”No sé si pueda”, murmura ella mientras mira a su pierna lastimada.

La tomé de las caderas y la muevo mientras empujo mi miembro en su interior de vez en cuando. Su boca se abre mientras un nuevo orgasmo la comienza a invadir.

La pego contra mi pecho mientras ella sube y baja sobre mi polla. Se me escapan unos gruñidos cada vez que ella baja hasta la base de mi miembro.

“Oh, Damien”. Ella cierra los ojos con fuerza y echa la cabeza hacia atrás mientras su coño aprieta mi polla y me deslecha hasta que mi semilla gotea fuera de su cuerpo.

Ella colapsa sobre mí y pega su cabeza contra mi pecho mientras su respiración agitada se mezcla con la mía. Ella levanta la mirada para verme a través de sus grandes pestañas.

Ya conocía la pregunta que estaba en la punta de su lengua. Quería quedarse aquí y olvidarse del mundo, aunque solo fuera por un rato.

La pregunta ni siquiera sale de sus labios y vuelve a caer por su garganta porque ya sabía la respuesta. La vocecita que me llamaba le habí