—¿Quieres hablarlo ahora? ¿Podemos hablarlos tú y yo o podemos?—preguntó Carrick a su hijo mientras le abrazaba. Sebastian le devolvió el abrazo y sonrió asustado e inseguro, su padre le dijo mirándole a los ojos y con toda sinceridad: —Me encantaría que no te doliera. Hijo, no importa cuán pequeño sea lo que pase, sé que nos enseñan a no hablar de nuestros sentimientos, pero me importan los tuyos, eres mi hijo y no porque sea tu papá quiero regañarte o castigarte. Siempre puedes venir a mí. Isa es tu hermana y es lo más dulce de la vida. Amo lo unidos que son, pero yo quiero ser la persona en la que te refugias cuando tienes miedo, cuando tienes dolor, cuando no le encuentres el sentido a la vida. Voy a estar ahí, aunque no lo sepas.
—¿Siempre?—preguntó mientras lloraba.
—Sí, hijo, siempre. Soy un coñazo. Voy a estar toooda la vida pendiente de ti, hasta que no viva y si es posible después de la muerte. <
Julianne respiró hondo porque Carrick no podía estar pasando por nada bueno si recibía ciertos mensajes y estaba por ser honesto con ella con respecto a su vida se uniforman no solo amorosa sino laboral. —Okay. —Primero, Sebas está confundido con lo que vivió con su mamá y lo que siente. Yo estoy de acuerdo, solo si quieres. Y ahora lo fuerte —Dijo y bebió casi toda la cerveza. —Sabes quién es André Berrocal. —¿El narco? —No ha sido demostrado, pero sí. Narco traficante y hombre de la mafia —Respondió Carrick. —¿Quiere que vendas, quiere Lemonade o los casinos? —Escucha, quiere ofrecerme un negocio, pero mandó el mensaje: estás conmigo o contra mí y yo había hablado con Patrick tu amigo de la policía así que siento que sabe y me va a matar. —Carrick, él trafica mujeres, armas y drogas. Obviamente compra a la policía alguien tuvo que haber vendido a Patrick. —Lo sé—Respondió asustado. —No
Los tres hermanos fueron al interior de la casa y se encontraron con sus tíos y abuelos conversando con Julianne. Santi saludó con un fuerte abrazo a sus abuelos al igual que sus tíos. —¿Y Loren? —Está nadando. —Respondió Eleonor.—En el nombre del señor espero que con ropa. —Es como una fase, he notado que no es el único. —No sé qué es pero me enloquece. Carrick entró y corrió hacia su mamá, le llenó de besos mientras sus hermanos le pedían que se separara. —Yo salí primero de esta mujer. —Aquí vamos —Dijo Eleonor. —¿Oye, quedan habitaciones? —Para el papá de tu hijo o tu novio —preguntó Baron. —¿Por qué te metes conmigo? —los dos rieron. Carrick asintió y le dio un beso a su hermana. Julianne estaba encantada con fin de semana con los Burwish, eran demasiado activos y
Había sido una noche demasiado emocionante para Julianne. Cuando regresaron del bosque, sus hermanos y su padre habían llegado junto a su tío Favorito. James no pudo evitar soltar la pulla de que a los niños les habían tomado seis meses y a Carrick casi veinte años en medio de la cena familiar. El señor Burwish dejó en claro que él los casaría si tenía que hacerlo por su cuenta. Julianne alzó la mirada y le dio un beso a su hijo más pequeño. —¿Cómo te quieres casar, Julianne? —No sé... —Vamos July, dinos—pidió Isabela. —Mi hermana siempre ha querido algo sencillo, al aire libre, nada de parar el trágico o miles de campanadas. —Solo los que tienen que estar—Completó Alan. Era cierto, Julianne no quería la borda más lujosa, sino casarse con la persona correcta, siempre había pensado que a veces invertidos demasiado tiempo en las cosas pequeñas
Julianne vio el rostro de Carrick y supo de qué iba la noticia. La joven le abrazó y él maldijo molesto, tenía que decirles a sus hijos que la perra de su madre había fallecido. —Lo siento, Cash.—Él le dio un beso en la frente. —Puedes por favor a averiguar sobre el caso de Berrocal yo voy a resolver esto. —Bien. No tienes que hacer nada solo. —Sí. Sus hermanos bajaron para desayunar junto Alice y Alan, Julianne fue a despertar a los chicos, Lorenzo se había pasado de cama y tenía a su primo pequeño abrazado como un peluche. Los cuatro se miraron.—Vamos a desayunar—Propuso Julianne. —Mi abuelo dijo que íbamos a montar—Respondió Isabela emocionada. —Voy a bañarme. —¿Quién putas se baña antes de ir al monte? —Yo. ¿Qué tal si me pasa como a tu mamá? Llega un príncipe a conocer
Carrick estaba acostado en el césped mientras sus hermanos jugaban croquet como si fuesen de la realeza, su hermana y Alice llevaban un sombrero gigante, sus hermanos unas corbatas mal anudadas e Isam su cuñado llevaba guantes al igual que Alan. Eran tan ridículos todos. Habían convertido el croquet tan clásico y refinado que su mamá amaba en un evento especial dirigido por un código de vestimenta que su hermana básicamente se inventó y finalmente estaba la parte de fuerza y masculinidad, intentando derribar al otro de un solo golpe. Valentina dirigía un croquet con los pequeños y reía como loca de los malos intentos de su hijo mayor junto con Lorenzo, el cual no podía ocultar la sonrisa de diversión ante los múltiples fracasos de su hermanito. —Tu turno, Cash—Dijo Leonor mientras le daba golpecitos con el palo. —Son muy malos, malos que te cagas—Replicó Carrick mientras caminaba como un lagarto y se pu
Julianne le abrazó de vuelta y sonrió. En el tiempo que estuvieron fuera recopiló todo lo que necesitaba para su sorpresa de cumpleaños y el que Cash necesitara un momento o dos a solas era demasiado perfecto porque Bas e Isa podrían hacerse cargo del resto y Emma entretendría a Santiago. —Un momento a solas, en un lugar con nuestros padres y hermanos, por no hablar de nuestros hijos. —Y los amigos—Interrumpió Sebastian.—Estoy en casa sentado esperando la invitación. Qué crees que eres. Que ahora que tienes a Julianne te puedes olvidar que somos familia. Soy el padrino de tus tres hijos, soy tu hermano no biológico y tu compañero de vida. ¿Te acuerdas de mí? Te acuerdas de Alonso. —Sí, una cosa es que te metas con mi prima y otra que nos abandones por ella. Julianne y los niños están en segundo eslabón. Recuerda quienes son tu prioridad. —¿Cómo que no les invitaro
Muchas veces fantaseamos con que las cosas sean como la primera vez, el problema es que no recordamos como lo hicimos de un principio y enamorarse era así para Carrick, quería repetir ese amor que sentía por Julianne todos los días de su vida, sin embargo, es imposible que todo sea igual para siempre así que mientras besaba a su novia y se unía a ella de la manera más íntima posible, le miró a los ojos y se prometió a sí mismo intentar que el resto de sus vidas fuese mejor que aquella tarde. Julianne estaba tomando una ducha cuando Carrick regresó con el teléfono. —¿Tienes malas noticias?—preguntó Julianne asustada. —No. Relájate. —respondió.—Isabela casi explota tu teléfono a mensajes. “No sé por qué no contestas, pero estoy muy molesta” “Demasiado.” “ Me encantaría que reaparecieras.” “Tú, papá y yo tenemos que hacer una reunión de sillón de las del tío Alonso”. “L L Á M A M E” <
Todos estaban sorprendidos de que Carrick no le propusiera matrimonio a Julianne y que Julianne no le rompiese la cabeza. Sus tres hijos estaban sentados en el sofá viendo una fotografía de los cinco, las tres semanas siguientes al cumpleaños de su padre habían sido buenas, pero necesitaban saber qué pasaba por la cabeza de Julianne. —Hola, mamá—Dijo Santiago cuando la puerta se abrió la joven rio y se inclinó para besarle en las mejillas. —Hola, cielo. —Tenemos tu café—dijo Isabela. —Leí tu blog esta mañana Isabela, eres espectacular.—le felicitó su padre. —Gracias, desde que Marcela es mi editora es más fácil para mí enfocarme en lo que vale la pena. —Claro, tiene una excelente mentora, pero el trabajo, el esfuerzo y la magia la pones tú princesa—respondió Julianne.—¿Entonces la cena está... preparada? ¿Su papá no está? ¿Qué está pasando? —Queremos saber cómo t