Después de empacar lo necesario, Ethan y Ylva se prepararon para emprender su viaje. Habían tomado todo lo que creían necesitar, desde ropa y provisiones hasta algunas herramientas esenciales.Ethan ayudó a Ylva a subir a su moto y le entregó un casco.—Listo para partir, nevosa —dijo, sonriendo quería que ella se sintiera bien con ese viaje.—Estoy lista —respondió Ylva, ajustándose el casco—. ¿Por qué ir en moto? ¿No llegamos más rápidos siendo nosotros? El hombre soltó una risa antes de responder. —Si tus planes son contarle sobre tu origen, por mí no hay problemas. —No, gracias, vámonos en la moto. Ethan encendió la moto y el rugido del motor llenó el aire. Se acomodaron, y Ylva sintió el calor de Ethan mientras se aferraba a su espalda.Con el viento en sus rostros y el paisaje cambiando rápidamente a su alrededor, se dirigieron hacia Vermont. La carretera serpenteaba a través de montañas y bosques, y cada kilómetro recorrido los acercaba más a su primer destino.Después de v
Ylva estaba llena de preguntas y confusión. La revelación de su madre la había dejado con más interrogantes que respuestas. Sin embargo, Elena parecía entenderlo y continuó hablando, tratando de aliviar la angustia de su hija.—Cuando no te encontrábamos, me sentía desesperada. La incertidumbre y el miedo me consumían cada día. Luego, cuando nos dieron los resultados de los exámenes, me sentí fatal. Pensé que quizás habías huido, creyendo que serías rechazada por nosotros —dijo Elena, su voz temblando ligeramente por la emoción.Ylva observó a su madre, viendo el dolor reflejado en sus ojos. Sentía un nudo en la garganta mientras escuchaba cada palabra.—Pero, Ylva, eso nunca podría pasar. Jamás podríamos rechazarte. Aunque no soy tu madre biológica, te amo demasiado porque eres mi hija —continuó Elena, sus ojos llenándose de lágrimas.Ylva sintió una oleada de emociones. Lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas mientras miraba a su madre, sintiendo una mezcla de alivio, culpa y
Mientras Ethan y Ylva ayudaban a Elena en la cocina, la puerta de la casa se abrió, y los hermanos de la joven acababan de llegar. Al verla, una oleada de alegría y sorpresa iluminó sus rostros.—¡Ylva! —gritó su hermano mayor, corriendo hacia ella.En un instante, Federico la alcanzó y, sin dudarlo, la levantó del suelo, girándola en el aire. Los dos rieron juntos mientras él le daba vueltas y plantaba besos en su rostro, mostrando la intensidad de su alegría por verla nuevamente.—¡Te extrañé tanto, loca!—dijo Federico, sin dejar de sonreír.Ylva rio, disfrutando del momento, sintiéndose rodeada del amor de su hermano. Antes de que pudiera responder, su hermana menor, corrió hacia ellos y se unió al abrazo. —¡Ylva! ¡No puedo creer que estés aquí! —exclamó Elsie, abrazándola con fuerza.Los tres hermanos se abrazaron con fuerza, sintiéndose unidos después de tanto tiempo separados. Las risas y lágrimas de felicidad se mezclaban en el aire, creando un momento de pura alegría y conexi
Después del emotivo reencuentro entre padre e hija, Thomas finalmente se dio cuenta de la presencia de Ethan. Frunció ligeramente el ceño, curioso y desconcertado. —¿Y quién es este joven? —preguntó el hombre. Antes de que Ethan pudiera responder, Elsie, intervino con su entusiasmo habitual. —Es mi guapo cuñado, se llama Ethan —dijo con una sonrisa traviesa—. Pronto habrá una boda de lobos. Thomas parpadeó, claramente sorprendido por la noticia. No había esperado que Ylva regresara a casa con alguien, menos con un posible compañero. Sin embargo, intentó mantener la compostura y ser amable, aunque se notaba un aire de reserva en su actitud. —Entiendo… —dijo Thomas, mirando a Ethan—. Bienvenido a nuestra casa, Ethan. Espero que nos tratemos con respeto y amabilidad. Ethan asintió, respondiendo con una sonrisa sincera. —Gracias, señor. Estoy agradecido por su hospitalidad. —Pensé que aún me faltaba mucho para este momento —murmuró Thomas. —Ylva es muy importante para mí, y haré
Al día siguiente, después de una mañana donde la familia pasó momentos agradables, Ylva y Ethan se prepararon para continuar su viaje. Todos los despidieron con abrazos y palabras de aliento, deseándoles lo mejor en el viaje que emprenderían. —Cuídense mucho y no olviden que esta siempre será su casa —dijo Elena, abrazando a Ylva por última vez, no la quería dejar ir. —Lo prometo, mamá —respondió Ylva, sintiendo una punzada de tristeza al despedirse, pero sabía que era necesario ese viaje. Thomas estrechó la mano de Ethan con firmeza.—Cuídala bien, ella es mi todo —dijo, mirándolo con seriedad.—Lo haré, Thomas. Lo prometo —respondió Ethan con convicción.—¿Prometes volver pronto? —preguntó Elsie con algunas lágrimas en sus ojos. —Lo prometo, mi niña —respondió Ylva dándole un abrazo.—Solo te pido que no te olvides de nosotros —dijo el hermano de Ylva. —Niño tonto, ¿cómo crees que eso pasará? —Te quiero loca —dijo el joven dándole otro abrazo. —Yo también los quiero. Finalme
La chica se bajó de Ethan con una expresión divertida y se acercó a Ylva, mirándola fijamente, mientras cruzaba sus brazos. —No sabía que venías acompañado —dijo con una sonrisa traviesa.—Aria, compórtate —dijo Ethan con voz de reprimenda. Luego miró a Ylva y añadió:—Ylva, ella ya lo sabía. Te presento a esta mocosa, es mi hermana, Aria.Ylva sintió cómo sus celos disminuían instantáneamente. Una ola de alivio y un poco de vergüenza la invadieron al darse cuenta de su malentendido.—Oh, ya veo —dijo, esbozando una sonrisa tímida—. Es un placer conocerte, Aria.Aria rio suavemente y extendió sus brazos, envolviendo a la joven en un abrazo. —Es un placer conocerte también, querida cuñada. Ethan me ha hablado mucho de ti, pero se ha quedado corto con las palabras, porque eres más hermosa de lo que imaginé —respondió ella. Ylva correspondió al abrazo que le dio Aria, luego ella los invitó a pasar a la cabaña, donde el calor acogedor contrastaba con el frío invernal del exterior. Mie
Mientras caminaban por el bosque, Ylva, trataba de procesar lo que había escuchado “hada”, se detuvo con una mezcla de asombro y sarcasmo en sus ojos.—¿Hadas? ¿Me van a decir que Tinkerbell existe? —dijo en tono irónico, cruzándose de brazos.—Claro que existe —dijo, con una sonrisa divertida.—¿Hablas en serio? —Ylva no podía creerlo.—Bueno, técnicamente, Tinkerbell no existe, ya que es un personaje creado por humanos que tienen la creencia de los multiversos. Pero, eso sí, las hadas existen, y son mucho más impresionantes de lo que podrías imaginar.Ylva parpadeó, claramente desconcertada, antes de fruncir el ceño.—¿Qué? No me digas que también existen todos esos personajes de las historietas y la televisión —dijo, tratando de procesar la idea.—Para un humano, ese es un mundo de fantasía, algo difícil de creer o aceptar. Pero la realidad es que todos existen. Las historias de hadas, hombres lobos, cambia formas, elfos… todo tiene una base real —dijo Ethan. —Una vez lo dijiste,
Al traspasar la barrera, sus ojos se abrieron de par en par al ver cómo el paisaje cambiaba de forma instantánea.Lo que antes era un bosque invernal, cubierto de nieve y envuelto en el frío silencioso, ahora era un hermoso paraíso.—Wow, esto es… es… hermoso —dijo Ylva extasiada.Los árboles estaban cubiertos de hojas verdes y flores de colores que parecían susurrar entre sí. Un cálido sol iluminaba todo el lugar, haciendo que pequeños rayos de luz bailaran sobre el suelo alfombrado de hierba fresca y flores silvestres. El aire era dulce, cargado con el aroma de flores y tierra húmeda, completamente opuesto al fresco y helado aire que había quedado atrás.Había un suave sonido de agua corriendo, probablemente de un riachuelo cercano, y el canto de aves llenaba el aire. Era como si hubiera entrado en otro mundo, un lugar donde la primavera nunca terminaba, un refugio eterno para la vida.—Esto… esto es increíble —murmuró Ylva, incapaz de apartar la mirada del escenario.—Bienvenida al