cap.3

Capitulo 3.

"Tienes lo que te pedí?"—pregunto Bruno al teléfono.

"Lo estoy enviando en este momento ya lo debes tener en tu correo."—dice Álvaro. – "creí que habías ido a ver a tu madre pero veo que fuiste a conseguir esposa."—Álvaro tiene una personalidad alegre y le gusta molestar a Bruno.

"Quieres morir.?"—dijo Bruno fingiendo molestia.

"Definitivamente Irene Foster es un buen prospecto, oye, oye!! Pero que desagradable, otra vez me colgó…"--y no pudo evitar reír de lo eficiente que era su amigo, mira que tener tiempo para encontrar esposa mientras visita a su madre, y una muy hermosa por cierto, ahora se moría de curiosidad.

En el hospital.

En la habitación 5 suena la notificación de un mensaje

*Señor Miller

>>Café risotto 10am<<

Irene revisa la hora.—"Que?? Pero si ya solo faltan 30 mnts, no pudo avisar con mas anticipación. Ash!!!"—se pone lo primero que encuentra en la pequeña maleta que trajo de casa y se aplica el mínimo maquillaje solo en sus pestañas y labios y sale como alma que lleva el diablo, gracias a Dios que el café estaba solo a dos cuadras, se detiene en la esquina y toma aire.

"Uff, definitivamente hacer ejercicio no es lo mío"—se acomoda el cabello y su vestido, se mira en el cristal que tiene en frente—"No podía hacer más con tan poco tiempo."—se encoje de hombros y sin más entra al café.

Sentado en una esquina está el, tan imponente, guapo y elegante.

"Es el hombre más guapo que eh visto, y no es que allá visto tantos"—pensó Irene mientras se acerco para saludarle.

"Buen día señor Miller"—dijo Irene alegremente.

"Llega tarde".—dijo fríamente.

A Irene le dieron escalofríos y miró su reloj de mano.

"Pero apenas son las 10:05am"—dijo poniendo cara de afligida.

"Que no vuelva a pasar, no lo tolerare."

"Es su culpa por no avisarme con más tiempo" –murmuro para si misma.

"Disculpe?"—entrecerró los ojos.

"No dije nada, tendré más cuidado la próxima vez, lo siento."—después de todo ahora le debía mucho no debería quejarse.

"Y dígame, que puedo hacer por usted, puedo hacer lo que sea.!!"—ella era una chica alegre, honesta y muy hermosa.

"En ese caso, nos casaremos a fin de mes".—y le entrego un sobre amarillo.

Irene sintió que le cayó un balde de agua fría mientras sacaba del sobre un documento que decía.

CONTRATO .

1- Deben vivir juntos y compartir habitación durante un periodo de 2 años.

2- Deberá dar a luz al hijo legitimo de la familia Miller y entregarlo.

3- Asistirá a eventos y galas sin objeción.

4- No compartir con nadie absolutamente nadie la existencia de este contrato.

5- Si rompe el acuerdo de confidencialidad deberá pagar una multa por el doble de su recompensa.

Recompensa >>500 millones<<.

Bruno solo observaba las diferentes expresiones que Irene hacía y pudo notar lo hermosa que era, tenía piel blanca como la nieve, ojos grandes color avellana que le sentaban muy bien con su ondulada melena espesa pelirroja, media 1.60 y era delgada pero muy sexi, aunque ella parecía no darse cuenta de eso.

El sabía que debía controlar su temperamento, no quería asustarla y que ella se negara, también la necesitaba para poder tomar el mando de la empresa pero el no iba dejar que ella se diera cuenta de eso jamás.

"Y bien?"—fue Bruno quién rompió el silencio, mientras Irene se mordía el labio inferior y lo miraba sorprendida.

"Yo, mmm no se que decir."

"Solo firme el documento y nos casaremos a fin de mes como le dije."

"Y si digo que no?"

"Retiraré el dinero que puse en la cuenta del hospital."

"Comprendo".—dice Irene afligida.—"pero apenas tengo 19 años, y si me voy con usted quien cuidara de mi madre? Y sin mencionar que no lo conozco, como puedo confiar en usted?"

"Eso no pareció molestarle cuando pague su cuenta."— dijo el con sarcasmo.

"Eso fue porque estaba desesperada, pero jamás e aceptado nada que no me allá ganado."—se defendió—"Yo no soy así."

"También estoy desesperado, hago esto solo por negocios, véalo de ese modo."

"Cómo pueden ser solo negocios si asta hay un bebé de por medio, y quiere que lo abandone cuando se cumplan los dos años, será apenas un bebé como puede ser tan desalmado??"—

"Usted siempre será su madre, no la alejaré de el, podrá verlo, pero no podrá llevárselo, deberá quedarse a cumplir su deber como mi próximo sucesor."

"Puedo al menos pensarlo un poco?"

"Tiene dos días."—se pone de pie y en un movimiento elegante se pone su chaleco.—"Asta entonces"—y se va sin siquiera dedicarme una mirada.

"Pero que grosero."—piensa enfurruñada.

Después de valorar por un largo rato los pros y contras de ese contrato que aquel desconocido le ofreció Irene pidió una pluma al mesero, que tenía para perder, estaba sola en el mundo, solo tenia a su madre quien hace mucho estaba en coma.

"Firmare!"—pensó en voz alta y firmo el papel.

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