Hacienda «El patrón» Emiliano miró a Alicia, se veía cansada casi no había dormido desde el evento desgraciado de la noche anterior. —Voy a entrar, necesito ir…—no terminó cuando doña María asintió, Alicia entró a la hacienda mientras que Emiliano tiró del brazo de su madre y comenzaron a caminar detrás de ella, pero su madre, no se quedaría quieta hasta saber qué es lo que realmente había pasado. —Quiero descansar, madre—doña María refunfuñó entre dientes. —Me tenían toda preocupada pensando lo peor, ¿Para qué chingados tienen sus celulares si no van a contestar? —Madre, no discutamos, estoy bien, Alicia está bien, déjanos dormir y cuando despierte para la hora de la cena, conversamos. — ¿Pero si estás bien?—Emiliano asintió y le sonrió para tranquilizarla. —Bien, ¿Pero no puedes darme algo? —Soy alérgico al látex. —ella arrugó su ceño cuando se detuvieron en el pasillo principal antes de subir las escaleras, su madre alzó las cejas cuando Emiliano le hizo un gesto de “ahí a
Hacienda "El patrón"Emiliano había terminado de ponerse la ropa holgada para dormir el resto del día, había tecleado un mensaje a Ryan para que lo pusiera al tanto de todo el tema laboral antes de dormir, si necesitaba algo de él antes de dormirse, él miró desde el lugar de su cama como Alicia empezó a desenredarse el cabello, al parecer tenía dificultades, pero no lo decía. Él tenía los dedos sobre las teclas de su celular a medias con un mensaje, -Mientras que Ryan esperaba cualquier indicación del otro lado- Emiliano la miró y decidió ayudarle. —No jales más, te vas a lastimar—Alicia se exaltó al escuchar la voz de Emiliano, se giró de medio perfil para mirarlo. —Estoy bien, es solo que se me ha enredado un poco—dijo mientras él comenzó a acercarse a ella, le pidió el cepillo y ella se lo entregó con el ceño arrugado. —Siempre tienes que cepillar de abajo hacia arriba, primero desenredas puntas. —dijo Emiliano a punto de empezar a pelear con el nudo que tenía en uno de sus larg
Hacienda «El patrón» Emiliano había regresado a la mesa de la cocina sin decir nada, Alicia se había percatado de su semblante, Sebastian había empezado su segundo plato y conversaba con su cuñada. — ¿Todo bien?—preguntó Alicia a Emiliano y este asintió lentamente sin mirarla— ¿Seguro? Traes una cara que parece que te ha correteado el mismísimo diablo. —él miró a Alicia, «Ella y sus dichos» pensó y apenas hizo una breve sonrisa. —Sí, estoy bien, es solo que me llamaron de larga distancia. Un recordatorio que tenemos que ver lo de tu visa para el otro lunes viajar a New York. —Alicia abrió sus ojos de par en par, casi como de caricatura. — ¿Qué? ¿Ya podré ir al otro lado contigo?—preguntó Alicia sorprendida, qué sorprendida, atónita, que no se la creía. — ¿A los Yuneites steits?—preguntó Sebastian siendo metiche en la conversación de su hermano con Alicia. Emiliano miró a su lado, y asintió. — ¡A la madre! Yo quiero eso que le das a la Lich… A Alicia quiero decir. ¿Qué tiene uno
Queridos lectores, entro rápido por qué no tardan en acabarse mis datos, no he podido actualizar como estaba organizado por una situación que se ha salido de mis manos, mi madre está internada de situación totalmente GRAVE en el hospital de hace días atrás, es por eso mi ausencia no es tanto por que no les quiera dar capítulos, sabiendo que amo escribir, pero mi priorioridad en este momento es ella, espero que puedan entender, empezaré a escribir en mi rato libre por la noche desde mi celular (No se asusten si me como una palabra o una coma o acento) y daré todo de mí para que puedan seguir leyendo esta historia y las demás. Hay capítulos que iré programando en estos días para no dejarlos sin historia y yo no perder más de esos días que a nosotros los escritores nos da la plataforma libres y no perder bonos. Gracias por tomarte el tiempo de leer este anuncio y de comprender. Daré todo lo que pueda de mí para darte más historia. Mara Caballero.
Alicia al escuchar esas palabras como todo un hombre celoso, se sintió de alguna manera, satisfecha. Se mordió el labio inferior sin que se diera cuenta él, ya que le estaba dando la espalda. —Bien, veo que nos entendemos. —Sí. —susurró Emiliano retrocediendo para dejarla que se marchara, no podía tomarla debido a su anterior problema de salud, pero para todo había… Maña. —Que descanses, iré más tarde. —ella solo asintió y sin volver a girarse hacia él, salió de la oficina, al cerrar la puerta detrás de ella, tomó una exagerada bocanada de aire y se llevó la mano a su pecho, agitada y excitada, pasó saliva con dificultad y de inmediato tomó el camino a su habitación, mientras que Emiliano tenía la mirada fija en la puerta que recién había sido cerrada delante de él, este tomó una gran bocanada de aire y lo soltó entre los dientes, escuchándose por el lugar, se pasó una mano por su cabella y lo revolvió, mientras negó. —Esta mujer me tiene loco, —luego pasó una mano por su rostro y l
La hacienda «El patrón» Emiliano caminó por el largo pasillo que lo llevaría a su oficina, Alonso caminó detrás de él admirando el lugar, era impresionante como la hacienda por dentro estaba tan bien cuidada, se detuvo cuando Emiliano le abrió la puerta, le hizo una señal de que entrara, Alonso le agradeció con un gesto de barbilla y al entrar, sus ojos se abrieron de par en par al ver la impresionante oficina. Había dos paredes con televisiones encendidas que mostraban gráficas, un hombre en traje elegante daba las noticias en inglés, una de esas leyó que decía “Dólar” y “Euro”, el escritorio intimidante al otro lado de la oficina era lo que resaltaba, quedando una sala de cuatro piezas frente en el medio de aquella oficina. —Sé qué hemos desayunado hace un momento, pero… ¿Quieres tomar algo? ¿Agua, café o jugo?—Emiliano fue lo más educado, quería cerrar el trato y que se fuese cuanto antes, después de escuchar que tenía información privada, gracias a Alicia, no le iba a mostrar la
La hacienda «El patrón» Emiliano esperó una respuesta inmediata de parte de Alicia quien había abierto sus ojos de par en par, “Cavernícola” la palabra que había dicho Alonso en aquel mensaje y que le había molestado bastante. —No. No eres uno, y si lo fueses…—ella caminó lentamente hacia él, preguntándose por qué se sentía poderosa y sexy delante de Emiliano, ¿Acaso esa pregunta la había…? Oh, sí. —Serías “mi” cavernícola. Y de nadie más. —Para él claramente le fue difícil pasar saliva a la respuesta de su pregunta. Se aclaró la garganta y desvió la mirada de los ojos marrones de Alicia, ella notó sus mejillas sonrojarse y le hizo sonreír. —Bueno, —otra vez se aclaró la garganta y regresó la mirada hacia la mujer frente a él. —No andes dando información de lo que haremos y de lo que no. Y mucho menos a él. —ella entrecerró sus ojos. —Solo me ha preguntado cuando iré a ver a Ximena, le he respondido que antes de irnos iría, él ha preguntado a donde y dije: “Saldremos por asuntos pr
Hacienda “El patrón” Los dedos de Emiliano se adentraron en el interior de Alicia, estaba sorprendido y excitado el sentirla húmeda, y más el pensar que solo él podía hacer que se pusiera así. Los labios entreabiertos de ella se cerraron y luego uno de sus dientes aprisionó el labio inferior, estaba a punto de cerrar sus ojos pero él negó.—No cierres los ojos, quiero ver como te vienes en mi mano. —las mejillas de Alicia se incendiaron por la manera sexy y ronca en que aquellas palabras de Emiliano salieron de su boca. “Si lo vuelve a decir, ¡Por tatita Dios que me vengo como cascada!” Los dedos de él comenzaron a hacer su trabajo, la pelvis de Alicia cobró vida y comenzó a moverse al ritmo del movimiento que ejerció. —Dios…—Alicia jadeó sintiendo ese calor recorrerle por debajo de la piel hasta llegar a su centro. Emiliano estaba duro como una roca. —A la m****a el reposo—soltó Emiliano y Alicia aún en su nube de excitación le siguió, él brincó a lado del sillón y empezó a desvest