Seis meses después.

Neah

Miro el reloj mientras los gritos resuenan en el dormitorio. Le doy un codazo a Dane, pero él no se mueve. Está tumbado en la cama y no se mueve ni siquiera cuando aumentan los llantos de los gemelos.

Me levanto de la cama y camino lentamente hacia sus cunas. Ni siquiera sé por qué me muevo con cuidado en este momento. Ellos ya están despiertos, solo Dane estaba durmiendo.

En cuanto los estrecho entre mis brazos, se me salen las lágrimas. Me acomodo en el gran sillón frente a la ventana mientras los dos niños se acurrucan en mí. Los abrazos hacen que las noches en vela merezcan la pena.

Pero yo seguía observando.

Cada noche que estaba despierta y sola con los niños, me encontraba observando el terreno. Esperando.

Habían pasado casi nueve meses desde que vimos a Salem y seis desde que se supo que había alguien que se parecía a mí.

Damien y Raven volvían a menudo a la ciudad para buscar a Jenson y a la mujer, aunque nunca volvieron a verlos.

Debería