Con la mirada puesta sobre un enojado Dylan, Legna se lleva la taza de café a la boca, pero al dar su primer sorbo, la cara se le pone roja y los ojos se le llenan de lágrimas.—¡Qué asco! —vocifera, tras escupir su sorbo—. Tu tarea era hacer un simple café, Dylan. ¡¿Qué rayos es esto?! ¡Sabe asqueroso!Él la mira con el ceño fruncido y mantiene su postura y expresión indiferente.—Eres una exagerada. No puede estar tan malo. —Dylan da un sorbo que mantiene en el paladar, puesto que no se atreve a tragarlo porque su sabor le repele.Legna, por su parte, lo mira a la expectativa y con una sonrisa maliciosa.El chico de ojos plateados empieza a temblar y sus párpados se mueven de forma consecutiva; sin embargo, él lucha contra la reacción natural de su cuerpo y se traga el contenido que está en su boca.—¿Está delicioso? —inquiere ella con sarcasmo, y la burla denota en toda su expresión.—Es el mejor café que he probado en toda mi existencia... —Trata de sonar seguro, pero la repulsión
Dylan y Legna entran juntos a la universidad, pero este se aparta de ella y se apresura a su casillero para vestirse. Por su parte, Legna se va para la facultad de medicina donde es presentada a sus colegas por el decano.—Legna, nuestra universidad está muy avanzada en la investigación científica, es más, podría asegurarte que somos los mejores. Hemos llegado lejos en los descubrimientos para tratamientos rápidos, lo que ha ayudado a los guerreros de muchas manadas cuando son heridos en la guerra y sus cuerpos se encuentran débiles para la auto sanación —le dice el decano con orgullo.—Señor Raj, para mí es un honor ser parte de tan excelente institución de investigación y docencia. Cuenten con mi conocimiento para el avance de la salud licántropa.—Bienvenida a esta gran familia, señorita Legna.Todos los miembros de la facultad de medicina aplauden y le dan la bienvenida con calidez.Después de que Legna imparte su charla, ella se dirige al comedor de los docentes para almorzar. Al
Legna se queda atónita, ya que ella jamás se hubiera imaginado tal confesión de parte de Dylan.Te amo hace eco en su mente y amenaza con romper esa barrera que ella levantó para protegerse de él, pero que también le recuerda su realidad: ellos no pueden estar juntos.—Deja de decir babosadas, Cara de culo. —Legna lo palmea con una sonrisa fingida.A Dylan le fastidia que ella siga en plan de evasión y que, con ello, minimice sus sentimientos.—¿Mi amor por ti te parece ser una babosada? ¿Tan poco valor tengo que es más fácil negar lo que hemos callado desde siempre? Los dos nos comportamos como unos cobardes e inmaduros, pero ya no somos esos niños tontos que prefirieron hacerse daño en vez de protegerse y amarse.—Te equivocas. Tú eres el único culpable de nuestra mala convivencia porque siempre preferiste a Clara y me comparabas con ella. Nunca me demostraste ningún interés y sólo recibí desplantes de parte de ti. No digas que los dos somos culpables cuando fuiste tú quien me hirió
Dylan observa la lluvia caer a través del cristal de su habitación, absorto en sus más dolorosos pensamientos. La tristeza en su semblante combina con el gris del cielo y con el ambiente melancólico que aquel aguacero produce.—¿Seré capaz de aceptar el rechazo? —murmura con la voz apagada.Varios toques en la puerta interrumpen sus lamentos, asimismo, provocan que él resople del fastidio porque no tiene ánimos de ver a nadie.Es por ese motivo que desea irse a su casa, para vivir su dolor sin que lo molesten, pero sus padres lo tienen preso allí.—Dyl, ¿puedo pasar? —La voz de Miha se escucha del otro lado de la puerta.Él suspira con expresión hastiada. No quiere hablar con nadie, ni siquiera con ella. Miha siempre ha sido un sostén para él y con ella puede hablar de cualquier tema; no obstante, en ese momento no quiere su compañía ni sus consejos, ya que lo único que desea es dejar de sentir y pensar.—Quiero estar solo... —masculla de mal humor.—Voy a entrar —insiste ella, acto
La brisa fresca levanta las hebras rojizas, pro pronto son llevadas hacia atrás por manos delicadas y femeninas, mas el intento de controlarlas es en vano porque éstas no se quedan en su lugar.—Dime, pequeño, ¿por qué huyes? —pregunta la chica con voz dulce mientras le acaricia la peluda cabeza al joven ciervo.El animal brama en obediencia y hace movimientos desesperados, que le explican a la pelirroja lo que acontece.—Gracias por hacerme saber, pequeño. Puedo sentir el olor de tu madre cerca de acá, así que corre hacia el norte, puesto que ella está a pocos kilómetros de nosotros —le indica.Después de ella darle un beso en la frente, el animalito corre hacia el norte, mientras que Legna se dirige en dirección al sur.Ella llega a un campo que queda cerca de una aldea, perteneciente a una manada vecina, y busca con la mirada su objetivo.El olor a peste le provoca náuseas, pero esa es la señal de que ha encontrado lo que buscaba, así que ella camina con pasos firmes y sigue el ras
Con un largo suspiro, Dylan recupera el control de sí y del temor que lo tortura. Quiere hacerlo bien y que ella disfrute en sus brazos. Necesita compensar con amor y placer todos los desplantes del pasado y el rechazo que ella vivió de su parte.—Mi loba intrépida, te haré gemir mi nombre y todos sabrán que eres mía y que yo soy tuyo. Mi cuerpo, mi corazón y mi mente te pertenecen porque tú eres la protagonista de mi amor y me tienes prisionero a tus encantos.» Te amo y siempre ha sido así. Quizás porque me siento tan vulnerable ante ti es que quise huir, dado que temía a que me destrozaras, ya que tienes el poder de hacerlo. Ven aquí, preciosa; tu lobo te saciará.Con los ojos húmedos, gracias a la conmoción de sus palabras, Legna se acerca a él nerviosa, puesto que no hay vuelta atrás. Lo desea más allá del celo y anhela fundirse en él.Muy bien podría escapar de la tentación con tan solo desaparecer y aparecer en la casa de sus padres; sin embargo, todo su ser es atraído a él y a
El sol se cuela con timidez a través de la ventana de cristal, lo que evidencia que apenas se está haciendo sentir. La luz tenue es suficiente para despertar a la joven de cabellera rojiza, quien parpadea varias veces antes de incorporarse.Su lado de la cama se encuentra húmedo, al igual que su piel, mas ella ignora ese detalle y todas las otras pruebas de su celo porque su atención se enfoca en la presencia del hermoso hombre junto a ella. Él duerme tan tranquilo que su corazón se emociona de la ternura.En silencio, se permite admirar su manera de dormir y lo apuesto que luce desnudo y con su cabellera negra regada por toda la almohada.Su apetito sexual aumenta a medida en que ella contempla los encantos de su mate, quien tiene la boca entreabierta y respira con parsimonia.—Dylan... —susurra con tono armonioso y una sonrisa juguetona, que denota su intención.—Ummm... —se queja él, luego se gira y se cubre la cabeza con la almohada.—Despierta, dormilón... —Legna se relame los la
Una bebida fría le parece una buena idea para lidiar con el terrible calor que está haciendo en esos días. Alexa, aunque ha desarrollado más su naturaleza licántropa y aminorado su parte zolleb, cuenta con la sensibilidad propia de dicha especie, por lo que percibe que el cambio climático que está ocurriendo no es un evento natural.Tampoco hay que ser un zolleb para percibir que algo anda mal con el clima.—¿Tendrá que ver con la misión de papá o estoy siendo paranoica? Digo, ha hecho frío como si estuviéramos en invierno, pero también ha hecho un calor infernal... Apenas estamos entrando al otoño...—¡Alexa! —El llamado autoritario de Riú la saca de sus meditaciones.Ella deja el vaso sobre la repisa de la cocina y corre a su encuentro. Ya en la sala, vislumbra a un Riú enojado, con la respiración alterada y los ojos rojos e intimidantes.—¿Qué te sucede, amoyeca? —inquiere ella preocupada.—¿Por casualidad Legna vino a casa mientras estuve de viaje? —cuestiona, tenso.Alexa se sorp