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Parte 1: "Si ella era la muerte, sería un honor morir"

Capitulo 1: Recuerdos

Un milenio había pasado de la gran batalla, y como prometió la Diosa todo recuerdo fue olvidado. En ese tiempo los humanos aprendieron el bien y el mal, por todo el mundo se respiraba la paz; después de un gran trabajo por reconstruir su mundo, al fin ese trabajo estaba por concluir, todo su mundo era un hermoso paraíso, dejo de ser una fantasía y pronto disfrutarían de este nuevo mundo.

Los humanos estaban llegando a su límite de perfección, todos ya eran jóvenes como una vez se prometió; todo mal había quedado en pasado, ya estaban casi listos para recibir su recompensa, pero… algo fallo.

Estaba creciendo en ellos un sentimiento que hace mucho tiempo habían olvidado, El deseo.

Se preguntaban - ¿Por qué teniéndolo todo, no tenían nada? -

Los humanos estaban a punto de corromperse, de que la historia volviera hacer la misma, ¿Cuál era su pecado?

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En un lugar amplio, lleno de hierba verde, había un gran grupo de jóvenes sentados en está hierba, escuchando la historia que les leía la profetisa Armida

- … al comienzo de la historia, fue creado el primer hombre y con el fueron creados la vida y la muerte; el hombre se había enamorado de la vida, pero fue tentado por el deseo y traiciono a la vida. Por castigo de su traición la vida lo maldijo, de ese modo la muerte se presentó y su alma quitó; fue tanto su dolor que él solo no pagaría las consecuencias, cualquiera que fuera descendiente del hombre habría de morir. Y es así como la muerte se volvió una enemiga para el mundo entero – termino de leer la profetisa

- Pero si el hombre murió, ¿de dónde vino su descendencia? - pregunto un joven

- Es ahí donde entra el papel de la vida, el hombre iba a morir, pero no tendría el privilegio de que su muerte fuera rápida; tendría que saber el precio de la traición y solo así algún día moriría. El deseo tomo forma de humana, una mujer, de ese modo hubo descendencia.

- Es por eso que deseamos a las mujeres – se burló un joven

- Lamentablemente si jovencito, pero no por eso tendrás el derecho de faltarle el respeto – le dijo seria la profetisa

Al fondo, había dos jóvenes, uno era de pelo naranja, con ojos color dorado; pero en especial destacaba el otro por su cabellera color negra y ojos color miel, que estaba fascinado con la historia que menciono la profetisa, pero le había quedado una duda, así que levanto su mano

- Dime Liam, ¿Cuál es tu pregunta? - le dijo la profetisa con una sonrisa

- ¿Por qué la muerte es nuestra enemiga?, ¿Aún existe? - pregunto con curiosidad

- Excelente pregunta Liam, pero ya es tiempo de irme, nuestra Diosa me está esperando. - hizo una pequeña reverencia e hizo un saludo a todos los jóvenes para despedirse

- ¡pero necesito saber profeta! - le dijo gritando desesperado por saber, ya que empezaba a alejarse

- En algún momento lo sabrás Liam – alzo su voz para que pudiera escuchar mejor – es tu destino – desapareció sin dejar rastro alguno

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Liam

Otra vez el mismo sueño, siempre termina mi sueño ahí y es frustrante porque cada vez que estoy en el mismo sueño siento que esta vez podré alcanzarla y me dirá lo que necesito saber; no he vuelto a ver a la profetisa desde aquella vez, creo que han pasado meses, el tiempo que ahora existe en el mundo ya no tiene importancia, la noche se hace día o el día se hace noche. Los humanos no tenemos de que preocuparnos ya, por eso el tiempo dejo de afectarnos hace mucho tiempo.

La Diosa ordeno que fueran a palacio los jóvenes que desearan cumplir con una misión, iré con mi mejor amigo Kuyen, veremos si somos dignos de hacer dicha misión; esperamos lograrlo y así poder tener una aventura más en nuestra vida o al menos saber si tengo una oportunidad que no sea vivir.

- Eh Kuyen, ¿estás listo?

- Como siempre – respondió orgulloso

Los dos fuimos al gran palacio de la Diosa, era un lugar muy hermoso, se sentía el poder que portaba la Diosa, todo era blanco con un rosa palo brillante, tenía columnas muy altas, el lugar parecía inalcanzable. Parecía que estuviéramos en algún coliseo por la estructura del lugar en donde estábamos, había muchos jóvenes sentados esperando por la Diosa.

Enfrente de nosotros quedaba un lugar muy amplio era donde en cualquier momento la Diosa iba a estar, estábamos esperando su entrada. Me siendo algo inquieto, creo que era la tercera vez que entraba aquí, no recuerdo como era la Diosa, pero todos dicen que es muy hermosa.

- Bienvenidos sean queridos humanos – empezó a decir la Diosa – espero que se encuentren bien, creo que todos ustedes se preguntaran porque están aquí, para ello deben resolver un acertijo para mí. Quien me diga la respuesta sabrá cuál es la misión; ¿están listos? - pregunto con entusiasmo la Diosa – el acertijo es este:

"El bien y el mal se unirán, el equilibrio tendrá, pero solo uno lo romperá; ¿Qué será?"

Tienen 2 minutos, para que alguno de ustedes me dé la respuesta – finalizo la Diosa

Yo tenía la respuesta, no entiendo como la sé, pero en cuanto empezó a recitar el acertijo, parecía que mi mente desbloqueo algún recuerdo y ahí estaba la respuesta; pero tenía dudas si decirle o no, algo me decía que, si lo decía mi vida cambiaria, pero como a eso vine – perdóname vida – apenas iban 30 segundos cuando alcé la mano

- ¿Tienes la respuesta? - pregunto un poco sorprendida

- Si Diosa – respondí

- ¿Cuál es el acertijo? – pregunto nuevamente

- El pecado Diosa, esa es la respuesta – le dije con seguridad

- Estas en lo correcto joven Liam – una sonrisa de satisfacción se formó en su cara y todo a mi alrededor desapareció

||°||

Ahora estaba en otro lugar del gran palacio; había una fuente de agua en el centro del gran patio, los alrededores eran pequeñas murallas de flores color rosas y blancas, era un lindo jardín; detrás de la fuente de agua se encontraba un pequeño camino, fui a esa dirección, crucé la fuente y caminé por ese camino, al llegar al final había un pequeño quiosco este era color blanco y tenía enredaderas con flores color naranjas y amarillas. En medio de este se encontraba la Diosa, era cierto lo que decían, ella era hermosa, lo que más destacaba de ella era el color de sus ojos, verdes esmeraldas, eran tan brillosos que parecían que los acababan de pulir; su piel era color canela, al ser expuesta al sol, esta resplandecía como si tuviera diminutos diamantes, su cabello era como ver las hojas de los árboles, al inicio cafés y al final tenían un tono amarilloso, todo en ella era digno para ser la Diosa del bien y mal.

- Has llegado Liam – menciono la Diosa

- Diosa – hice una pequeña reverencia - ¿en qué puedo servirle? - pregunte

- No sabes cuánto espere por este momento – dijo aliviada – siempre buscando un porqué de las cosas, nada encaja o no tiene sentido para ti, ¿deseas saberlo? – susurro

De manera rápida se acercó a mí, ahora estaba a tres pasos de distancia, alzo una ceja esperando mi respuesta

- Es cierto, mi propósito es algo confuso para mí, siempre eh pensado que no es igual al de los humanos – ella sonrío

- Porque no eres un humano Liam, no eres parte de su descendencia – me aclaro

- ¿A la Diosa le gusta hacer bromas? - pregunte sonriendo – desde que tengo memoria sé que tuve padres humanos y aunque hubiera esa inquietud, siempre me sentí un humano – le explique

- Vida mía, creo que no aprendiste de los humanos en cuanto tramposo ser – me lo dijo con burla – justo digno de ti

- Podemos dejar los rodeos, ¿Cuál es la misión? - pregunte un poco irritado

- Tan directo e impaciente como siempre, y me sigue encantando- me sonrió

Le alce mis dos cejas con asombro por sus palabras, ¿Qué era todo esto? Ella empezó a reír por mi reacción

- Creo que esta vez me pase un poco con tu falta de memoria, me disculpo, pero era necesario vida mía, descuida tus recuerdos te serán dados – me dijo con entusiasmo

- ¿Esto no es otro acertijo o alguna prueba? - quise saber

- Yo no pongo a prueba a nadie, todos voluntariamente me sirven, y cierto me encantan los acertijos, pero no vida mía estoy hablando con la verdad – me aseguro la Diosa

- ¿Por qué me darás mis recuerdos hasta ahora? - pregunte

- Porque es tiempo, y es momento de que cumplas con tu destino – me aseguro

¿Destino? La profetisa Armida menciono algo de mi destino, ¿tendría algo que ver con esto?

- ¿Y cuál es mi destino? – quise saber

- Demos una vuelta por el pasado – menciono con entusiasmo y dio media vuelta

No pude decirle más porque nuevamente me llevo a otro lugar, no sé si era parte del palacio, pero aquí se encontraban tres libros gigantes cada uno tenía nombre, el primero era vida, el segundo pasado y el tercero presente; los tres libros se encontraban flotando, todo a su alrededor tenía nubes blancas, creo que estábamos en algún lugar del cielo, por el parecido. La Diosa se puso enfrente del libro que decía pasado, ella se giró a verme con una sonrisa y me extendió su mano...

- Elígeme Liam, te mostraré lo que deseas – sus ojos brillaron más

¿Ese era mi deseo? Estaba seguro de dos cosas: uno, que la Diosa necesita algo, dos, que yo era su salvación.

- Muéstrame - le tome la mano y su sonrisa aumento

- Si el conocimiento anhelas, el deseo debes tener - insistió

- Te elijó mi... - un recuerdo a mí llego, pero fue interrumpido

- Lilja, ese es mi nombre – me dijo rápidamente

- Te elijó Lilja – dije no muy seguro

Después de decirle aquello, sentí como fui jalado adentro del libro; y caímos en un pasto lleno de cenizas, lo que estaba viendo con la Diosa Lilja era el momento donde se me daba mi destino.

"Recuerdos en la ignorancia pero nunca en el olviedo... A veces lo recuerdos son para mejorar, otros para hacerte añicos..."

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