Capítulo 4

BETSABE LOMBARDO

El fin de semana paso rápido, no negare que me quede cautivada por mi jefe; era el hombre mas apuesto que había conocido en toda mi vida, y en serio que quede hipnotizada con sus ojos color azul como el mismo cielo. Así que como toda mujer curiosa y capaz de investigar sobre lo que le interesa, me puse abuscar en internet sobre Dorian Russo, y ¿Que creen? Encontré una variedad de informaciones que en serio me decepcionaron. ¿Porque? Ni idea ni me interesa averiguarlo.

Dorian Russo, flamante joven multimillonario y soltero mas codiciado fue visto el fin de semana pasado acompañado de una señorita ingresando a uno de sus hoteles. Como bien sabemos el joven empresario no es de relaciones y es conocido por sus innumerables salidas con di1ferentes tipos de mujeres.

Sera que algún día nuestro querido Dorian sentara cabeza...

Y yo que decía que en mi país los periodistas escribían cagadas para informar ¡JA! Me equivoque y grande, aquí también escriben porquerías. Al menos sabemos que es mujeriego y algo me dice que será un verdadero dolor de cabeza como jefe.

***

¡LUNES! Hoy empiezo mi primer día de trabajo. Son las cinco en punto de la mañana, terminando de prepararme para ir a alistar el traje de mi queridísimo jefecito. En serio necesita que le prepare la ropa, me decepciona semejante monumento de hombre y que no pueda alistarse solo.

Salgo de mi departamento camino al estacionamiento para subir al vehículo de la empresa y dirigirme rumbo al pen-house de mi jefe. Una vez allí quedo impresionada por lo enorme que es. Aquí vivirían unas diez o veinte familias. ¿Porque querría una casa tan grande si vive solo? En fin; antojos de ricos.

Llego en la entrada y doy mis datos al hombre deseguridad que se encuentra en la entrada de la residencia, me adentro por el pasillo observando todo a mi paso. Una vez estando dentro de la casa me encamino al closet de mi jefe que no se donde m****a esta, pero imagino que estará arriba. Tengo que dejar todo preparado antes de que despierte o regrese, no se, solo se que el no debe encontrarme en la casa según recomendación de Alanna así que me puse manos a la obra.

Una vez termine de preparar el traje que utilizara hoy, me encamine a la cocina a preparar el desayuno. Grande fue mi sorpresa cuando encontré a una señora de unos 50 años cocinando.

-Buenos días. - salude ingresando a la cocina

-Buenos días, ¿Usted debe ser la nueva asistente de mi niño? – pregunta la anciana con ternura

-Pues si, ¿Creí que tenia que preparar el desayuno y la cena?

- ¡Ay no mi niña! Yo me encargo de ello. No te preocupes. - me responde con una sonrisa

-Pues el señor Russo me había dicho que me encargaría de ello, es por eso mi confusión.

-Que raro, porque soy la única que se encarga de ello aquí en la casa.

-En ese caso me retiro, ya le dejé todo preparado el traje. Un placer conócela señora...

-Fionna. Mi nombre es Fionna.

-Betsabe Lombardo. - le estreché mi mano y me despedí.

Llegue a la empresa muy temprano, hoy le preguntare al jefe si debo o no debo prepararle el desayuno, porque me caga tener que levantarme tan temprano. Igual desde mañana planteare prepararle el traje por las noches así al día siguiente me ahorro ese trabajo.

Empecé a organizar el horario de mi jefe, citas, reuniones y demás cosas, cuando escucho el sonido del ascensor. Por el veo que sale mi apuesto jefe y Jesús; en serio ¿Tiene que tener ese ceño fruncido todo el tiempo?

Me dispongo a ir detrás de el para empezar mi trabajo.

-Buenos d....- no termine cuando fui interrumpida por el.

- ¿Se puede saber porque m****a no preparo mi desayuno como deje estipulado el viernes?

Me sorprendí, realmente me quede sin voz porque no entendía que podría responder cuando no hice nada malo. Cuando iba a hablar me volvió a interrumpir.

-Te estoy hablando señorita como sea que te llames. - abrí mi boca y lo volví a cerrar, pues que se creía este hombre.

-Antes que nada, buenos días señor Russo. Permítame aclararle el gran malentendido. Yo me presente a su casa y le deje todo listo lo que lleva puesto. - haciendo referencia su traje. - Cuando baje a la cocina.... - y me volvió a interrumpir el hijo de puta este, acaso no puede esperar a que termine de hablar?

- Decidiste no hacerlo y venir aquí. – exclama iraundo. Hice uso de toda mi cordura para no gritarle a la cara como tengo costumbre.

- Como decía, encontré a una señora cocinando, la cual me dijo que ella es la única que se encarga del desayuno y la cena. Así que sin problema alguno podemos comunicarnos con la señora. - Creo que no supo mas que decir porque automáticamente me cambio de tema.

-Mi horario por favor. – Estupido, engreído y sexi hombre bipolar.

-A las nueve de la mañana tiene una Reunión con todos los gerentes de la empresa, a las doce del medio día tiene un almuerzo con el Señor Thompson y a las dos de la tarde vendrá el señor Alexander de la empresa Maxwell & Asociados.

-Perfecto. Puedes retirarte.

- Señor una cosa mas, puedo colocarle bien la corbata, esta mal hecha. - viendo como realizo un nudo ni que fuera un niño. Se quedo observándome con intensidad, tanto que me sentí incomoda.

-Si; adelante. – contesta, poniéndose de pie. Me acerqué y empecé a realizar un nuevo nudo dejándole mas decente. Siempre se lo hacia a mi padre y pues yo debía aprender ya que mi uniforme de colegio requería de uno.

-Mi madre me dijo que esto implica ser asistente, ayudar en lo que sea cuando el jefe no se percata por la infinidad de trabajos que tiene. - me dio un asentimiento de cabeza y me retire.

Una vez en mi cubículo, me dispuse a trabajar, y bien que me pase a trabajar, porque el señor se encargo de hacerme saber. A parte de mandarme a traer su almuerzo, y advertirme que debo prepararle la cena.

Llegada la hora, me acerqué a la oficina, di unos golpes, pero nadie respondía. Volví a tocar, pero nuevamente pareciera que nadie había dentro y no quería retirarme sin avisar porque al señor se le ocurrió imponerme avisar mi salida. Así que decidí volver a tocar una ultima vez y nuevamente me ignoro, motivo por el cual ingrese a revisar; por si le paso algo o si ya se marcho, pero grande fue mi sorpresa cuando lo vi desnudo con una mujer. Creo que quedo quedó asustado cuando se giro a verme o vergüenza o que se yo.

- No sabes tocar la puerta estúpida. - me grito el puto este.

-Disculpe, me retiro. - realmente estaba avergonzada, en serio no sabia donde meter mi cara. ¡Dios! Trágame tierra y escúpeme el otro lado del mundo.

Sali corriendo de la empresa directo a su pen-house. Quería terminar antes de que el terminase su momento sexual. IU! ¡ME DIO COSITAS!

Me dispuse a preparar dos trajes, por si se le ocurría salir y después me dirigí a la cocina a preparar una rica cena. Cuando estaba colocando la mesa para el señor, escuche la puerta cerrarse, alce la vista y me percate que el señor acaba de llegar. Llego donde yo estaba con una cara de pocos amigos.

-Señorita, lo que haz visto no es lo que parece. - ¡Ja! pues yo si se lo que parece porque vi todito.

-No se preocupe, yo no vi nada señor Russo. - respondí seca, no me apetecía una discusión en estos momentos-- La cena ya está servida, si me disculpas yo me retiro.

Este hombre era sexy, atractivo, no obstante, todo eso se desvanecía con su mirada fría y tono arrogante. Y lo que menos quería en este momento era perder mi trabajo y ser un gasto para mis padres al tener que volver a mi país. Por ello trataba de hacer mi trabajo a la perfección, y de hoy en mas hare todo lo relacionado para evitar contacto alguno con el para mi paz mental y las de mis bragas.

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