A Julianne le dolían demasiadas cosas, pero, en ese exacto momento en el cual Carrick ganaba puntos como papá, ella recordaba que había fallado tres veces en el intento, una biológicamente, otra incidental y finalmente por razones fortuitas.
Carrick puso la ensalada, carne de cangrejo frita y plátanos en la mesa, se disculpó con los niños para pedirle a Julianne una disculpa y que se uniera, ella le respondió secamente que iniciaran sin ella porque estaba hablando con Jack. Carrick salió de la habitación y volvió a la mesa.
—Cuando July, esté menos molesta conmigo, quiero pedirle que se mude, estarían de acuerdo o es muy pronto, muchos cambios, pueden decir que no.
—¿Le puedo llamar mamá? —preguntó Santi.
—Eso… tienes que preguntárselo a ella. —dijo Cash. —Por mí bien.
—No estoy listo, me gusta que seamos nosotros, sin mamá o sin Julianne, tú yo, mis herman
Julianne y Carrick habían regresado a la realidad, él a la de ser un padre soltero insuficiente y ella en la de ser una abogada agredida por un sicópata. Estaba en la estación de policía peleándose a gritos con un fiscal cuando su mejor amigo le cargó y le separó. Estaba a punto de golpearle y de paso perder su licencia por algunos meses. —¿Sabes que te pueden encarcelar si le tocas? —Es un mamapichas—gritó y tiró una silla. Jack estaba acostumbrado a esos arranques, Emma la mamá de Julianne era su madrina, se había criado viendo a July y Alice con arranques similares y por último y lo más importante estaba casado con Valentina, lo cual requiere de mucha paciencia y cuidado porque cuando se enoja cosas vuelan y otras se rompen. —¿En dónde aprendiste esa mala palabra? —preguntó Jack
Carrick se había hecho la misma pregunta: ¿Por qué?, ¿Qué le pasó a Analissa? A la mujer con la que decidió casarse, esa parte ni la tenía clara aun, si la había amado, si había sentido que tenía que protegerla o si simplemente fue una persona con la cual sintió todo era fácil. Porque eso pensaba Carrick de su exmujer, que ella estaría ahí, sentada esterando que le amase, pero los dos sabían que ese momento no llegaría porque en su corazón, en sus recuerdos y sus sueños había alguien más. La verdad, Analissa y Carrick se querían poco como pareja y no eran exactamente amigos, porque los dos tenían demasiados secretos, les gustaba el sexo, bromear, ir de fiesta, pero, siempre faltaba algo. Entre todas las cosas e las que tenía que mejorar y por mucho era en la maternidad, el primer mes de Isabela fue duro, Carrick estaba abriendo su primer casino en Vegas, necesitaba que fuese un éxito porque se gastó todo su dinero en ello. Analissa tenía que pasar m
Ahora que estaban los tres, ahí de pie, se preguntaba si había una sola posibilidad de que su padre y Julianne tuviesen algún tipo de gusto por sexo raro y ruidoso y lo más perturbador, agresivo. Isabela se fue directo a sadomasoquismo y Bash no sabía el nombre exacto, pero se imaginó a su papá siendo una especie de torturador, cuando le dio la vuelta al pensamiento y lo imaginó como un hombre de casi dos metros y grande como un toro dominado le dieron ganas de vomitar. —Me caí de la cama, ya voy—Dijo Carrick mientras se ponía los pantalones. Julianne fue a abrir la puerta y corrió al baño en busca de algodón o gazas, solo encontró una toalla blanca y volvió donde estaban Carrick y sus hijos, los tres estaban viendo el hueco por el cual estaban seguros de que podían ver el cerebro de su padre. —Oh, ya lo entiendo, sexo duro contra el muro —Sus hermanos vieron a Santiago y rieron.
Finalmente el viernes Julianne estaba discutiendo el caso de su tío Jack, Gabe y su primo. Los tres estaban conversando y analizando teorías, habían ido a la cárcel a escuchar a Clarise y a Amador, había algo que no estaban diciendo y no se estaban cubriendo, los dos estaba tirándose al autobús. —¿Por qué las cámaras estaban apagadas? —Julianne, necesitas dejar de hacer de psicóloga y detective y concentrarte en defender a tu clienta—respondió James. —Sí, pero, quiero entender si es una asesina. Julianne vio a Sebas e Isabela ingresar al piso, ella iba toda formal, muy abogada moderna, casi legalmente rubia y él iba muy informal con sus tenis y una camisa demasiado lavada, estaba segura de que el saco había sido una imposición de su papá. <<¿No tienen botón de apagado? Voy para Salomón Enterprise, si me necesitas solo llama
Julianne salió de la oficina acompañada por sus hijastros, Carrick esperaba abajo, junto a Santiago, en un auto familiar y ella elevó una ceja, los dos sonrieron y él se bajó del auto para darle un beso en la mejilla a su novia, luego le abrazó. Carrick vio a sus hijos y extendió un puño hacia Sebas, soltó a July para abrazar a su hija, la cual le contó que manejaba la copiadora como nadie en todo el edificio.—Eres mi hija, yo trabajé aquí y era buenísimo.—Sí, es lo único que aprendió tu papá —se burló July y Cash abrió la puerta para todos. Carrick le preguntó a su hijo por su día y reconoció orgulloso que James estaba encantado con su trabajo y que le había pedido entrar un poco más temprano el lunes e ir el sábado en la mañana, los dos sonrieron.Carrick
Carrick estaba por salir de su oficina cuando se encontró con un hombre que le parecía desagradable en su bar, hizo la seña a los de seguridad y alertó a sus chicas. Camino hacia Andrés Berrocal, un empresario reconocido porque sus negocios no eran tan transparentes sino más bien turbios y siempre a la orilla entre lo que puede ser ilegal y peor que eso. —Señor Berrocal, está disfrutando. —Burwish—Dijo sin quitar la mirada del trasero de la chica que bailaba para él. —Todo lo que tengo que hacer para tener tu atención. —Angie, tráenos una copa a los dos—Ordeno Carrick a la bailarina. Ella detuvo se baile y se giró hacia mis hombres para preguntarles qué les gustaría, Andrés pidió un Whisky y Carrick un ron.El dueño de Lemonade tomó asiento y vio el reloj. —No tengo mucho tiempo, pero estoy atento. —Quieto invitarte a hacer negocios, una sociedad. —Tengo lo que nec
Julianne estaba sorprendida de que Cash hubiese hecho todo lo que ella había pedido, desde leer hasta estar en silencio en la oscuridad, incluso cuando los primeros rayos de sol salieron él se levantó solo para cerrar las cortinas. Al medio día fueron por un brunch a solas, estaba casi segura de que Carrick había solicitado que fuesen los únicos con acceso al jardín y en la tarde dieron un paseo por la ciudad en auto el cual básicamente consistía en Carrick manejando por los lugares más lindos de la ciudad. —Cash, quiero ir a mi casa. Necesito estar sola. Carrick se aparcó y abrió la guantera en la cual tenía una bolsa demasiado grande de gomitas ácidas, abrió el paquete y se metió tres en la boca y le ofreció a Julianne la cual negó con al cabeza y le miró confundida. —Julianne—Dijo mientras masticaba y ella se apoyó contra el asiento. —C
En la mañana Carrick había ido a desayunar con su hermano de en medio. Carlo se veía igual de triste y meditabundo, pero cuando llegó Baron la pena de ambos desapareció, era como si simplemente tuviese la habilidad para hacerles reír y olvidar sus problemas.Su hermano pequeño era terriblemente divertido, pero Baron insistía en ser siempre el alma de la fiesta, Baron tenía planes para él y sus hermanos, irían a cenar, unos tragos, buena compañía (la de sus hermanos porque ya no le permitían contratar putas o entretenimiento femenino como le gustaba llamarle) un club de baile de fiesta latina, era buenísimo bailando salsa, en realidad todos bailaban bien excepto Carlo que tenía dos pies izquierdos.Baron observó a su hermano menor beber como si el sabor fuerte y caliente del alcohol alimentara esa llama corta que le quedaba de vida, sabía que su matrimonio era un desastre en aquel momento, uno que él provocó. Po