Punto de vista de Aria
Nadie esperaba esto, realmente no creo que yo ni nadie de mi familia haya entendido a que se referían con la palabra “sencillo”.
Mis padres y yo fuimos separados, pues me comenzaron a arreglar desde muy temprano. Todo de mí, mi pelo, mis uñas, maquillaje. Todo se llevo muchas horas, cuando me miré al espejo, realmente no me reconocí, jamás pensé que yo podría verme así.
— Eres muy bella —comento Anne, una linda joven que es la encargada de dejarme como el señor Douglas le ha pedido.
— Gracias. ¿Conoces a Douglas? —la curiosidad por saber cómo es, es algo que me está matando.
— Me contrató alguien al servicio del señor Fraser, aún no tengo el gusto de conocerlo. ¿Por qué?
— Quería saber si le gustaría como estoy quedando —miento, me da vergüenza decir en voz alta que no lo conozco.
— Creo que si, por lo que sé, todo lo ha elegido personalmente el señor Fraser.
Asentí.
— Mira, aquí viene el vestido
Al girarme para verlo, mi sorpresa es grande. Es el vestido mas hermoso que he visto en mi vida, de un blanco tan puro, la tela se mira demasiado frágil y costosa, las piedras que le adornar, la gran cola que tiene.
— Este vestido no tiene nada de sencillo —digo en voz alta.
— ¡Claro que no, jamás! ¡Te casarás con un millonario, Aria! ¡Lo sencillo no es divertido para ellos!
Ese vestido es demasiado irreal.
(…)
Cuando veo a mi padre, no lo puedo reconocer. El está parado junto a la entrada del gran salón, vestido tan elegante, que nunca imaginé lo guapo que vería de esa forma, comienzo a creer que a mi madre también la arreglaron tan bien, debe estar feliz.
— Hola
Mi padre levanta la vista, de inmediato puedo ver como su mirada se suaviza y hasta quiere llorar— Dios, Aria. Te ves demasiado hermosa, pareces de la realeza.
— Tú también luces como un príncipe, papá.
Me da su mano, para poder tomarla y entrar juntos cuando se nos indique.
— Demasiado sencillo. ¿No? —le digo a mi padre bromeando.
— Debe estar loco ese hombre —se ríe— Pero no sabe la lotería que se ha sacado, eres una mujer inteligente y hermosa, nunca olvides eso, nunca te humilles por nadie, Aria. Por mucho dinero o poco que tenga, vales y siempre valdrás demasiado. Te amo, hija.
Siento que voy a llorar también.
Un violín comienza a oírse, seguido de mas instrumentos. Pareciera que lo están tocando en vivo.
— Pueden comenzar a caminar —dice Anne que ha salido de quien sabe dónde— Lentos y seguros, mucha suerte.
Ella se vuelve a ir. Comenzamos a caminar por un camino de pasto con piedras, este salón parece tan irreal, es como si fuera un bosque demasiado caro. Hay cosas colgadas por todos lados, el color blanco, parece tener piedras en ellas, hermosas piedras brillantes.
Los tacones que estoy usando, son demasiado altos. Tengo demasiado miedo a caerme, mis nervios aumentan cuando damos una pequeña vuelta y puedo por fin ver a toda la gente que está allí, observándonos con la mirada fija. Es demasiada.
— Tú puedes —susurra mi papá
No me había dado cuenta de que me había quedado estática, sonrío de nuevo y comienzo a caminar. Diviso a mi madre sentada hasta el frente, luce como una muñeca, demasiado hermosa.
En entonces cuando levanto la vista para conocer a Douglas Fraser.
Respiro hondo, nunca he visto un hombre como él. Tiene un aura demandante, sus facciones son definidas, su cuerpo se ve atlético y musculoso, sus ojos negros u oscuros le da un aura de misterio, es demasiado atractivo, jamás pensé que un hombre como él buscaría una esposa falsa, literal podría tener a quien quisiera.
El no me deja de ver, no puedo evitar bajar la mirada, me está intimidando, me siento nerviosa y pequeña. Conforme nos acercamos, puedo ver lo alto que es. Cuando por fin estamos cerca, el me da su mano para ayudarme a subir dos escalones rojos que hay, la tomo sin dudar, como si algo en mi confiara totalmente en ese hombre.
Cuando nuestras manos chocan, siento una especie de corriente que recorre desde mi pie hasta la cabeza. Levanto la vista, puedo ver que el también lo ha sentido, pues mantuvo su vista en el toque de nuestras manos.
— Hoy estamos aquí reunidos, para unir las vidas de Douglas Edward Fraser y Aria Jane Green
Dejé de escuchar lo que el juez comenzó a decir, mi atención total está en el hombre que está sosteniendo mis dos manos, no puedo dejar de mirarlo, siento una atracción que jamás había sentido con nadie más.
Punto de vista de Douglas
Definitivamente la mujer frente a mí no es de este mundo. Se ve demasiado sexy, linda y débil en ese vestido blanco, escondiendo la verdadera fiera que de seguro es. Quedé demasiado sorprendido cuando la vi entrar, realmente se ve como una mujer demasiado buena.
Sus manos son tan pequeñas, que podría sujetar ambas con una sola malo, un par de imágenes eróticas aparecen en mi mente, lo cual borro de inmediato. ¿Qué me pasa? Solo estoy tocando sus manos y eso ya me dio para imaginar.
Definitivamente es peligrosa.
— Douglas Edward Fraser ¿Acepta a Aria Jane Green como su esposa, para vivir en matrimonio, para amarla, consolarla y cuidarla, en la salud y en la enfermedad, guardándole fidelidad durante el tiempo que duren sus vidas?
— Acepto —no lo pienso.
— Aria Jane Green ¿ Acepta a Douglas Edward Fraser como su esposo, para vivir en matrimonio, para amarlo, consolarlo y cuidarlo, en la salud y en la enfermedad, guardándole fidelidad durante el tiempo que duren sus vidas?
— Acepto
Escuchar su voz envía a todo mi cuerpo una especie de descarga eléctrica.
— Puede besar a la novia —nos dice el juez después de firmar el acta matrimonial.
La acerqué a mi tomándola de la cintura, tan pequeña como ella. Sus labios gruesos y fríos me recibieron con energía, no pude evitar tomar el control, ella me está rogando que lo pierda, pero no puedo hacer eso, así que la beso como a mi me gusta.
No pensé que me fascinaría hacerlo. Después de todo si puede ser un arma peligrosa.
¿Qué sucederá después? La vida de ambos está a punto de dar un giro de trescientos sesenta grados.
Punto de vista de AriaRealmente me sentí pequeña y regañada todo el tiempo, su mirada es fuerte, por lo cual me sentí intimidada la mayor parte del tiempo. En cuanto el dijo “nos vamos”, solo me despedí de mis padres y nos fuimos.Era de esperarse que yo estuviera demasiado sorprendida con Douglas Fraser, un hombre que no me despegó la vista de encima durante todo el tiempo que duró la velada.El camino a mi nuevo hogar fue silencioso, hay una pequeña sensación de incomodidad, al menos de mi parte. No quiero saber que sigue, firmé un contrato, lo sé… el puede pedirme que me orine encima, debería cumplirlo sin pensarlo.Respire profundo, haciendo un poco de ruido y ganándome una mirada de su parte. Devolví mi mirada a la carretera, que parecía con cada segundo que pasa, llevarme lo más lejos posible de la ciudad.— ¿Vives tan lejos? —pregunté, si este hombre vive tan lejos, puede ser un problema para mí, que debo visitar a mi doctor casi todos los días para ver lo que se pueda hacer.—
Punto de vista de Aria— ¿Solo eso faltaría para la cirugía? —le pregunté al doctor MonteCarlo.— No sé como hiciste para conseguir ese dinero, si alguien lo hizo por ti. Pero si alguien con poder en el medio, te hizo el favor, deberías considerar que te consiga ese órgano, Aria.Bajo la cabeza— Me he casado por dinero —dije avergonzada.— Por dios —el doctor se levantó del escritorio rápidamente, algo que fue inesperado para mí.Cuando menos me di cuenta, me estaba dando un abrazo. Me quedé sorprendida por la muestra de agradecimiento, pero no lo alejé tampoco. El doctor ha estado conmigo todos estos años, creo que le tengo cariño por todo lo que hace por mí.La puerta se abre abruptamente, dejando pasar a Antonio, el chofer de Douglas.— ¿Qué sucede? ¿Así se curan todos los pacientes? —preguntó Antonio— El señor Fraser desea que esté en otro lugar ahora mismo, señorita.— No puede interrumpir mi consultorio de esta forma —espetó el doctor MonteCarlo— No debería acercarse a esta muje
Punto de vista de AriaCuando salimos del despacho, caminamos tomados de la mano. Algunas personas nos miraron, si yo también nos viera pasar, miraría. Douglas luce mas imponente caminando a mi lado, mi estatura, lo hace lucir mas alto,— Haz hecho un buen trabajo, pero no se te ocurra soltarme la mano —me susurra colocándome un beso en la frente— Dylan nos está espiando, jamás aceptará lo que acaba de ocurrir, presiento que nos vigilará por algunos días.— ¿Por qué tu hermano no quiere que recibas la herencia?— Su familia esta llena de buitres —me responde mientras seguimos caminando— Odio a las personas que solo aceptan cosas por dinero.Sentí eso como una indirecta, demasiado directa.— ¿Por eso me odias? ¿Por el adelanto que te pedí?— Si, pensé que serías más como tu tía Estela —admite fácilmente— Pero ahora tenemos que cumplir con esto. Mírame como si realmente me amaras, siempre que me estés mirando. No quiero ningún tipo de mirada que indique lo contrario, no quiero que nada
Punto de vista de Aria— ¡Abre la m*****a puerta, mujer! —Douglas golpea la puerta con fuerza.Parece desesperado, supongo que debe estar preocupado por mí. Limpio la sangre del lavabo y mi boca, antes de abrir la puerta de nuevo. Sin embargo, no es lo que esperaba.Una parte de mí estaba emocionada por creer que mi “esposo” mostraría preocupación por mi salud, pero no. La cara de Douglas es de furia y enojo. ¿Qué le pasa?— ¡¿Qué hiciste hoy con ese tercio de Doctor?!Lo miro confundida, no entiendo la situación.— ¿De qué me hablas?Mi respuesta parece enfurecer o alimentar su ira, pues en cuanto la escucha, da un fuerte golpe a la pared. Sin mirarme, vuelve a preguntarme.— ¿Qué. Diablos. Es. Ese. Doctor? —Recalcando cada palabra— Es mi doctor —intento acercarme, pero me esquiva— Yo estoy enferma.— Si, me he dado cuenta. ¿Cuántos meses?— ¿Cuántos meses? ¿A qué te refieres?— ¡Te dio tu despedida! —exclama asqueado— ¿A caso tienes semanas? ¡Qué asco!— ¿Por qué piensas que estoy e
Narrador— ¿Lo conociste desde ese entonces? —preguntó Douglas con una calma, que podría poner nervioso a cualquier— ¿Rompieron el contrato de paciente – doctor?Aria estaba a punto de contar la parte donde le dice que tiene seis meses de vida, pero Douglas la interrumpió con un golpe sobre una pequeña mesas de madera.— ¿Me tomas el pelo? —preguntó Douglas perdiendo la paciencia— ¿Me estás tomando por un idiota?— ¿De qué hablas? Te estoy diciendo la verdad, mis desmayo se derivo a un problema que tengo en el corazón, todos en la universidad se alejaron de mi debido a ese rumor que corrieron de que estaba enferma pero de una enfermedad super rara de trasmisión, entré en depresión… no tuve amigos— No puedo creer hasta donde llegan las mujeres por dinero, Aria. ¿Cuánto necesitas? ¿Te irás de compra a Valenciaga o Channel? ¿Necesito comprarte un carro? ¿Necesito comprarte amigos?Aria no creyó el sarcasmo de Douglas, estaba impresionada por como ha tomado la verdad su esposo, debido al
PUNTO DE VISTA DE ARIA— Te veré en tres horas, no me gusta esperar —Douglas toma mi mano— Compórtate, le dije a Antonio que te lleve a comprar víveres, él sabe donde, compras todo lo que quieras, la tarjeta no tiene límite.— Gracias, amor —me acerco para besarlo, pensando que me recibirá con un pico, pero no. El beso es intenso, igual a cada beso que nos hemos dado. Pero ahora lo siento más que la primera vez.— Vayan con cuidado, te encargo la seguridad de mi esposa, Antonio —dictó DouglasDouglas se bajó, en menos de cinco segundos ya conducía de nuevo Antonio.— ¿Le dijiste a Douglas que tengo un amante? —pregunté— Yo solo hago lo que el me pide, señora Fraser.— ¿Qué te pidió exactamente, Antonio? —Antonio guardó silencio, debatiéndose en decirme o no— Te recuerdo que también trabajas para mi ahora.— Vigilar cada cosa que haga, con quién, si tiene amigos, novio, exnovio, cualquier cosa que pueda dañar al señor.— ¿Crees que soy esa clase de persona, Antonio?— Pienso que detr
PUNTO DE VISTA DE ARIAEl timbre sonó, pero nadie respondió el otro lado de la línea. Volví a intentarlo al menos dos veces más, hasta que me respondió.— ¿Aria? —me sorprendió que supiera que soy yo, parece que realmente estaba esperando mi llamado.— Doctor, que bueno que responde.— Esperaba tu llamada desde hace un par de días, tu mamá si te paso el mensaje, es lo bueno.— Si, hace dos días. Pero no me animé a hablarte hasta ahora —fui sincera— Me tomó de sorpresa que se haya ido, no lo esperaba.— No lo hice por gusto, Aria. Al parece a alguien le urgía que yo me fuera de esa plaza.— ¿Por qué?— No lo sé, me llegó una posible demanda por acoso sexual —sonaba molesto— Todo fue muy raro, el consejo me pidió que le escribiera una disculpa, me dieron la dirección y todo, fue tan rápido que cuando menos creí ya estaba volando a otra ciudad.— Realmente quería que llevara a cabo mi cirugía, me sentiría segura con usted dirigiéndola.— Los doctores que te deje son buenos, son colegas de
PUNTO DE VISTA DE ARIATomé aire profundamente, debo controlarme, no puedo alterarme, pero escuchar la risa de esa mujer en serio me enoja.— Levántalo y pásamelo, por favor —respondí con educación, la poca que me quedaba, tenía demasiadas ganas de gritarle. Se supone que es mi esposo, no puede hacerme esto.— No creo que funcione, ayer terminó muy cansado —suelta una risa nerviosa— Pero puedo intentar— No lo intentes, solo hazlo —ordené— A todo esto. ¿Quién eres tú?— ¿Quién eres tú? —me devolvió la misma pregunta.— Por favor, tú sabes quien soy yo, claramente Douglas me tiene registrada como su esposa… Por eso tienes esa voz de… barata.— No lo creo, no te tiene registrada —miente, de eso estoy segura. Douglas prefiere que su plan tenga éxito, es obvio que debe prevenir hasta el como me tiene registrada— Además, eso no me dijo ayer.— Mira, no me importa quién seas, dile que me llame en cuanto se despierte por favor.— ¿Por qué tienes mi maldito teléfono, Yadira? —de fondo, escuché