+
Siento impotencia al verla postrada en esa cama y de que estuvo a punto de morir por su irresponsabilidad, ¿qué hacía en altas horas de la noche en un sitio que no era tan frecuente para damas como ella? Esos hombres estaban dispuestos hacer de ella lo que quisiese.
La reconocí en solo segundos de tenerla cerca, no dudé en traerla al hotel, que frecuento cada vez que quiero respirar, intenté llevarla a mi casa, pero era evidente que ella pensaría otra cosa y por ahora quiero que se sienta cómoda y que se recupere como ordenó el médico.
Uno de los médicos que trabaja para la organización le he pedido que viniera urgentemente porque se trataba de vida o muerte; no demoró ni un segundo pensando que estaba herido y a unos minutos de morir, sin embargo, se llevó la sorpresa que una mujer se encontraba en mi habitación y en la cama que tanto me cuesta compartir. Enseguida él recomendó que le quitara esos trapos mugrosos que llevaba puesto y que era mejor no tener nada de ropa para revisarla.
No fue necesario explicarle qué es lo que sucedió, ya que él ve estos tipos de casos muy a menudo. Me ofrecí ayudarle y sin malas intenciones la despojé de su ropa sucia, dejándola como Dios la trajo al mundo.
Anni es una persona importante, desde que estudiábamos en la secundaria, solo que jamás me atreví a confesarle el amor que sentía hacia ella. Luego de enterarme de la tragedia de sus padres, no me cansé de buscarla, hasta que un completo idiota le propusiera matrimonio, no tuve otra opción que alejarme.
Antes era el chico nerd del que todos despreciaban, sin embargo, ahora me he convertido en un hombre poderoso y todo se debe a mis estudios, inteligencia y conexiones. Para muchos soy el empresario más codiciado de Canadá y para otros soy el hombre más temido de la organización.
—Aaayyyy... Me duele la cabeza —no me inmuto alertarme a escuchar que ha reaccionado—, ¿qué me ha pasado? ¿Dónde estoy? Lo último que recuerdo son aquellos hombres que... ¡Dios! Estoy viva, ay—entre quejidos y quejidos, ella se remueve un poco de la cama y hasta que notó mi presencia ella pegó un grito al cielo—, oye, ¿quién eres? ¿Qué hago aquí?
Ja, lo que me imaginaba, perdida en alcohol, no recordaría nada.
—Buenos días —mascullo, sin emoción en mi rostro.
No quiero ser grosero con ella, me duele un poco que no me reconozca, que no se haya dado cuenta del chico nerd que siempre estaba junto a ella.
—Lo siento, pero no recuerdo lo que me sucedió, por lo que más quiera no me hagas daño, oh, padre mío, ¿qué es lo que hiciste? ¿Por qué no llevo nada de ropa? Tú... Dios, eres uno de esos hombres, ¿qué me hiciste? —y en cuestión de segundos ella enloquece, se suspende quedando sentada.
Eso es falso, no puede decir eso cuando una sábana cubre parte de su cuerpo.
—¿Hacerte daño? —bramo… Comienzo a empuñar mis manos hasta sentir como crujen mis dedos.
La furia y la adrenalina se apoderan de mis entrañas porque ella lo primero que se le ocurre es temerle a la persona que la ha salvado. ¿No me recuerda? Sé que he cambiado físicamente, pero…
—Sí... Eres un delincuente igual que los demás.
Oh, no... No te voy a permitir que me insultes, no después de haberte salvado la vida, pero bueno... Ahora me he convertido en el malo del cuento.
—¿Tienes con que pagarme? —me acerqué a ella lleno de ira, robando el espacio de distancia que ella desea tener.
—No tengo idea qué debo pagar —dice en un hilo de voz al mismo tiempo que su mirada lentamente baja hasta quedarse a mis labios—. ¡No...! No tengo por qué pagarte nada, tú me secuestraste y has...—y volvió a enloquecer, pero esta vez se ha sobrepasado, me empujó bruscamente—, ni se te ocurra—me advierte apuntándome con el dedo y con ese gesto de asco—. Respétame, soy una mujer felizmente casada y tengo una hermosa hija que me espera, y lo último que haría es convertirme en ese tipo de mujeres que tú frecuentas.
Esto no lo voy a tolerar, nadie en mi vida se ha atrevido a mucho, ya es demasiado lo que le he permitido. Es tiempo que le corte las alas.
Me levanté de la cama y para acercarme al buró, ya que sobre él estaban las recetas y la factura de los gastos que hice para que la atendieran.
—Aquí está la factura y esta es la receta de los medicamentos que debes comprar, ya no es que me importe tu salud o el diagnóstico.
“No fractura, pero si contusiones en varias partes de su cuerpo”.
—Pero... Es que... Yo... Es que... —empezó a tartamudear, a lo que me llevó a comprender que no tiene como pagarme—, lo siento, lo que he intentado decirte es que no tengo en este momento como pagarte, pero si me das un poco de tiempo te juro que te pagaré hasta lo último.
No intentaba detenerla por dinero, ya que eso es lo que me sobra, pero como ella empezó a gritar e insultar no tuve de otra que mostrarle que no soy ninguno de aquellos tipejos.
—Estoy de acuerdo, espero que no se te olvide la deuda que tienes conmigo, ya que eso estaría mal porque detesto a las personas que se endeudan sin ganas de pagar, ¿cómo crees que se le puede llamar a ese tipo de personas?
—Eh, de verdad, te juro por lo que más amo que te pagaré.
—Perfecto, tu auto está en el estacionamiento y para que puedas salir te prestaría mi ropa o solamente que quieras llevarte la sábana del hotel —enarco una ceja esperando su reacción —, no me culpes, pero no frecuento tener ropa de mujer, te espero afuera, no demores porque tengo mucha prisa.
Hace una hora había ordenado que compraran una muda de ropa para ella, pero ahora me he arrepentido y se pondrá mi ropa. Voy hacia el closet y lo primero que mis ojos ven es una sudadera y un jogger, el conjunto perfecto para ella.
No demoré mucho y le extendí la ropa tras dejarle en claro que llevo prisa.
Con intenciones de darle un poco de privacidad me dirijo hacia la salida y en el instante que abría la puerta la voz de ella se hizo presente.
—¡Estoy lista!
~Anni~Salí del hotel volando como si estuviese huyendo de una bomba que sería detonada.¿Quién era ese hombre? Esa pregunta no dejaba de pasar por mi mente una y otra vez. Más allá de mi laguna mental intenta recordar su rostro, pero luego la imagen de mi hija se hace presente y puff, todo se me olvida.En cuanto él me entregó las llaves de mi auto corrí hacia él, mi cuerpo me dolía y a la vez tambaleaba, pero las fuerzas de ir por mi nena eran más grandes que cualquier dolor. Puse en marcha el auto, dirigiéndome hacia casa de mis ex-suegros, ya que no hay vuelta atrás con el divorcio. Luego de que tenga a mi princesa en mi poder, buscaré la forma de contratar un abogado y darle fin a esta historia.En menos de media hora ya me encontraba en casa de los abuelos de mi nena y con mucha ilusión esperaba que ella me recibiera con los brazos abiertos, pero no, sus abuelos me dijeron que su papá había venido en plena madrugada por ella.Justo en ese instante palidecí porque mi pequeña se e
Mis palabras resultaron vanas para todo aquel que escuchaba mi versión, nadie creía en mí y del peligro que mi princesa corría.—Ahí es donde quería verte sucia delincuente —alzo la mirada, mis ojos se agrandan al ver a la mujer que destruyó mi matrimonio, la que se le metió entre las narices a mi esposo, ella que se hizo pasar como la mejor niñera del mundo—, no me queda duda que eres una envidiosa, intentaste matar a mi papi, querías dejarme viuda y sin nada de dinero.Mientras me mantenían en la sala de interrogatorio el animal de dos patas llegó hasta mí, los oficiales lo permitieron. —¿Qué haces aquí? —me levanto de la silla en la que estaba sentada para dirigirme hacia ella—, tan bajo has caído que vienes a ver a la esposa del hombre que algún día te cambiará por otra mejor.—Gracias por lo de mejor querida, sabía que reconocerías que soy buena en cuerpo y alma —lo dice sutilmente, con ese ego de grandeza—. No voy a negar que me burlaba cada vez que entraba a tu casa y tú como
+No recuerdo cuando tiempo pasó, ¡no es cierto! Tres días encerrada como una criminal. Perdida y desorientada, me dieron la noticia de qué mis súplicas han sido escuchadas y que alguien me había rescatado y que mi fianza había sido pagada.¡Ah, gracias, señor, escuchaste mis ruegos, mi niña me necesita!Con ayuda del policía logré ponerme en pie, intenté caminar por si sola, pero el mareo y el dolor de cabeza hicieron que volviera a caer. Aush, me duele mucho mi rostro, la cabeza y... ¡Qué dolor!¡Tres días sin comer!No importa, ya que debo enfocarme en como recuperar a mi princesa.El policía se compadeció de mí y me dijo que me sacaría dejándome cerca del estacionamiento para que pudiese irme en taxi, sin embargo, me negué, le dije que era suficiente con que me dejara en la puerta de la comisaría.Él me ayuda a salir de la comisaría, dejándome ir con un comentario, nada alentador, por cierto; “vaya, señora, sí que ha tenido una muy mala racha”.Esos fueron sus últimas palabras par
+Entrando al hospital, la primera recomendación que le di a Anni fue quedarse callada y mantener la calma, ya que lo que queremos es que demuestre de una vez quien es la víctima y el agresor. Me gustó el lado en el que ella obedeció.Luego de que nos dieran la información de la habitación en la que se encuentra el parásito, le dije a ella que me quedaría fuera de la habitación, siempre y cuando él no se sobrepasara, ya que con el segundo insulto no dudaría en entrar.Y eso fue lo primero que hice, me quedé fuera de la habitación esperando mi momento de entrada, pero luego me arrepentí porque en el instante que ella puso un pie dentro de la habitación él no dudo ni un segundo en insultarla y gritar que es una criminal, fue ahí que hice acto de presencia posando detrás de ella.Él no esperaba que un hombre estuviese detrás de ella protegiéndola. Luego de ver a la mujer que tenía a su lado, se dirigió a atacar a Anni diciéndole a grito partido que ella es un inmoral que ha perdido la de
+Siendo una más de las personas que no tienen donde ir, voy deambulando por las calles sin rumbo alguno, hasta detenerme en el parque de diversiones de los pequeños. Me arrepentí en cuestión de minutos al ver que los rostros de las mamás de los pequeños me miraban con recelo y asco. En ese momento lo primero que se me vino a la mente es que mi vestimenta y mi rostro no están ayudando.Antes de que ellas tuvieran las ganas de llamar a la policía por pensar que soy una roba niños corrí hacia el lavamanos público. Me apresuré a lavarme la cara. ¡Dolió horriblemente, quejidos de dolor salían de mis cuerdas vocales!El murmullo de las mujeres fue ascendiendo y aunque intentara enfrentarlas para decirle que me encontraba en un lugar público al que tengo derecho de estar, me quede callada, decidiendo tragarme todo e irme por los niños que disfrutaban de los juegos de atracciones.Seguí mi camino hasta detenerme por unos segundos a respirar y dejar que el aire entrara a mis pulmones. El hamb
~Anni~He encontrado la solución a todos mis problemas, me sirvió mucho estar encerrada en ese oscuro dormitorio. Me ahorré a preguntar por qué en mi habitación no había iluminación, ya que la mujer que me acompañaba me dejó en claro que nosotras no tenemos permitido porque los gastos saldrían alterados.Ella estuvo unas horas ayudándome acomodar un poco el desastre, todo para que no durmiera sobre las cajas. Logramos habilitar una cama sin colchón a lo que me llevó actuar rápido y agarrar una de las cajas vacías para extenderla sobre la cama.La oscuridad llegó a mis ojos, me quedé quieta sobre la cama y una pequeña tela cubría mi cuerpo del frío. A penas el dormitorio se fue iluminando por la mañana, me levanté de la cama y sin permiso salí de ahí para buscar a mi hija, tan siquiera verla de lejos.Por media hora corrí por las calles hasta que un chico se detuvo y me ofreció llevarme a mi destino. Por unos segundos me detuve a pensar, pero luego de preguntar la hora y de que me cont
“Te puedo ayudar”; fueron las palabras del abogado, me sorprendí al verlo frente a mis ojos, por estar pendiente de la chica, no me percaté en qué momento él se alejó de su escritorio. Le agradecí por ese detalle, me levanté por si sola rechazando su mano, y para no hacer perder su tiempo empiezo a contarle quién tiene a mi hija y porque no me la quiere dar.Él me invita a sentarme y que vuelva a empezar, pero que esta vez le dé todos los detalles de principio a fin. Empecé justo en la noche que lo descubrí con aquella mujerzuela hasta el ofrecimiento que el dinero que quiere para negarse de la custodia total de nuestra hija. Y con un nudo en mi garganta le dije lo que sucedió con el bebé que perdí y que no era culpable como él lo dice.En todos los detalles lo que omití fue al hombre misterioso, por ningún motivo quise involucrarlo, ya le debo mucho para meterlo en estas cosas.Justo cuando esperaba su respuesta de esperanza, me dice que debo obtener evidencia del engaño y la violenc
—Jefe, lo siento mucho… Por favor, perdónela, es que ella es nueva y no sabe el lugar que no debe pisar —detrás de mí escucho una voz interviniendo, por encima de mis hombros puedo ver que es mi compañera de trabajo, “la pelirroja”, bajo la mirada, estoy a punto de llorar, pero si lo hago seré la mujer dramática y llorona—. No volverá a suceder, se lo prometo y ella también porque es consciente de que necesita el trabajo.¡El trabajo!Ella tiene toda la razón, es posible que pierda el trabajo, pero también no quería permitir que le hicieran daño aquella chica. Esos hombres fríos y perversos no me daban buena espina, hasta podría decirse que son peores que aquel grupo de hombres que me acorralaron en la gasolinera.—Eses una completa buena para nada, te encargué una sola misión y mira como esta basura te paga, ¿sabes lo que tengo que pagar para calmar a ese grupo? ¡Nooo! No respondas porque no sabes maldita basura.Explotó, el hombre está rojo y lleno de furia, hasta tengo el miedo de