Riú toma un atajo que Alexa y Legna desconocen, puesto que no quiere que ellas lo intercepten con sus habilidades. No se dejará convencer por ese par, mucho menos permitirá que su familia sea ofendida, por más alianza que tenga con Rayo dorado.Tras varias horas de haber corrido en su forma lobuna, Riú cambia a su figura humana y queda vestido al instante por la ropa que sale del cordón.Después de un saludo que denota reverencia y respeto, los guardias lo dejan pasar y él se apresura a ir a la casa de Tron.Con zancadas tensas y rápidas, Riú llega a la enorme y lujosa casa de su amigo.—¡Y esa sorpresa! —lo recibe Tron, muy contento.—¡Sorpresa me llevé yo hoy! ¿Dónde está tu hijo? Él tiene una cuenta con mi familia que debe saldar.Tron se queda estupefacto por unos segundos, hasta que recuerda los líos amorosos que se traen Dylan y Legna.—Creo que debemos hablar este asunto con la mente fría... —musita Tron contrariado, debido a que nota el enojo de Riú.—¿Hablar con calma? ¡Tu h
Media hora antes...Dylan se encuentra dentro de su estudio, sentado en el escritorio mientras teclea frente a una máquina ovalada. Su concentración es interrumpida por el sonido del timbre, como respuesta, él espeta una palabrota porque no tiene ganas de ver a nadie.—De seguro es Miha quien viene a joder —profiere molesto mientras sale de su lugar de trabajo. A él le gusta pasar tiempo con su hermana, pero ya le había dicho que no lo visitara en esos días porque estaba trabajando en un proyecto importante y que ameritaba toda su concentración—. Podría jurar que todo es obra de mamá. No entiendo por qué no puede aceptar que ya no soy el cachorro dependiente que dormía con ella cuando tenía pesadillas. Me fastidia que se preocupe como si yo no fuera capaz de vivir solo.Él está tan absorto en sus pensamientos que no repara en el olor de su visita, es por esto que, cuando abre la puerta, se queda estupefacto al descubrir a Clara delante suyo.—Hola, cariño —lo saluda ella con una amabi
Dylan regresa a su forma humana y camina despacio en dirección al río, donde la pelirroja llora desconsolada.Verla tan frágil y triste es una punzada que le atraviesa el corazón y lo hace odiarse a sí mismo. Ella no debería sufrir más ni dudar que es la única mujer a quien anhela a su lado. Ella debe sentir que es el amor de su vida y su razón de ser.—No llores, mi amor —dice él con la voz temblorosa.Legna lo mira por instinto. Sus ojos mieles brillan debido a las lágrimas, asimismo, su nariz y mejillas se han tornado más rojas de lo habitual.—¿Qué haces aquí? Deberías estar con tu amada Clara —profiere con tono sarcástico y hace un mohín.—Mi amada eres tú, así que debo estar donde quiera que tú vayas. Legna, ¿cómo te hago sentir que te amo? Ya que no logras entenderlo, por lo menos quiero que lo sientas en cada célula de tu ser. Te amo a ti; sólo a ti, mi vida.Él se acerca a ella y la besa en la frente.—¿Qué hacía esa en tu casa? —escupe rencorosa. Ni siquiera desea mencionar
Sobre la grama suave y fresca, cerca del suelo arenoso que termina en el cúmulo de aguas coloridas, Dylan y Legna yacen somnolientos y con cara de satisfacción.Sus cuerpos se encuentran relajados, pero carentes de energía, puesto que después de haberse marcado volvieron a aparearse con más fiereza que la vez anterior.—Me quedaría aquí contigo por siempre, mi hermosa mate —balbucea él, casi dormido.—Hoy estás muy labioso... —le responde ella con voz débil.—Es tu culpa...—Unjú...A lo lejos, la frustración se expande entre el conglomerado de árboles. Odia esa protección que tiene él cuando está junto a esa niña, pero más la odia a ella por interponerse entre sus planes; aparte de que le provoca celos no ser la causante de los suspiros que él libera en ese instante ni ser quien haya disfrutado el placer de su virilidad.¿Podría ella amarlo y odiarlo al mismo tiempo? Quizás sí.Lo recuerda indefenso y dependiente, tan tierno y hermoso. Muy diferente a la fiereza que amó de Tron; no o
Cuando Dylan y Legna llegan a la casa, ya no hay nadie allí. El sol empieza a ponerse, por lo que el cielo toma un tono violeta que se difumina con el azul oscuro.—Tengo hambre —comenta Dylan cuando entran a la sala. Legna mira la canasta que se encuentra sobre la isla de la cocina y empieza a hurgar en ella, entonces descubre las rosquillas que Clara le llevó a su compañero—. ¡Están deliciosas! —exclama, tras morder una.—¿Te las comerás? Creí que me pedirías que las tirara a la basura. —Él se acerca y agarra una también, y la devora al instante—. Ummm...—¿Por qué tiraría la comida? —Ella vuelve a morder el postre.—Porque así de celosas son ustedes las mujeres.—¿Nosotras las mujeres? Lo dice quien casi mata a Titán por coquetearme. —Legna enarca una ceja.—Él se lo buscó... —gruñe—. Ya le tenía ganas...—¿Por qué?—Porque te miraba con lujuria desde el primer día que pisaste la universidad. Te atreviste a tomarte un café con ese idiota. —Él aplasta la nueva rosquilla que está en
El olor a café recién colado es lo primero que Legna percibe cuando empieza a despertarse. Ella da varias vueltas en la cama hasta caerse y es cuando abre los ojos por completo.—¡Diablos! —vocifera enojada y se levanta del piso, acto seguido, observa la habitación con cara desorbitada—. ¿Dónde estoy...? —No termina la pregunta porque los recuerdos del día anterior responden a su interrogante—. ¿Y Dylan?Ella entra al baño y lo busca, pero no lo encuentra allí. Mira el cepillo de dientes dentro de su empaque, que está dentro del vaso dorado donde hay uno usado, y no puede evitar sonreír.—Vaya, lo pusiste al lado del tuyo. —Legna rompe el empaque y libera el cepillo, luego le pone crema dental y se para frente al espejo—. ¡Qué horrible estoy! Debo hacer algo con este cabello.Después de asearse, ella busca entre la ropa de Dylan y escoge una remera gris, que cuando se la pone le queda como si fuese un vestido desahogado y corto.—Necesito ropa... —susurra de camino a la cocina—. ¿Tú e
La ola de calor se ha extendido a varias regiones del territorio de los hombres lobos, lo que ha provocado que algunos ríos empiecen a secarse y que se pierdan cosechas.Legna ha recorrido esos lugares en busca de repuestas, pero no ha encontrado un motivo más allá de la misión de Liah. Entonces entiende que pronto tendrá que enfrentarlo.Ella sacude la cabeza ante ese pensamiento y presta atención a la charla que se lleva acabo entre su familia y la de su mate.—Debemos hacer una gran fiesta para celebrar la unión de nuestras familias —espeta Tron, muy feliz. Alexa ya ha abierto un vino para conmemorar la buena noticia de la marca entre Dylan y Legna. Riú también luce contento, pese a que todavía mira a su yerno con escepticismo.—¡Sí! —celebra Miha—. ¡Con música, flores y mucha comida!—¿Dónde la haríamos? —inquiere Alexa—. ¿En Rayo dorado o aquí?—¡En nuestra manada! —exclaman Riú y Tron al unísono.—¡Yo soy el padre de Legna! ¡Celebraremos aquí! —vocifera Riú.—¡Y yo el padre de
La niña pelirroja corre y salta por todo el campo mientras es perseguida por dos niños más; uno de cabellera rubia como el oro y otro con rizos rojizos en un tono más claro. Ambos poseen los ojos verdes de su padre, gamma de la manada Fuerza de bronce y amigo del alfa. Este último es el progenitor de su amiga, la niña a quien están persiguiendo entre risas y gritos eufóricos.—Eres muy rápida, Legna —le dice el chico rubio, cuya respiración se encuentra irregular; acto seguido, se tumba sobre la grama.Ella sonríe airosa e imita la acción de su amigo, entonces el pelirrojo hace lo mismo, quedando ella entre los dos hermanos.—¿Con cuál de los dos te unirás cuando te conviertas en loba? Ambos estamos enamorados de ti, pero no pelearemos. Hemos decidido que tú tengas la última palabra.La niña entorna los ojos y hace una mueca de disgusto.—Somos unos cachorros todavía para estar pensando en eso. Qué fastidiosos son. Además, yo me guardaré para mi mate.—En ese caso, yo seré tu mate —de