2: Positivo

Al día siguiente Giovanni abrió sus ojos, la luz que entraba por la ventana del hotel, le molestaba. Recordaba que anoche se acostó con una bella mujer, miró hacia su lado izquierdo y estaba vacío y frío, la muchacha se había ido. Se levantó de la cama y fue al baño para ver si la chica estaba ahí, pero nada. La chica definitivamente se había largado. Miró la mesita de noche y vio la nota que ella le había dejado, frustrado y enojado. Jamás le había dejado sólo en un hotel, ella fue la primera, «ahora sé lo que se siente» pensó él. El dolor de cabeza que tenía le enfureció más, se vistió y cogió sus cosas y salió de la habitación. 

Cuándo llegó abajo, se impresionó al ver a su escolta al lado de la camioneta esperándole y Giovanni se acercó a él. 

—Buorgiorno. —dijo el escolta, Giovanni saludó con un asentamiento de cabeza y se metió en la parte trasera del auto. 

El dolor de cabeza lo estaba matando, tenía ganas de llegar a casa y tomarse algo para el dolor. Aún picado porque la muchacha le había dejado sólo.

Cuándo llegó a su mansión, caminó por el jardín y entró en la casa, dónde estaba su cuñada y su hermano desayunando, el matrimonio le miraron impresionado. 

—¿Qué haces aquí? —preguntó Mariano. 

—Vivo aquí. —dijo obvio Giovanni. 

—Rectifico, ¿de dónde vienes? —habló Mariano ocultado su risa. 

—No quiero hablar de eso, quiero una puta pastilla me duele la cabeza a rabiar. —Giovanni no quería contar que la chica se largó. 

—Tienes una cara, vete a ducharte, hueles alcohol y a sexo. —dijo con burla Mariano. 

—Que te follen. —dijo yéndose del salón. 

Subió las escaleras y se metió en su habitación, entró al baño y se ducho. Cuándo acabó se puso un chándal gris un poco suelto y una camiseta de deporte. Volvió a salir de la habitación y volvió al salón. 

—Buenos días, señor. —dijo una sirvienta, una chica que él ya había follado —¿Desea desayunar? 

—Un café y una aspirina. —dijo él serio dejándola parada en el salón y yendo al despacho. Entró y estaba su hermano sentado con la tablet en la mano. —Hola, de nuevo. 

—¿Qué te pasa?—le pregunto su hermano. 

—Anoche me acosté con una chica, pero el puto problema es que no recuerdo de haber usado condón. —se sinceró Giovanni, Mariano le miró casi enojado. 

—¡¿Sabes lo qué has hecho?! —dijo alzando la voz. —Imagina que esa chica viene diciendo que está embarazada ¿qué harás? 

—Le pediré que aborte. —dijo lo más tranquilo posible. 

—¡Y una m****a! Si esa chica queda embarazada te vas hacer responsable de tus actos, ese bebé no pidió venir al mundo. Igual que eres adulto para abrirla de piernas, se adulto para hacerte responsable de tu error. —dijo Mariano.

—Cállate, lo que me faltaba ya para rematar el día, una bronca de mi hermano mayor. —exclamó Giovanni serio. 

—Reza para qué esa chica no esté embarazada. —dijo Mariano y salió del despacho dando un portazo. 

Giovanni tenía miedo de eso, no recordaba haber usado condón, tenía miedo de que esa muchacha quedará embarazada. Él no estaba preparado para eso, no quería un hijo y menos de una desconocida. Si llegara a suceder, él la obligaría abortar sea como sea. 

**************** 

4 semanas después. 

Carlotta experimentaba estás semanas unos malestares en su cuerpo. Náuseas, mareos, no toleraba algunas comidas, los olores de algunas comidas y otras cosas. 

Ella creía que era el estrés o el trabajo. Dormía como un oso, ella seguía pensando que era ñpor eso, tampoco se percató de su retraso. Era tan despistada que no le daba importancia. 

Como todos los días se levantaba para ir a trabajar, se puso un pantalón negro y camiseta gris, se hizo una coleta alta y salió rumbo al trabajo. 

Cuando llegó al restaurante dónde trabaja, sus compañeros estaba cada uno sirviendo una mesa o en la barra. La gente estaba desayunando y el ruido y los murmullos de la gente, entraron por sus oídos. 

—¿Cómo has amanecido?—le pregunta su mejor amiga mientras prepara el café. 

—Últimamente, cansada, vómito todo lo que como. —respondió Carlotta, su amiga la miró atómica. 

—Carlotta, ¿cuándo fue tu última regla? —en ese momento Carlotta pensó en la noche que pasó con ese hombre, con Giovanni. 

—¿Crees...?—no pudo acabar la frase aún no asimilaba que pudiera estar embarazada.

—No lo se, haciéndote una prueba o yendo al médico saldrás de dudas. Te lo digo porque mi hermana le pasó lo mismo y estaba embarazada de ocho semanas. —habló su amiga, Carlotta sólo podía pensar en ese hombre, no recordaba si usó condón o si acabó dentro de ella. —Haremos una cosa, cuando salgamos de currar, vamos a una farmacia y te harás la prueba.

—Vale... ¿Pero si da positivo? —dijo asustada. 

—Te apoyaré ¿no se lo dirás al qué puso la semilla? —dijo eso último con burla. 

—Sólo se que se llama Giovanni Ricci. — afirmó Carlotta. 

Su amiga que se llamaba Estefanía sacó su móvil y en G****e buscó su nombre. Quedó paralizada al ver la belleza de Giovanni.

—¿Es éste? — dijo Estefanía enseñándole el móvil, Carlotta asintió. 

Siguió queriendo más información de él pero lo único que encontraron fue algunas fotos con sus amigos que eran algo famosos por sus padres.

****************** 

Cuando acabaron, ambas amigas salieron del restaurante, como dijo Estefanía fueron a una farmacia. Carlotta estaba muerta de los nervios, ella rezaba para que no diera negativo, no estaba preparada para ser madre, pero si diera positivo, por ningún motivo abortaría. Ese bebé, sería su vida y su anhelo. 

Llegaron a la farmacia y le pidieron a la farmacéutica un test de embarazo, la mujer amablemente les dio el test. 

Carlotta vivía con su amiga, sus padres vivían en Milán en la cuidad, y cuando tenía algún finde libre iba a verles. 

Llegaron a casa y directas fueron al baño. 

—Toma. —dijo Estefanía dándole el aparato. —Echa un chorrito de pis y esperemos 5 minutos. Una rayita negativo, dos positivo. 

Carlotta bajo sus pantalones y braga y puso el test debajo, echó un poco de pis y puso la tapa, se volvió a subir los pantalones y puso el test en horizontal encima del lavabo. 

Carlotta sentada en taza del váter con sus manos en la cabeza nerviosa y su amiga a su lado dándole apoyo. Estefanía miró su reloj y ya habían pasado siete minutos. 

—¿Quieres verlo? —dijo Estefanía. 

—Hazlo tú. —dijo Carlotta muerta de miedo, su amiga así lo hizo miró el test y miró a Carlotta con una mirada que le hizo erizar la piel. 

—Positivo. —Carlotta se echó a llorar desconsoladamente, su amiga se acercó y la abrazó. —Amiga, estaré contigo, yo estaré aquí, seré su tía Estefanía. 

—¿Qué voy hacer? ¿Si él no se quiere hacer cargo? —preguntó Carlotta sollozando. 

—Pues que le den. —dijo sería. —Pero iremos a urgencias, para ver si es cierto, éstos chismes suelen fallar. 

****************** 

Las amigas en urgencias esperando ser llamadas por una ginecóloga, para dar por definitiva si era positivo o no. 

—¿Señorita Carlotta Rizzo? —dijo una mujer de unos cuarenta años, rubia. Ellas se levantaron y siguieron a la mujer. Entraron a la consulta y se sentaron en frente de ella. —Dime ¿qué te ocurre? 

—Verá, estos días estado con muchos vómitos, mareos, no tolero algunas comidas ni algunos olores. —dijo rápido Carlotta. 

—Dime ¿cuándo fue su última regla? — habló la doctora. 

—Hace un mes mas o menos. —la mujer asintió. 

—Túmbate en la camilla y desnúdate de cintura para abajo. —Carlotta se levantó y la doctora cerró la cortina que había en medio, Carlota se desnudo y con una pequeña sabana se tapó y se echó en la camilla. La doctora se puso a su lado, y puso un preservativo en una 

barra y echo un poco de gel y lo introdujo en el interior de ella, movía el aparato de un lado a otro y el la pantalla se veía algo pequeño. —Señorita... Usted está embarazada de cuatro semanas y media. —ambas amigas se miraron atónicas. 

—Le daré unas vitaminas prenatales y una dieta que comerá durante el embarazo. —Carlotta seguía en callada solo asintió con la cabeza. 

Cuando terminaron ambas amigas salieron rumbo a casa, Carlotta no hablaba, metía en sus pensamientos, por un instinto toco si vientre plano. 

«¿Cómo se lo tomará tu papá? ¿Cómo le encontraré?» pensó ella. 

******************** 

Al día siguiente como todos los días, se levantó y fue a su trabajo, no sin antes expulsar todo lo que cenó anoche, las nauseas y el mal estar, no podía con ellas. En el restaurante, sirviendo los desayunos a cada mesa y limpiando. Las puertas del restaurante se abrieron por ellaentraron dos hombres y una mujer, pero ella no puso atención hacia ellos. La primera en recibirles fue su amiga, pero Estefanía se quedó perpleja al ver a Giovanni, el padre del hijo de su amiga estaba ahí ella tenía que decírselo. Él era de cabello oscuro, ojos grises intensos, perilla, alto y un cuerpo normalito. La amiga les dio una mesa y les tomó nota. Carlotta iba a la barra dónde su amiga estaba. 

—¿Adivina quién está aquí? —dijo Estefanía, Carlotta la miró sin entender —Mira la mesa 5. —Carlotta lo hizo, giró su rostro sobre sus hombros y abrió sus ojos como platos al ver la padre de su hijo, con un hombre y una mujer. —¿Se lo dirás? 

—No lo sé, esta acompañado. —dijo ella 

—Pues si no quieres hablar dale el parte médico. —Carlotta tenía el parte médico en su bolso, caminó hasta su bolso y cogió el papel, pero cuándo regreso él ya no estaba. —Ha ido al baño. 

Carlotta fue hasta donde estaba sus acompañantes, y el matrimonio la miró extrañados. ella era morena de ojos marrones, no podía ver su cuerpo ya que la mesa la tapaba, pero era hermosa, él era pelo Castaño,  un barba retocada, y ojos marrones claros.

—Hola, mi nombre es Carlotta Rizzo y quiero que me hagan un favor enorme. —ella nerviosa. 

—Claro. —dijo la mujer amable. 

—¿Podéis dar esto a Giovanni? es muy muy importante que lo lea. —dijo ella y Mariano la miró raro. 

—¿De qué conoces a mi hermano? — preguntó Mariano. 

—Per favore, solo entregadle esto. —les dio el sobre médico y se alejó de ellos.

Giovanni se acercó a la mesa y se sentó, notó las miradas de su hermano y cuñada; y arrugó la frente. 

—¿Qué pasa? —dijo sin entender, su cuñada sin decir nada le entregó el sobre y Giovanni lo cogió. —¿Esto qué es? 

—No lo sé, una tal Carlotta nos dijo que te lo diéramos y que era importante que lo leyeras. —dijo su cuñada, Giovanni al escuchar ese nombre se tenso. 

—¿Ella está aquí? —dijo mirando por todo el restaurante. 

—No creo, nos dio eso y se alejó. —dijo Mariano. 

Giovanni miró el sobre y vio que del médico, abrió el sobre y leyó su contenido. 

Carlotta Rizzo: il paziente va al pronto soccorso per i sintomi: vertigini, nausea, ritardo nel ciclo. Test di gravidanza: positivo 4 settimane e mezzo di gravidanza. 

Carlotta Rizzo:

el paciente acude a la sala de emergencias por síntomas: mareos, náuseas, retraso de período. Prueba de embarazo: "positiva" 4 semanas y media de embarazo.

Giovanni quedo petrificado, esa mujer estaba embarazada, la última con la que se acostó fue con ella, la fecha coincidía con esa noche. Pero tampoco podía estar seguro si era suyo. Pero de cualquier manera iba a investigarla y hablar con ella... 

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