Capítulo Ocho.

Alessandro Cowell.

El aliento expiró de mí.

El oscuro pasado llegó en el equivocado momento, y al lado de la persona menos indicada.

Elena.

— ¿Diego Torres, eres tú? —volvió a insistir él, al hombre que jamás deseé en la vida.

Elena me miró con los ojos entrecerrados, confundida. Está esperando por mí reacción.

No puede conocer mi verdadera identidad, no.

Y él me tomó por el hombro, y me volteó de un solo jalón. Me miró, y agrandó sus ojos.

Oh, por Dios, no.

Estoy a espalda de ella.

—Señor, está usted equivocado. —digo en un acento desconocido, es para despistar, y me quedé mirándolo con la frente arrugada.

—Oh, perdón. —le sonríe a Elena. — Te asimilé a un viejo amigo. — dice él tendiéndome la mano. — Pensé que eras…

—Pues, como ves, no lo soy. —contesto interrumpiéndolo y dándole una mala mirada.

Él conoce que sí lo soy, pero sé está colando el muy cabrón.

—Ah, sí. —dice y tiró sus ojos a Elena. — ¿Usted es? —le pregunta dándose un paso más delante de mí.

—Mi novia. —zanjé con los d
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