La brisa fresca levanta las hebras rojizas, pro pronto son llevadas hacia atrás por manos delicadas y femeninas, mas el intento de controlarlas es en vano porque éstas no se quedan en su lugar.—Dime, pequeño, ¿por qué huyes? —pregunta la chica con voz dulce mientras le acaricia la peluda cabeza al joven ciervo.El animal brama en obediencia y hace movimientos desesperados, que le explican a la pelirroja lo que acontece.—Gracias por hacerme saber, pequeño. Puedo sentir el olor de tu madre cerca de acá, así que corre hacia el norte, puesto que ella está a pocos kilómetros de nosotros —le indica.Después de ella darle un beso en la frente, el animalito corre hacia el norte, mientras que Legna se dirige en dirección al sur.Ella llega a un campo que queda cerca de una aldea, perteneciente a una manada vecina, y busca con la mirada su objetivo.El olor a peste le provoca náuseas, pero esa es la señal de que ha encontrado lo que buscaba, así que ella camina con pasos firmes y sigue el ras
La niña pelirroja corre y salta por todo el campo mientras es perseguida por dos niños más; uno de cabellera rubia como el oro y otro con rizos rojizos en un tono más claro. Ambos poseen los ojos verdes de su padre, gamma de la manada Fuerza de bronce y amigo del alfa. Este último es el progenitor de su amiga, la niña a quien están persiguiendo entre risas y gritos eufóricos.—Eres muy rápida, Legna —le dice el chico rubio, cuya respiración se encuentra irregular; acto seguido, se tumba sobre la grama.Ella sonríe airosa e imita la acción de su amigo, entonces el pelirrojo hace lo mismo, quedando ella entre los dos hermanos.—¿Con cuál de los dos te unirás cuando te conviertas en loba? Ambos estamos enamorados de ti, pero no pelearemos. Hemos decidido que tú tengas la última palabra.La niña entorna los ojos y hace una mueca de disgusto.—Somos unos cachorros todavía para estar pensando en eso. Qué fastidiosos son. Además, yo me guardaré para mi mate.—En ese caso, yo seré tu mate —de
Después de que Legna y Dylan discuten de nuevo por otra tontería, todos ellos se van a nadar al río. Los mellizos hacen piruetas en el agua para impresionar a Legna, quien está pendiente de su hermano.El niño sale del río y se pone a jugar con los insectos de la grama que rodea la orilla, entonces Legna se relaja y decide divertirse un rato en el agua.Ella vislumbra a Dylan haciendo acrobacias frente a Clara con la intención de impresionarla, entonces entorna los ojos y hace una mueca de disgusto.«¡Hombres! Son todos unos ridículos», piensa molesta.Legna sonríe de manera peligrosa y de repente sus ojos se tornan verdes, cuyo tono es el mismo de las plantas enredadoras que se encuentran en el fondo del río.De un momento a otro, Dylan cae de golpe y se hunde en el agua. Por más que lucha, no puede salir del fondo porque las plantas acuáticas se han enredado en sus tobillos y lo jalan con fuerza hacia la profundidad.Los gritos de Clara resuenan en el lugar, mientras que los demás b
Continente de los zollebs Cuatro años después...La chica flota por los aires con acrobacias hábiles; tan grácil y libre como si de un ave se tratara.Sus ojos se tornan grises y muy cristalinos, y de sus manos empieza a fluir una simple brisa, que se va transformando en viento hasta que un tornado se instala alrededor de sus piernas.Las fuertes brisas empiezan a mover los árboles con gran ímpetu y el cielo se nubla.—¡Suficiente! —vocifera Liah desde la superficie de gramas plateadas.Legna cierra los ojos y la fuerza del tornado va menguando hasta desaparecer, al mismo tiempo en que ella desciende despacio. Pronto las plantas de sus pies descalzos tocan el suelo de las gramas, que pese a su apariencia puntiaguda se sienten suaves como la tela de algodón.—¿Cómo lo he hecho? —inquiere Legna emocionada y a la expectativa de su repuesta. Para ella es muy importante la opinión del rey de los zollebs, ya que siempre ha admirado su poder y habilidades.Su abuelo, un hombre de tez tersa
Desde los años en que el alfa Tron levantó su propia manada lejos de Luna de hierro, tanto él como el alfa Riú y otros alfas de manadas aledañas celebran la bienvenida de las estaciones del año con festivales y fiestas.Cada cuatro meses, se escoge a una manada para dicha conmemoración, donde los lobos más jóvenes que se han transformado asisten a esos festejos, ansiosos por encontrar a su mate.Tres años atrás, Dylan se reunió con Clara en el festival de una manada cercana a Fuerza de bronce, con la ilusión de que ella fuera su mate, ya que él llevaba un año esperando su conversión y poder confirmar lo que en ese entonces para ellos era algo incierto; sin embargo, aquello no aconteció.No hubo lazo para ninguno de los dos.Ahora, a sus veintidós años, él mantiene la esperanza de que en ellos surja el vínculo o, en su defecto, de encontrar a su verdadera mate.—¿Crees que será esta noche? —inquiere Leandro, uno de los hijos de Arel, Gamma de la manada Fuerza de bronce.—Eso espero...
Dylan regresa al centro de la ciudad de la manada Fuerza de bronce con estupor, pasos titubeantes y expresión desdeñosa.Todavía no lo asimila.Ella, la chica que lo saca de sus casillas y a quien nunca ha soportado, es su mate.«¡Maldita suerte la mía!», se queja en su mente mientras hace una mueca que denota sufrimiento.Él se frota el rostro varias veces y suspira con impotencia.—¿Qué haré ahora? Legna nunca aceptará el reclamo, pero tampoco el rechazo porque le encanta fastidiarme. ¡Chiquilla insolente y problemática! —Él patea una roca que se encuentra en el camino y la hace trizas.Cuando Dylan llega al festival, ya quedan pocas personas en la calle, puesto que casi es de madrugada y la mayoría se han apartado a los lugares rurales para aparearse bajo la luna, o regresado a sus casas y manadas.—Dylan, ¿dónde te metiste? Me he cansado de buscarte toda la noche, incluso llegué a pensar que te habías regresado a Rayo dorado —le reclama Clara, quien lo aborda desde que lo ve.Él c
De pies, y recostada de la puerta, Legna mira al cielo con una mueca que denota lo aburrida que está. Ella deja caer los hombros y resopla, luego se dirige al baño y se ducha.Un vestido floreado y colorido en tonos veraniegos se ciñe a su cuerpo, acompañado por unas sandalias marrones y una mochila pequeña de piel.Su cabellera larga y ondulada, del color del arrebol del cielo en el atardecer, cae a los lados de sus brazos a la perfección.Ella no necesita pintarse los labios porque estos poseen un rojo carmesí natural que los resalta. Su belleza es peculiar y muy llamativa, debido a que los zollebs son hermosos y encantadores por naturaleza.—Si ya tengo un mate, no tiene sentido que me oculte, de todas formas, ya sucedió lo que el abuelo quería evitar. —Ella sonríe frente al espejo—. Dylan, serás mi problema hasta que el abuelo termine su misión y yo tenga que irme de este continente para siempre. Mientras tanto, me divertiré mucho a tu costa.» ¡Qué irónica es la vida! Tú siempre
Una sonriente Alexandra se le lanza encima a Dylan y le llena el rostro de besos, agarrándolo desprevenido. Por su parte, Alexa la reprende por su comportamiento poco prudente e inadecuado.—¡Ay, mamá! —La niña entorna los ojos—. Dylan es mi novio, por ende, le puedo dar muchos besos.La carcajada de Ryan resuena en la sala, mientras que Dylan solo le sonríe con ternura y nerviosismo.—¡Esta niña sale con cada cosa! —exclama Alexa avergonzada—. Discúlpala, Dylan, es que ella sacó los genes de su padre.Otra carcajada de parte del adolescente pone a la luna irritable.—¿Te estás burlando de mí? —Ella lo confronta muy molesta.—¿Cómo crees, mamá? Mejor vete a descansar; andas muy estresada y peleona, de seguro por eso papá se fue más temprano que de costumbre hoy.Alexa agranda los ojos y se tapa la boca con las manos cuando repara en las palabras de su hijo.—¿Tú crees? Riú nunca escaparía de mí... —Ella se abraza a sí misma porque se siente muy tensa—. ¿Sabes? Creo que le llevaré el a