Neah

“Mi papi dijo que no eres como yo”, murmura Dorothy con la cara arrugada mientras garabatea.

Damien había vuelto y estaba en la oficina con Dane. Raven había venido a buscarnos, pero ahora se movía de un lado a otro, mordisqueando el respigón.

La miro con sospecha mientras Dorothy sigue haciéndome preguntas.

“No, Dorothy, no soy como tú. Soy como Damien”.

“¿Como papi?”.

Asiento con la cabeza mientras ella arruga la cara. Hasta donde sé, Damien no le había contado que era un licántropo.

“Raven”.

Ella se congela y me mira. “No puedo hablar de ello”, me murmura.

“¿Viste… viste a Salem?”. Todavía me preocupaba que nadie lo hubiera visto. Quizás alguien lo había matado y ya no tendría que lidiar con él de nuevo. Eso sería un milagro.

“No”, responde ella a la velocidad de la luz.

“¿Quién es Salem?”, pregunta Dorothy desde la mesa de la cocina.

Ella estaba ocupada garabateando, pero es obvio que estaba escuchándonos.

“No necesitas preocuparte por esto”. Le sonrío.

Raven me