Neah

"Es que…". Murmura Nyx. "¿Son lobos?".

Ella sonaba tan confundida como yo.

Todos estábamos seguros. Se suponía que eran híbridos. Pero dos pequeños lobos negros se dirigen hacia el Omega, que está llorando y quejándose.

"¡Chicas, paren!". Dane se pone delante del Omega mientras yo me quedo pegada al sitio. No tenían ni dos semanas pero actuaban como si llevaran meses en el mundo.

La sangre goteaba de sus caras mientras sus pies se quedaban quietos. Se apresuran a enseñar los dientes y se acercan arrastrando los pies, hombro con hombro. Si no fuera por sus ojos, no podría distinguirlos.

Son idénticos, incluso hasta la línea de pelo que les recorre la columna vertebral.

Cuanto más los miraba, más me daba cuenta de que parecían ligeramente diferentes a otros lobos. Sus narices son un poco más largas y sus colas un poco más cortas. Tal vez era porque eran cachorros.

Los ojos azules de Aderyn se dirigen hacia mí. Usando su hombro, le da un codazo a Willa, y muy lentamente, se a