicho Ivan cobraban sentido.

Egan estaba sin aliento, respirando más por costumbre que por necesidad y, por supuesto, completamente desolado sobre lo que había oído. Lo que más le tenía preocupado era saber que él en realidad no tenía sangre Caruso.

Argus miraba a su amigo con preocupación. Egan, antes de ser un Don o un mafioso siquiera, había sido su amigo de la infancia. Habían crecido y jugado juntos, con un par de años de diferencia, pero Argus siempre tomó en serio a Egan aunque fuese más pequeño en edad.

Pero en ese momento, viéndolo ocultar lo roto que se debía sentir por dentro, Argus creyó ver al Egan que conoció cuando su madre había muerto. Perdido, solo, vacío. Solo esperaba que no volviera a caer verdaderamente en ese agujero.

– ¿Katya lo sabe? –Preguntó Egan.

– Eli
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP