Katya sintió sus piernas y brazos empezar a temblar, sus manos estaban apoyadas sobre los duros y bien tonificados brazos de Egan, mientras sus caderas descansaban sobre la estrecha cintura de él. Era probablemente la ocasión en la que ella había estado tan cerca físicamente de Egan, y que además estuviese fuera de un contexto médico o de salud. Asimismo, también era la primera vez que ella sintió que una mirada era capaz de derretirla y hacer que sus bragas se mojaran. Aquello último la fastidió terriblemente.Egan deslizó su mano sobre el hombro y hasta el cuello de Katya, enredando sus dedos con tanta facilidad en las hebras de cabello que estaban en su nuca. Apretó y tiró del cabello de Katya hasta hacer que ella se arqueara y se quedara sin aliento con un jadeo. Katya luchaba contra la propia voluntad de su cuerpo por recuperar el control y levantarse, pero ella estaba tan asombrada por la situación que ni siquiera podía recordar muy bien como respirar.Cuando el agarre que tenía
– ¿Qué opina, doctora Koslov?, ¿necesito una consulta?Katya se apartó de un arrebato de su cercanía, pero terminó quedando frente a Egan, acorralada contra la cocina. Sin posibilidades de moverse pues el enorme cuerpo de él la rodeaba por todos lados, a escasos centímetros de chocar pecho contra pecho.– No –declaró en tono seco Katya, lo que Egan aceptó como que aquel momento entre ellos había finalizado. Él se encogió de hombros y se apartó dos pasos de ella, aunque al final él decidió sentarse en la isla y observala desde allí. Katya pudo aliviarse al verlo alejarse y por un instante dejó de estar tan tensa–. Y te agradecería que no tocaras mis cosas: mi ropa, computadora, teléfono... Ya tenemos un contrato, ya lo firmé, ya estoy viviendo en tu casa. Eso debería ser suficiente para ti.Egan la miró por unos severos segundos mientras Katya volvía a su labor de cocinar antes de que se quemara el panqueque.– Me parece correcto, pero honestamente sabes que no puedo darte tantas liber
Después de la incómoda y tensa cena, Katya solamente deseó irse a la habitación y dormir. Había sido un día estresante: entre su nuevo trabajo y Egan "El Torturador" Caruso, que andaba cada día más extraño, habían agotado todas las pocas energías que había recuperado. ¿En serio creía que ella le iba a robar mientras lo curaba y cuidaba?, ¡completamente inaceptable! ¿En serio era Egan capaz de pensar que había sido ella quién le robó esos estúpidos documentos solamente porque ella había robado comida a los 7 años?Era terriblemente doloroso para Katya pensar que él ahora tenía esa percepción de ella. La hería profundamente imaginarse que cualquiera creyera eso de ella solamente por haber hecho eso a los 7 años. Pero que fuese Egan, parecía remover una fibra de remordimiento dentro de ella. No sabía cómo o por qué sucedía, pero parecía que poco a poco le importaba más lo que él dijera sobre ella y eso le molestaba e irritaba.En especial desde aquel momento incómodo cuando ella cayó enc
A la mañana siguiente, Katya despertaba de buen humor. Una dulce colonia juvenil se le colaba por la nariz y una manta tibia la cubría de lo peor del frío de la noche. En medio de la bruma del sueño, creyó sentir unos dedos suaves que le acariciaban desde su mejilla hasta su mentón. Pero cuando despertó por completo se dio cuenta que no era ningún sueño todo aquello que sintió, pues lo primero que sus ojos vieron al despertar, era el duro cuerpo de Egan literalmente encima y alrededor de ella. Katya estaba enterrada en el pecho de Egan, con los brazos de él justo alrededor suyo. Las alarmas de Katya inmediatamente se alzaron, mientras intentaba con desesperación, pero con suma precaución a su vez, salir de aquella trampa para osos llamada "brazos de mafioso". Egan gruñó desde el fondo de su garganta cuando el cuerpo de Katya ya estaba fuera de su alcance y a él solamente le quedó un espacio vacío con una almohada cálida.Katya se puso unos calcentines y salió corriendo de la habitació
Egan no podía creer en absoluto aquella situación. ¿Katya había recibido una recompensa por alguna colaboración que hizo con alguien? ¿Qué colaboración había hecho?, ¿con quién? ¿Quién era "A"? ¿Argus, quizás, o alguien más?¿Y si era de la clínica? No, imposible. La clínica apenas comenzaba a funcionar ese día. Y era muy sospechoso que le enviaran ese mensaje justo después de empezar a vivir con Egan.Pero, la pregunta más difícil de todas, ¿qué información había revelado Katya y por qué lo había vendido? Era muy egocéntrico de su parte creer que estaban hablando de él, pero cabía destacar que aquel mensaje hablaba de algún trabajo a discreción que ella había hecho, dónde había revelado alguna información. Y a Egan le habían robado unos papeles importantes con información recientemente.Era demasiada casualidad.¿Acaso a Katya no le parecía suficiente todo lo que Egan le ofrecía y era capaz de ofrecerle? Y aún, pese a eso, ¿había buscado más, hasta hacer trato con algún otro posible
Ivan abrió sus ojos con sorpresa, sin dedicarle ni siquiera una mirada cómplice a Katya. Él sabía a la perfección que aquello no había sucedido e incluso, sin saber por completo los hechos, él estaba del lado de Katya fuese lo que fuera que sucediera.– Estoy muy seguro que todos los doctores, incluyendo por sobre todos a la doctora Koslov, querían salvar a su hijo –dijo Ivan, sonando tan razonable, como voz de la conciencia–. Ya deben estar haciéndole la autopsia a su hijo, le aseguro que pronto sabremos de qué murió.La señora Marín, cuando Katya creyó que finalmente se tranquilizaría y entraría en razón, pareció enloquecer al escuchar la palabra "autopsia". – ¡¿Y esto se quedará simplemente así?! –Ella lloró–. ¡Mi hijo necesita justicia!, no dejaré que ninguna doctora mediocre simplemente no sufra ninguna consecuencia por matar a mi hijo.Ivan iba a volver a abrir su boca para mediar entre ambas, pero Katya no dejaría que ninguna mujer hundiera su reputación por un paciente que era
Katya lo único que pudo hacer al escuchar la bala resonar fue cubrirse los oídos, su corazón latiendo con desesperación en su pecho. Sabía que las cosas podían llegar a complicarse terriblemente con Egan en la ecuación, independientemente de la situación que estuviese sucediendo. Pero que él le disparara al familiar de un paciente era un extremo que Katya nunca se había imaginado que sucedería, y ahora no quería ni siquiera enfrentar esa nueva realidad.La verdad golpeó duramente a Katya cuando abrió sus ojos y vio el suelo mancharse con sangre fresca, mancha que crecía y crecía con cada segundo. Cuando sus oídos volvieron a la normalidad tras ese pitido que tapó sus oídos de la horrible realidad, Katya pudo escuchar gritos de dolor y súplica. Ella se tiró inmediatamente al suelo para ver que la señora Marín, la misma que antes había estado amenazando y apuntando a todos con el bisturí, ahora lloraba en el suelo, sosteniendo su pierna sangrante.Ella seguía viva y Katya casi sintió al
Egan apartó el arma de Katya, y aunque no lo apartó de la señora Marín exactamente, al menos ya no estaba apuntándolo tan directamente.– Eres un tonta al defenderla, cuando tan solo unos minutos antes estaba a nada de decapitarte con esa navaja –Egan miró a la señora que estaba tirada en el suelo con sumo desprecio–. Pudo haberte quitado la tuya. Si yo no hubiese llegado, Katya, eso hubiese sucedido. Y créeme que no le perdonaría la vida a nadie que amenace la tuya.Katya negó su cabeza.– Ya ella no puede matarme; perdónale la vida –razonó Katya, pero Egan no parecía muy contento al oír esas palabras. De hecho, le parecían absurdas y completamente ridículas viniendo de Katya, quien era cuya vida peligraba–. Ella acaba de perder la vida de su hijo en un accidente de auto. Está sufriendo, está de luto. Cada quién enfrenta su dolor de diferentes formas, Egan, y no por eso tienes derecho a matarla.Egan giró sus ojos, mientras bufaba y miraba con evidente diversión el patético intento d