Déjame dormir

El regreso a la casa fue silencioso, ni Egan ni Katya volvieron a hablarse en el camino para nada más que fuera algo referente al camino. Cuando se bajaron del auto, Katya temió que la volverían a llevar hasta el calabozo subterráneo de Egan, pero cuando él le pidió que la siguiera de nuevo hacia la casa ella sintió un enorme alivio en su interior. Cuando Katya entró en la casa y Lana la vio, ella pareció sentir también el mismo alivio al verla viva. Aquello intrigó a Katya pero no hizo preguntas cuando Egan le pidió a la mucama que la guiara hasta la habitación donde ella había estado antes para que se refrescara y descansara. Katya agradeció internamente finalmente poder descansar algo en tanto tiempo, pero una duda llegó a su cabeza al mismo tiempo.

– Egan –murmuró Katya, cuando él se giró para verla antes de desaparecer nuevamente en su oficina, ella recordó el relato que le había dado en el auto. Él era solo un niño que había perdido a sus padres y le había tocado salir a trabaja
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