Perdón por el capítulo 19: alteraciones 2 que también acabo de subir, fue un error mío ya que ese capítulo es el mismo que el 18. Estoy tramitando para poder borrarlo ya que no lo puedo hacer yo misma por normativa de la plataforma. Mil disculpas, espero que eso no los prive de seguir disfrutando de estos capítulos.
Está no es una historia cualquiera, en sus líneas está narrada la historia de la más grande bruja de todo el mundo de Frunbor. Este mundo fantástico que ha sufrido varios cambios durante milenios, antes solía ser un campo de guerra donde indomables y salvajes seres se enfrentaban casi a diario por el poder y la gloria, básicamente, este mundo fantástico era un caos de avaricia y ego en aquellos tiempos; pero la desolación de la guerra fue tan cruda que varios tuvieron que replantear su lucha y dominar su ambición, así poco a poco Frunbor empezó a conocer la paz, la armonía y la tranquilidad. Pero no todos los seres comprendieron la necesidad de dejar la guerra a un lado, sus codiciosos corazones alentaban sus ansias por ser los seres dominantes de todo el mundo, aquellas razas que si buscaban un punto de equilibrio empezaron a llamar a los rebeld
El dolor sigue expandiéndose por mi ser mientras que mi realidad sigue tiñéndose de tonos oscuros que me nublan la visón y cortan mi respiración. Con una gran tristeza y con la vergüenza circundando mi rostro vuelvo a ver tras mi espalda los límites de las tierras de los aquelarres, allí donde nací y crecí, donde lo di todo y de igual manera lo perdí todo. Una lagrima pequeña, delgada y colmada de sentimientos recorre con dolor mi pálido rostro hasta que un empujón de uno de los guerreros del reino de los hombres lobo me hace ver hacia adelante, hacia mi próximo presente, ese que me aguarda con sorpresas y desafíos que pondrán a prueba mi valor y mi esencia. Sin poner mucha resistencia camino al ritmo acelerado de los soldados quienes ni siquiera se atreven a verme, pues mis ropas son llamadas inapropiadas en la alta sociedad de Frunbor, usar ropas ligeras y delgadas
Siguiendo su orden lo hago mientras la sigo atentamente con mis ojos tratando de prveeer sus movimientos, cosa que me resulta imposible gracias a que no demuestra mucho y realmente no sé qué es lo que va a hacer. Con lentitud se hace a mi espalda subiéndose en la cama y con cuidado empieza a revolver mi cabello negro y rizado que cae como una cascada briosa por mi espalda, se toma un buen tiempo mientras con sus manos se van paseando por mi cabeza; en primera instancia no comprendo que hace, cual es el objetivo de esto pero, de repente, una idea de lo que puede ser me ataca haciendo que empuñe mis manos con indignación pues lo que está haciendo no es más que buscar cualquier tipo de insectos que pueda resguardar, con dolor y rabia bajo mi vista ante este trato tan descortés que me hace sentir como una animal que es preparado para convivir con su amo. Al no encontrar nada en mi cabello se levanta para pararse frente de mí
AntoniaEsto no puede ser más denigrante, me siento como si no fuese más que un simple objeto dispuesto a ser usado a preferencia de un único ser, siento que mi dignidad está completamente en el piso mientras mi alma poco a poco se va marchitando dentro de mí. Al terminar el dichoso baño la tan amable señora Bolgoña me llevo de rastras a su habitación, con mirada estricta me hizo quitarme la toalla que cubría mi desnudes y juzgo todo mi cuerpo, hablo de lo sucio que lucía gracias a mis tatuajes, critico el modesto tamaño de mis pechos, el grosor y la dureza de los muslos de mis piernas, hablo de la simpleza de mi rostro y de las horribles uñas de mis manos. Después de ese momento donde tuve que bajar la cabeza para tragarme todo mi carácter que exigía salir cuan libre bestia a destrozar sin piedad a esta horrible mujer, procedió a buscar entre sus co
— Sí, gran ex reina. Ella es la bruja que recién llego al harén. — la voz de Bolgoña suena tras mi espalda pero no volteo, realmente no tengo ganas de ver los rostros a quienes ahora les pertenece mi existir.— No es la gran cosa. — exclama borde la voz de la primera señora que me recibió, quien supongo es la madre de rey alfa y la actual reina ya que su hijo no se ha casado.— Verónica, no digas eso. — nuevamente habla aquella nueva voz que no se reconocer. — Ven aquí cielo, déjame ver tu rostro.Tomando un gran suspiro me volteo viendo tras de mí una señora ya de edad pero bien conservada. Sus canas hablan de su gran paso por esta vida mientras que sus ojos hablan de su sabiduría y poder, el vestido negro que lleva es totalmente cerrado no dejando ver nada más que su rostro y sus manos, esas que se posan en mi rostro haci&e
La fiesta termino sin contratiempos, el gran rey alfa la despidió eligiendo a una de sus favoritas para pasar una noche de pasión con él, después de ello, nosotras, las simples concubinas volvimos a aquella habitación donde de ahora en adelante dormiré. Durante todo el trayecto hasta aquí sentí la gran decepción de la mayoría de las concubinas, sus rostros lucen decaídos mientras una energía densa las recubre dándoles un toque de tristeza y decepción, por lo visto, todas añoraban ser elegidas para entregarse en una acalorada noche al prepotente rey alfa quien ni siquiera es capaz de valorar el esfuerzo de estas mujeres por tratar de llamar su atención, es más, ni siquiera se dignó en algún momento a verlas directamente a los ojos, simplemente actuó como si no existiesen. Con lentitud cada una de ellas se acerca a su respectiva cama para tomar su camisón de dormir, por mi parte, sintiéndome perdida, me mantengo unos segundos parada en la entrada sin saber qué hacer. De pronto
No tengo un por qué, no tengo una razón lógica del por qué siento tan tranquilidad cuando estoy con la ex reina, quizás haya sido su discurso o la forma en que sus ojos verdosos me transmiten un sentimiento que no se reconocer pero que al mismo tiempo me gusta y me genera curiosidad. Realmente siento una especie de tranquilidad cuando estoy cerca de su vibrante energía y de su aura que destila sabiduría y bienestar, es curioso, todo en ella lo es lo que me parece cautivante y atrayente. Desde la mañana me trajo a su habitación privada que goza de gran tamaño y de exuberantes lujos que relucen en cada milímetro hablando del poderío y de la nobleza de la misteriosa ex reina. En su gran cama adornada por las mejores telas de este mundo se encuentran mucho hermosos y extravagantes vestidos que están siendo ajustados según mis medidas por un par de modistas. Mientras tanto, la ex reina me habla de modales y de etiqueta, de como una mujer debe comportarse ante diferentes escenario
— Alteza. — con un leve susurro lo saludo mientras hago una reverencia. — Lo que pasa es qu… — la ex reina con una enorme sonrisa amable y alegre interrumpe a la reina quien ya tenía intenciones de quejarse frente a su hijo. —Que tu madre y yo discernimos en un tema, pero ven, toma asiento e ilumínanos con tu gran sabiduría. — La gran ex reina toma asiento en la mesa siendo seguida por su nieto, el otro hombre y por ultimo por la reina. Por mi parte me mantengo de pie a un lado de la mesa sin saber qué hacer, no quiero llamar la atención así que esperare a que empiecen a hablar para luego retirarme. — Toma asiento, Antonia. — Noto como el rostro de la reina luce indignado pero por algún motivo se contiene. — Disculpe, gran ex reina, pero creo que no sea lo debido. — mi voz sale neutra mientras le mantengo la mirada fija a la ex reina para que entienda que yo no quiero meterme en sus guerras. — Deberías cumplir el pedido de la gran ex reina, sería bast