Punto de vista de Aria
— ¿Aria, estás realmente segura sobre esto? —me pregunta mi padre, que desde que le contamos sobre todo lo que voy a hacer, nos estuvo viendo enojado.
— Si, papá.
— Realmente la idea me desagrada mucho, pero tengo las puertas cerradas en todos los bancos y lo más que puedo conseguir son cincuenta mil, lo cual es nada —mi padre se arrodilla, niego, pero él también se niega a levantarse— Realmente te pido perdón por no poder hacer más, te pido perdón por todo, Aria. No quiero tener que ver esa boda, pero si es lo necesario para que tú sigas viviendo, tener a mi hija por mas años, acepto la decisión que tomes. Pero recuerda, que tienes derecho a decir que no y seguiré buscando, moviendo cielo, mar y tierra para conseguir ese dinero.
— No tienes que hacer más —le respondo a mi padre sentimental, es un hombre honorable. Siempre lo ha sido, supongo que esto le dará en el ego y su instinto paternal.
— ¿Cuándo sería la boda? —pregunta mi padre— ¿Tú le contaste sobre la idea de casarse con un hombre rico? —se dirige a mi madre— ¿Fuiste tú, verdad?
— Tu hermana Estela me contó sobre esto, yo solo le comenté a Aria, ella necesita saber todas las opciones que tiene, si quiere vivir. En este mundo no sobrevive las personas buenas siempre, lo hemos visto.
— Luego hablaremos nosotros. ¿Entonces? —vuelve a verme— ¿Cuándo es la boda?
— En dos días.
— ¿Tan pronto? —mi padre está demasiado sorprendido
Siento nuevamente la sensación de estar oprimida, después como si algo revolviera todo en mi para comenzar a toser. Corro a donde lava los trastes mi mamá y escupo toda la sangre que sale, no puedo detenerme, parece que estoy empeorando demasiado pronto.
— Oh por dios, cielo —mi madre no había visto esto, entiendo que se pueda asustar por ver esa cantidad de sangre— ¿Te sirvo agua? ¿Qué necesitas? ¡Estás viendo esto! —exclama hacía mi padre.
Me tomo unos minutos para tranquilizarme, esto está pasando mas seguido. Apenas llevo dos semanas desde que el doctor MonteCarlo me dio el ultimo diagnóstico, creo que ha equivocado en el tiempo.
Miro las caras de mis padres, realmente están asustados ahora.
— ¿Estás bien, Ari? —me pregunta papá— Siéntate, no quiere que te desmayes ahora, me darás tremendo susto. Te serviré un suero.
— No, papá, estoy bien.
— Lo vas a tomar —me dice como orden— Nadie puede estar bien después de perder esa cantidad de sangre, Aria.
Mi papá se va a la cocina. Dejándome con mi madre, que me mira preocupada.
— En serio no me gusta que siempre tenga esa mirada sobre mi —murmuro mirando al suelo.
— ¿Comentaste al abogado sobre el adelanto? —me pregunta— Deberíamos programas la cirugía lo antes posible, Aria. No quiero que el tiempo se nos venga encima, no quiere ni pensar en perderte.
— Si mamá, nos reúnimos hace dos días y aceptó. Me dio todo los detalles de la boda y el lugar, parece que a él realmente le urge casarse. Pensé que llegaría, para presentarnos y conocernos, pero solo estaba el abogado.
— Tu tía Estela me aseguró que no es un viejo —me dice mi mamá para tranquilizarme— Todo va a salir bien, hija. Te amo.
— Yo también, mamá.
Mi padre vuelve a aparecer con el suero en la mano, se lo acepto y le doy las gracias. Mi padre se sienta a lado de mi madre.
— ¿Te sientes mejor? —me pregunta— ¿Realmente mejor? No me mientas, hija.
— Si, estoy bien.
— ¿Puedes seguir explicándome eso? ¿Te vas a casar en dos días?
— Si, mañana vendrá un chofer por nosotros. Nos darán lo que quieran que usemos, nos dirán que hacer, no tenemos que preocuparnos por nada para el gran día. Me dijo su abogado que todo está bajo control y que sería algo realmente sencillo.
— Menos mal, no habrá invitados entonces, mas que nosotros y unas cuantas personas mas —dice mi padre— ¿En serio quieres hacerlo?
— No quiero casarme con un desconocido, papá. Pero sé que quiero vivir muchos más años, eso es la única respuesta que necesitas. Estoy segura sobre eso.
Punto de vista de Douglas
Al final la muchacha de bajos recurso que pensé que no sería una interesada más, fue todo lo contrario. Me llevé una gran sorpresa cuando mi abogado mencionó que pidió medio millón por adelantado.
Estuve a nada de cancelar, pero ya está casi todo listo. Además de que realmente es bella, pero tristemente es una más del montón, se mueve por el dinero. Jamás encontraré una persona de buen corazón como mi madre.
— ¿Firmó el contrato ya? —es lo primero que le pregunto a mi abogado cuando entra a mi oficina.
Ayer se supone que se reuniría con la mujer esa. Para firmar un contrato, si ella va por mi dinero, ocupe cubrirme y ponerle en claro que no tocará mi dinero nunca, solo su parte por el trabajo.
— Si, señor Fraser. La señorita Green ha firmado y le comenté que la boda será llevada a cabo en dos días, las instrucciones y todo también se lo deje por escrito. Todo está como lo ha pedido.
— Perfecto, en cuanto esté el acta firmada la llevaremos con el abogado ese, no quiero que nada salga mal. ¿De acuerdo?
— Entiendo, señor Fraser. Me retiro.
Al principio me pareció la mejor idea, pero después de saber lo del dinero, no tanto. Pero quizá pueda divertirme todo un año con ella, quizá si valga la pena invertir ese dinero y pasar un rato agradable para mí, al menos, para ella no lo creo.
Miro la copia del contrato sobre la mesa.
No puedo creer que solo por dinero haya firmado un contrato donde se especifica que por 365 días estará haciendo todo lo que le pida, ordene, absolutamente todo, aún cuando vaya en contra de sus principios. Creo que realmente será divertido romper a una persona interesada.
No puedo esperar a casarme.
— Lastima que seas tan linda, Aria Green —murmuro mirando su fotografía al final del contrato— Es una verdadera lástima.
Punto de vista de AriaNadie esperaba esto, realmente no creo que yo ni nadie de mi familia haya entendido a que se referían con la palabra “sencillo”.Mis padres y yo fuimos separados, pues me comenzaron a arreglar desde muy temprano. Todo de mí, mi pelo, mis uñas, maquillaje. Todo se llevo muchas horas, cuando me miré al espejo, realmente no me reconocí, jamás pensé que yo podría verme así.— Eres muy bella —comento Anne, una linda joven que es la encargada de dejarme como el señor Douglas le ha pedido.— Gracias. ¿Conoces a Douglas? —la curiosidad por saber cómo es, es algo que me está matando.— Me contrató alguien al servicio del señor Fraser, aún no tengo el gusto de conocerlo. ¿Por qué?— Quería saber si le gustaría como estoy quedando —miento, me da vergüenza decir en voz alta que no lo conozco.— Creo que si, por lo que sé, todo lo ha elegido personalmente el señor Fraser. Asentí.— Mira, aquí viene el vestidoAl girarme para verlo, mi sorpresa es grande. Es el vestido mas h
Punto de vista de AriaRealmente me sentí pequeña y regañada todo el tiempo, su mirada es fuerte, por lo cual me sentí intimidada la mayor parte del tiempo. En cuanto el dijo “nos vamos”, solo me despedí de mis padres y nos fuimos.Era de esperarse que yo estuviera demasiado sorprendida con Douglas Fraser, un hombre que no me despegó la vista de encima durante todo el tiempo que duró la velada.El camino a mi nuevo hogar fue silencioso, hay una pequeña sensación de incomodidad, al menos de mi parte. No quiero saber que sigue, firmé un contrato, lo sé… el puede pedirme que me orine encima, debería cumplirlo sin pensarlo.Respire profundo, haciendo un poco de ruido y ganándome una mirada de su parte. Devolví mi mirada a la carretera, que parecía con cada segundo que pasa, llevarme lo más lejos posible de la ciudad.— ¿Vives tan lejos? —pregunté, si este hombre vive tan lejos, puede ser un problema para mí, que debo visitar a mi doctor casi todos los días para ver lo que se pueda hacer.—
Punto de vista de Aria— ¿Solo eso faltaría para la cirugía? —le pregunté al doctor MonteCarlo.— No sé como hiciste para conseguir ese dinero, si alguien lo hizo por ti. Pero si alguien con poder en el medio, te hizo el favor, deberías considerar que te consiga ese órgano, Aria.Bajo la cabeza— Me he casado por dinero —dije avergonzada.— Por dios —el doctor se levantó del escritorio rápidamente, algo que fue inesperado para mí.Cuando menos me di cuenta, me estaba dando un abrazo. Me quedé sorprendida por la muestra de agradecimiento, pero no lo alejé tampoco. El doctor ha estado conmigo todos estos años, creo que le tengo cariño por todo lo que hace por mí.La puerta se abre abruptamente, dejando pasar a Antonio, el chofer de Douglas.— ¿Qué sucede? ¿Así se curan todos los pacientes? —preguntó Antonio— El señor Fraser desea que esté en otro lugar ahora mismo, señorita.— No puede interrumpir mi consultorio de esta forma —espetó el doctor MonteCarlo— No debería acercarse a esta muje
Punto de vista de AriaCuando salimos del despacho, caminamos tomados de la mano. Algunas personas nos miraron, si yo también nos viera pasar, miraría. Douglas luce mas imponente caminando a mi lado, mi estatura, lo hace lucir mas alto,— Haz hecho un buen trabajo, pero no se te ocurra soltarme la mano —me susurra colocándome un beso en la frente— Dylan nos está espiando, jamás aceptará lo que acaba de ocurrir, presiento que nos vigilará por algunos días.— ¿Por qué tu hermano no quiere que recibas la herencia?— Su familia esta llena de buitres —me responde mientras seguimos caminando— Odio a las personas que solo aceptan cosas por dinero.Sentí eso como una indirecta, demasiado directa.— ¿Por eso me odias? ¿Por el adelanto que te pedí?— Si, pensé que serías más como tu tía Estela —admite fácilmente— Pero ahora tenemos que cumplir con esto. Mírame como si realmente me amaras, siempre que me estés mirando. No quiero ningún tipo de mirada que indique lo contrario, no quiero que nada
Punto de vista de Aria— ¡Abre la m*****a puerta, mujer! —Douglas golpea la puerta con fuerza.Parece desesperado, supongo que debe estar preocupado por mí. Limpio la sangre del lavabo y mi boca, antes de abrir la puerta de nuevo. Sin embargo, no es lo que esperaba.Una parte de mí estaba emocionada por creer que mi “esposo” mostraría preocupación por mi salud, pero no. La cara de Douglas es de furia y enojo. ¿Qué le pasa?— ¡¿Qué hiciste hoy con ese tercio de Doctor?!Lo miro confundida, no entiendo la situación.— ¿De qué me hablas?Mi respuesta parece enfurecer o alimentar su ira, pues en cuanto la escucha, da un fuerte golpe a la pared. Sin mirarme, vuelve a preguntarme.— ¿Qué. Diablos. Es. Ese. Doctor? —Recalcando cada palabra— Es mi doctor —intento acercarme, pero me esquiva— Yo estoy enferma.— Si, me he dado cuenta. ¿Cuántos meses?— ¿Cuántos meses? ¿A qué te refieres?— ¡Te dio tu despedida! —exclama asqueado— ¿A caso tienes semanas? ¡Qué asco!— ¿Por qué piensas que estoy e
Narrador— ¿Lo conociste desde ese entonces? —preguntó Douglas con una calma, que podría poner nervioso a cualquier— ¿Rompieron el contrato de paciente – doctor?Aria estaba a punto de contar la parte donde le dice que tiene seis meses de vida, pero Douglas la interrumpió con un golpe sobre una pequeña mesas de madera.— ¿Me tomas el pelo? —preguntó Douglas perdiendo la paciencia— ¿Me estás tomando por un idiota?— ¿De qué hablas? Te estoy diciendo la verdad, mis desmayo se derivo a un problema que tengo en el corazón, todos en la universidad se alejaron de mi debido a ese rumor que corrieron de que estaba enferma pero de una enfermedad super rara de trasmisión, entré en depresión… no tuve amigos— No puedo creer hasta donde llegan las mujeres por dinero, Aria. ¿Cuánto necesitas? ¿Te irás de compra a Valenciaga o Channel? ¿Necesito comprarte un carro? ¿Necesito comprarte amigos?Aria no creyó el sarcasmo de Douglas, estaba impresionada por como ha tomado la verdad su esposo, debido al
PUNTO DE VISTA DE ARIA— Te veré en tres horas, no me gusta esperar —Douglas toma mi mano— Compórtate, le dije a Antonio que te lleve a comprar víveres, él sabe donde, compras todo lo que quieras, la tarjeta no tiene límite.— Gracias, amor —me acerco para besarlo, pensando que me recibirá con un pico, pero no. El beso es intenso, igual a cada beso que nos hemos dado. Pero ahora lo siento más que la primera vez.— Vayan con cuidado, te encargo la seguridad de mi esposa, Antonio —dictó DouglasDouglas se bajó, en menos de cinco segundos ya conducía de nuevo Antonio.— ¿Le dijiste a Douglas que tengo un amante? —pregunté— Yo solo hago lo que el me pide, señora Fraser.— ¿Qué te pidió exactamente, Antonio? —Antonio guardó silencio, debatiéndose en decirme o no— Te recuerdo que también trabajas para mi ahora.— Vigilar cada cosa que haga, con quién, si tiene amigos, novio, exnovio, cualquier cosa que pueda dañar al señor.— ¿Crees que soy esa clase de persona, Antonio?— Pienso que detr
PUNTO DE VISTA DE ARIAEl timbre sonó, pero nadie respondió el otro lado de la línea. Volví a intentarlo al menos dos veces más, hasta que me respondió.— ¿Aria? —me sorprendió que supiera que soy yo, parece que realmente estaba esperando mi llamado.— Doctor, que bueno que responde.— Esperaba tu llamada desde hace un par de días, tu mamá si te paso el mensaje, es lo bueno.— Si, hace dos días. Pero no me animé a hablarte hasta ahora —fui sincera— Me tomó de sorpresa que se haya ido, no lo esperaba.— No lo hice por gusto, Aria. Al parece a alguien le urgía que yo me fuera de esa plaza.— ¿Por qué?— No lo sé, me llegó una posible demanda por acoso sexual —sonaba molesto— Todo fue muy raro, el consejo me pidió que le escribiera una disculpa, me dieron la dirección y todo, fue tan rápido que cuando menos creí ya estaba volando a otra ciudad.— Realmente quería que llevara a cabo mi cirugía, me sentiría segura con usted dirigiéndola.— Los doctores que te deje son buenos, son colegas de