Gracias a todos mis lectores que han esperado pacientemente mis nuevos capítulos, pero estoy en un proceso de duelo al perder a mi madre, haré todo lo posible para actualizar capítulos constantes. Su amiga en la distancia Mara Caballero
La hacienda «El patrón» Emiliano caminó por el largo pasillo que lo llevaría a su oficina, Alonso caminó detrás de él admirando el lugar, era impresionante como la hacienda por dentro estaba tan bien cuidada, se detuvo cuando Emiliano le abrió la puerta, le hizo una señal de que entrara, Alonso le agradeció con un gesto de barbilla y al entrar, sus ojos se abrieron de par en par al ver la impresionante oficina. Había dos paredes con televisiones encendidas que mostraban gráficas, un hombre en traje elegante daba las noticias en inglés, una de esas leyó que decía “Dólar” y “Euro”, el escritorio intimidante al otro lado de la oficina era lo que resaltaba, quedando una sala de cuatro piezas frente en el medio de aquella oficina. —Sé qué hemos desayunado hace un momento, pero… ¿Quieres tomar algo? ¿Agua, café o jugo?—Emiliano fue lo más educado, quería cerrar el trato y que se fuese cuanto antes, después de escuchar que tenía información privada, gracias a Alicia, no le iba a mostrar la
La hacienda «El patrón» Emiliano esperó una respuesta inmediata de parte de Alicia quien había abierto sus ojos de par en par, “Cavernícola” la palabra que había dicho Alonso en aquel mensaje y que le había molestado bastante. —No. No eres uno, y si lo fueses…—ella caminó lentamente hacia él, preguntándose por qué se sentía poderosa y sexy delante de Emiliano, ¿Acaso esa pregunta la había…? Oh, sí. —Serías “mi” cavernícola. Y de nadie más. —Para él claramente le fue difícil pasar saliva a la respuesta de su pregunta. Se aclaró la garganta y desvió la mirada de los ojos marrones de Alicia, ella notó sus mejillas sonrojarse y le hizo sonreír. —Bueno, —otra vez se aclaró la garganta y regresó la mirada hacia la mujer frente a él. —No andes dando información de lo que haremos y de lo que no. Y mucho menos a él. —ella entrecerró sus ojos. —Solo me ha preguntado cuando iré a ver a Ximena, le he respondido que antes de irnos iría, él ha preguntado a donde y dije: “Saldremos por asuntos pr
Hacienda “El patrón” Los dedos de Emiliano se adentraron en el interior de Alicia, estaba sorprendido y excitado el sentirla húmeda, y más el pensar que solo él podía hacer que se pusiera así. Los labios entreabiertos de ella se cerraron y luego uno de sus dientes aprisionó el labio inferior, estaba a punto de cerrar sus ojos pero él negó.—No cierres los ojos, quiero ver como te vienes en mi mano. —las mejillas de Alicia se incendiaron por la manera sexy y ronca en que aquellas palabras de Emiliano salieron de su boca. “Si lo vuelve a decir, ¡Por tatita Dios que me vengo como cascada!” Los dedos de él comenzaron a hacer su trabajo, la pelvis de Alicia cobró vida y comenzó a moverse al ritmo del movimiento que ejerció. —Dios…—Alicia jadeó sintiendo ese calor recorrerle por debajo de la piel hasta llegar a su centro. Emiliano estaba duro como una roca. —A la m****a el reposo—soltó Emiliano y Alicia aún en su nube de excitación le siguió, él brincó a lado del sillón y empezó a desvest
Hacienda “El patrón”Durante el camino por el largo sendero, Alicia se abrazó a sí misma pensando en lo que le había dicho a Alonso. Pensó en que quizás un tiempo atrás pudo haberse sentido atraída a él, por qué él no era feo, era atractivo, pero, Emiliano había llegado y estaba empezando a hacer que la tierra bajó sus pies empezara a moverse con solo una mirada. La sonrisa apareció en sus labios, era atractivo y no lo iba a negar, y tenía un no sé qué, qué pondría loca a cualquier mujer, como ese semblante de ser todo un gruñón, pero detrás de esa máscara de indiferencia y frialdad, había un hombre tímido y que no había experimentado lo que cualquiera a su edad ya lo había pasado. A lo lejos, las luces de un auto se vieron, Alicia se tensó pensando que fue imprudente salir de noche por ese lugar antes de que Emiliano pasara por ella, su celular había muerto por la batería y no quería pedirle a Alonso el favor. Siguió caminando, pero más lento, aquellas luces siguieron encendidas impid
Hacienda «El patrón»Alicia estaba dando un sorbo a su vaso de agua mientras miró al par en la mesa platicando en inglés, ya que William no sabía hablar mucho español, aunque insistió en seguir aprendiendo, necesitaba primero ponerse al día rápidamente, pero antes de eso, le había pedido permiso a la esposa de Emiliano para no ser grosero, Alicia había dicho que no había problema porque ella también quería aprender inglés y su pronunciación. —Tienes una bonita hacienda—dijo William emocionado por el cambio radical en su ex socio y amigo. —Gracias, —respondió Emiliano, sonrojándose. —Mañana te llevaré a cabalgar, quiero mostrarte las extensiones de tierra que me regaló mi padre, en unas semanas la empezaremos a trabajarlas, deberías de darles un vistazo y puede que te animes a invertir. —William alzó sus cejas.—¿Hablar en serio? Sabes bien que a donde inviertas, yo invierto. —brindaron quien sabe por qué pero lo hicieron. Alicia se disculpó para dejarlos solos en la mesa, Emiliano se
Alicia se quedó petrificada leyendo quien sabe cuántas veces ese mensaje en la pantalla del celular de Emiliano, se atrevió a deslizar la notificación de la barra y apareció el mensaje:“Espero muy ansiosa tu llegada a Manhattan, cariño. Te he extrañado como no tienes idea, me he sentido sola, y no me importa que seas ahora un hombre casado. Casados me gustan más.”Sintió el corazón latirle tan deprisa que pensó que le daría un “patatús” como ella le decía al infarto, se llevó la mano a su pecho y tomó una bocanada de aire, cerró sus ojos y empezó a contar hasta diez para calmarse. —Diez, —una breve pausa recordando lo de la discusión de aquella noche con la llamada de la viuda, no iba a contar despacio y comenzó el conteo a toda prisa antes de ir a buscarlo. —Nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos… —¿Ya te has despertado?—se escuchó la voz de Emiliano y los ojos de Alicia se abrieron. —¿Dónde está la señora Rod…?—Emiliano detuvo su tono divertido cuando vio el semblante
Hacienda «El patrón» La cena estaba yendo bastante divertida, Alicia había practicado el inglés con Will, y este el español. Hubo risas, bromas y anécdotas de Emiliano con él en los tiempos en los que empezaban a ser socios y los riesgos que tenían que correr para lograr sus objetivos, el dineral que habían hecho, y el último en el que se aliaron para después seguir cada quien por su camino. —¿Y por qué se separaron si les iba re-bien?—preguntó Alicia antes de dar un sorbo a su copa de vino, Emiliano notó lo sonrojado de sus mejillas por el alcohol así que sutilmente cuando ella terminó y dejó la copa a lado del plato vacío, él la retiró reemplazándola por una de agua fría cuando ella prestó atención a su amigo y ex socio. —Me enamoré—dijo William, al decirlo, soltó un suspiro, Alicia alzó sus cejas con sorpresa. —Ella me dejó. Así que decidí alejarme de todo, me fui a viajar, conocí gente, viví aventuras y luego regresé para firmar los papeles del divorcio una vez que estuve list
Hacienda «El patrón»Días después…Alicia revisó una otra vez la maleta que había doña María ayudado a armar y quería cerciorarse que no le faltara ningún atuendo, entre ellos, sus jeans favoritos. Había leído en internet todo acerca de Manhattan, el clima, los mejores lugares para visitar, lo que más le emocionó, es que vería la gran estatua de la libertad, aquella que veía a veces en películas románticas en el internet. —¿Pusiste la ropa interior de encaje?—preguntó doña María entrando a la habitación de nuevo, venía con un par de toallas nuevas en mano que había comprado en su viaje en Puerto Vallarta. —Traje un par de toallas de mi viaje, ¿Cuál eliges?—le ofreció dos toallas coloridas de palmas y cocos, y otra era el mar con un par de conchas en la parte final. —Me gustan las palmas, —dijo Alicia—Aunque nunca he visto unas. —Pero lo harás una vez que regresen, habla con Emiliano y dile que…—fue interrumpida por su hijo que entró a la habitación.—¿Qué me diga que cosa?—Alicia l