Me paseo por la oficina de Rache como tigre enjaulado, estoy nerviosa y preocupada. Aunque pude hablar con mi lobo casi todo el tiempo, que se cortara nuestra comunicación de manera exabrupta de un momento a otro, me puso a formular todo tipo de hipótesis sobre lo que pudo haberle pasado y ninguna, repito que ninguna, era positiva. Lo más leve que se me ocurre es que se haya cortado el collar, que por eso no puedo volver a entablar comunicación, y no que es porque ha muerto. Imagino que lo sentiría si él hubiera perdido la vida, el dolor o algo semejante se habría manifestado en mí, no obstante, nada ha pasado, solo silencio absoluto en todo sentido, lo cual me pone cada vez peor.Está bien que él es fuerte, no por nada es el Alfa, no se llega a un puesto así solo por la sonrisa, esto no es política, aquí no hay promesas o mentiras que valgan, aquí si no puedes respaldar tu puesto con inteligencia y fuerza, te sacan del medio, y aunque Rache fuera el hijo del Alfa anterior, si no pud
Caminar por el pueblo fue bastante doloroso, porque no solo tuve que disimular mi malestar y fingir que nada ocurría, sino que las personas que se cruzaban en mi camino, me dedicaban una sonrisa o una muestra de respeto, ellos ya me estaban aceptando, y ahora pasa esto… Siento que, lo que queda de mi maltrecho corazón, se rompe aún más en pedazos al pensar en la posible reacción que tendrán éstas personas cuando se enteren de lo que pasó.A nadie le parece extraño el verme caminar hacia el bosque, saben que me muevo sola todo el tiempo debido a mi fascinación por la naturaleza, es una lástima que sea la última vez que me verán cruzar este sitio.Cuando por fin pongo un pie fuera del claro y me interno en la arboleda, lo que impide que alguien pueda verme, es cuando por fin dejo que la tristeza y el dolor salgan al exterior y me permito llorar en silencio. No quiero que nadie me escuche, no me olvido de que tienen un sentido del oído muy agudo. Avanzo rápido, no quiero tener que dar n
Jhoana se queda pensando por unos momentos, mirando sus muñeca vendadas con el ceño fruncido como si la respuesta estuviera en esas telas cuasi blancas y no pudiera encontrarla. ¿Qué le pasa?-¿Qué te ocurre, Caperucita? ¿Tan malo fue? ¿O qué pasó?-Es que, para ser franca, no sé cómo es que lo hice. De un momento a otro, estaba libre…-¿Cómo así? Cuéntame lo que pasó.-Bueno, recuerdo que sentí que estabas cerca, fue como si cada célula de mí gritara por ir a tu encuentro, lo único en que podía pensar era en romper las cadenas y salir de ese lugar. Empecé a empujar contra los grilletes que me apresaran, no me importó sentir que éstos se me clavaban en la carne y me lastimaban, incluso cuando la sangre me resbalaba por la piel de los brazos…Me intento mantener en calma, porque sé que ese maldito no puede volver a tocarla, está muerto tal y como se lo merece, sin embargo, es muy difícil. No los he visto, y aun así, puedo imaginarme por el infierno que pasó, porque esas mierdas pueden
La Bruja me sonríe casi con ternura, como si mi pregunta angustiada, junto con el gesto de preocupación, me hicieran ver adorable. ¿Es eso posible? Su mano acaricia mi rostro con suavidad, para luego tomar a la serpiente que juguetea con mi cabello y que ésta se enrosque en su mano. -Tranquila, Luna, no hay nada malo contigo, al contrario, lo que te ocurre es algo bueno, al menos, para nuestro mundo. -¿Y eso qué es? -Alfa, acérquese por favor, les mostraré algo. Rache le hace caso y acorta la distancia ente él y nosotras rápidamente. En cuanto nos alcanza, Casandra nos toma a ambos de las manos y sus ojos se iluminan nuevamente, brillando casi como faros, para que luego el entorno empiece a llenarse de una especie de neblinas de colores. Veo rojo, rosa y dorado, principalmente, que ocupan el espacio a nuestro alrededor, ¿qué es eso? ¿De dónde salió?La Bruja responde a mis preguntas como si me hubiese leído la mente.-Lo que están viendo es la manifestación de sus auras en el espa
Llamo a la puerta de lo de mi abuelo y espero que abra, porque aunque sea temprano, sé que él está despierto, es muy madrugador. No recuerdo que se haya levantado más allá de las seis desde que tengo memoria, siempre dijo que levantarse tarde es perder el día. Miro el cielo y suspiro, el clima está horrible, parece que en cualquier momento se caerá en pedazos, y aunque me habría gustado quedarme con Rache hoy, él tenía que ayudar a los guerreros a agrandar la zanja que hay entre el río y la manda, porque se acerca la época de lluvias y éste suele desbordarse e inundar las zonas donde se cultiva. El agua es buena para las plantas, pero no en exceso, eso podría arruinar todas las cosechas y sería un problema para la manada.Él prefirió que volviera a casa, pues ya había pasado mucho tiempo fuera de casa (por más que le había llamado a mi padre para avisarle que “acamparía” antes de que mi compañero me hiciera ver las estrellas) y no era necesario darle a mi madre otra razón para ponerse
Esas simples palabras, una sola frase, y mi mundo parece frenarse en menos de un segundo. Incluso mi abuelo nota que algo ocurre cuando me mira por quedarme callada de un momento al otro. ¿Cómo que algo le pasa a mi mamá? -¿Cariño? ¿Princesa? ¿Estás ahí?-Sí, sí, solo… ¿Qué…? ¿Qué fue lo que pasó?-Lo siento, se nota que te alteré, lo lamento, pero necesito que vuelvas. Dile a tu abuelo que te traiga al hospital, te espero.-¿El hospital? ¿Es muy grave? -Aún no sé, por eso creo que será mejor que vengas. -Es-está bien yo… te veo ahí. Corto la llamada y me quedo observando el teléfono sin caer del todo en la realidad: mi madre está en el hospital. ¿Qué fue lo que ocurrió? ¿Por qué mi padre la llevó allí? Las manos de mi abuelo toman las mías, sacándome de mi aturdimiento y me hace alzar la mirada hacia la suya, encontrándome con su gesto preocupado.-¿Qué fue lo que ocurrió, princesa? ¿Qué fue lo que te dijo tu padre?-Mi madre… ella… ella está en el hospital. Mi-mi padre dijo que
Ver a mi compañera tan mal, tan triste y aterrada, me pone cada centímetro del cuerpo en alerta, sin embargo, el motivo puede quedar relegado en éste momento, ahora mismo lo que ella necesita es calmarse. Como está aún vestida, cierro la puerta de su casa y la llevo hacia el bosque, alzándola en volandas para poder correr hacia donde quiero llevarla. No pasa mucho tiempo por suerte, porque el río está bastante cerca de su casa y, para cuando llegamos, la dejo con suavidad sobre una roca plana y quito sus zapatos, para que pueda hundir sus pies en la corriente cristalina. Eso parece relajarla un poco, y su rostro muestra menos pesar que hace unos minutos, no obstante, aún tiene esa aura obscura a su alrededor, seguramente estaría manchada de negro si Casandra volviera a mostrárnosla.En silencio, me acomodo junto a ella y paso mi brazo a su alrededor, acomodándola más cerca de mí en tanto acaricio suavemente su hombro. -¿Me dirás qué ocurre?Permanece unos instantes en silencio antes
Cuando me despierto en la mañana y bajo a la cocina a desayunar, me doy cuenta rápido de que la casa está sola, ¿dónde está mi abuelo? Ni siquiera hay una nota y se supone que él se había quedado anoche a dormir, ¿en qué momento se fue? Intento llamarlo, mas no responde, lo cual me preocupa un poco, pero es temprano, ¿habrá alguna razón para que no me atienda? No se habría ido al hospital solo, ¿no? Intento mantenerme tranquila y no dejar que mi cabeza enloquezca sola por mi estado ya de por sí alterado con lo de mi mamá, no obstante, es difícil. Lo que me dijo Rache ayer sobre mi salud sirvió de ayuda (un poco) para calmar mis ansias, el hecho de saber que no puedo enfermarme ya, que no importa si tengo ese gen en mi interior, jamás va a poder afectarme gracias a estar unidos, me quita una gran preocupación de encima, no obstante, no elimina todas y estoy que me muero de ganas de ir a ver a Casandra en busca de respuestas. A penas si pude dormir anoche, y solo por esa información