Una semana había pasado desde la fuga de Sebastián.Alan había sido astuto, les había pedido a sus sicarios que escondieran el cuerpo de su hermano en un lugar donde nadie jamás pudiera encontrarlo.Una vez que los hombres le habían confirmado que su trabajo estaba terminado, hizo lo que cualquier hermano haría.Hablar públicamente de la desaparición de su hermano mayor, con una expresión de angustia y de dolor, que nadie dudó ni por un segundo de que no fuera real.Las noticias de la desaparición del Heredero de Industrias Aller S.A. tomó relevancia rápidamente.Sebastián nunca había sido un hombre al que le gustase mostrar su rostro en público, pero rápidamente la gente se interesó por el caso, y nadie hablaba de otra cosa más que del empresario joven desaparecido de la noche a la mañana.Nadie entendía porque, no parecía haber una explicación razonable. El hombre no parecía tener enemigos, ya que era de perfil bajo.La policía supo desde el primer momento que tenían un caso complic
Un mes pasó para ser exactos.Sebastián pudo recuperarse de la herida de bala de su pierna, que ahora solo era un círculo rosado que le recordaba lo miserable de su vida actual.Su barba ahora había crecido, como una máscara que ocultaba su identidad, los anteojos de sol tapaban su rostro de día y de noche y su gorra siempre lo acompañaba.En su cuarto de hotel de 1 estrella entrenaba varias horas al día, el deseo de matar a su hermano le daba las energías suficientes para no rendirse.Miró el almanaque de plástico que había comprado, ya que no usaba teléfono ni ningún dispositivo y supo que había llegado el día para llamar a Erik.Cruzó la calle hacia la cabina del teléfono público y marcó el número de su único amigo.-Erik…-Hola amigo- dice el joven, ahora más tranquilo.-¿Has hecho lo que te pedí?-Si Sebas-¿Y? ¿Qué encontraste?-Si está viva, ha cambiado su identidad, porque ha desaparecido del mapa, no he encontrado ninguna información de ella, lo siento.Sebastián apoyó su ros
-¡Ahhh!- gritó Helena, cerrando los ojos con fuerza cuando sintió la contracción.-¡Respira profundo Helena ya casi llegamos al hospital!- suplicó David, aún más nervioso que ella.La joven obedeció y respiró profundo varias veces tratando de calmarse.¡Pero es que su niña nacería en cualquier momento!-¡Acelera David acelera! ¡No quiero que nazca aquí!- sollozó como la madre primeriza que era.Helena estaba asustada, había tratado de no pensar mucho en este día, porque cada vez que lo hacía un miedo la invadía, nunca había tenido una madre que le contara todo lo necesario que debía saber del embarazo y del parto y tampoco de la crianza, así que simplemente estaba dejándose llevar por el instinto.Agradecía a David por haber hecho el papel de “Padre” lo mejor que pudo, aunque la pelirroja no pudo evitar sentir angustia al saber que estaría sola de ahora en más.“Por un momento pensé que realmente Sebastián sería el padre de mi niña” Pensó con angustia, pero el pensamiento intrusivo rá
-¿Cómo está tu hermano?- preguntó la madre del CEO.-No quiero hablar de ese hombre- sentenció con desprecio el joven- ¿pero sabes qué?- exclamó mirando con intensidad a su madre- Más allá de todo lo que hizo, él ha sido el único que ha sido sincero conmigo.La madre de Sebastián se mordió con fuerza el labio inferior, siempre se había preguntado cómo sería el momento en que tuviera que enfrentar a sus hijos con la verdad, lo había pateado tantos años y cada vez se hacía más difícil y ahora estaba ahí y no sabía cómo enfrentarlo.-Realmente me gustaría contarte mi verdad- exclamó con suavidad.-No sé qué excusa tienes, pero no creo que sea suficiente para perdonarte.-No espero que lo hagas cariño, solo quiero que sepas la verdad, te lo debo.Sebastián no contestó, mirando su tumba en silencio.-¿Qué tal si vamos a mi casa y charlamos? Luego si no quieres verme nunca más lo entenderé.-No puedo- exclamó levantándose del césped- Debo hacer algo…-Hijo.. ¿Qué vas a hacer?- preguntó preo
Sebastián se aferró al sillón, casi clavando sus dedos en el mueble y atravesando la tela, sentía que su corazón saldría de su pecho en cualquier momento.Estaba viendo fijamente con sus ojos oscuros a los ojos cansados y viejos de su madre, quien estaba por contarle la versión de su historia.“¿Estás seguro de que quieres saber la verdad?” Le dijo la voz de su cabeza“Sabes qué puede doler y no ser lo que te imaginas”La mujer finalmente suspiró, lista por contar toda la verdad, y Sebastián sintió que se moriría ahí, pero no podía mostrarse vulnerable frente a esa mujer que decía ser su madre, ella no se lo merecía, tenía que demostrar por fuera que era indiferente.-El matrimonio con tu padre fue arreglado por los padres de ambos- comenzó a decir la señora.Sebastián se rió con ironía.-Te odiaría aún más si hubieses dicho que te casaste con él por amor- exclamó cruelmente.La mujer no dijo nada, entendía a su hijo mayor, sabía el dolor que tenía en su corazón.-Nunca quise a tu pad
Katlyn esperó paciente a que Alan se fuera de la casa para ir a su empresa, sentía el sudor correr por su frente y en las palmas de sus manos que no paraba de frotar con nerviosismo, lo había planeado durante días, necesitaba hablar con Helena, no iba a poder soportar una noche más de insomnio con la culpa dando vueltas en su cabeza.Esperó una hora más desde que su esposo por obligación se fue de la casa, tratando de ser precavida y que no sospechara que estaba a punto de escaparse por un rato.Gracias a una de sus amigas, a quien tuvo que inventarle una excusa tonta para que no sospechara, logró conseguir el domicilio actual de la pelirroja. Lo anotó en un papel y borró el mensaje, deshaciéndose de cualquier prueba que Alan pudiera tomar en su contra.Con su barriga ahora más grande, unos anteojos de sol que le cubrían casi toda la cara y una gorra deportiva, se dirigió al centro de la ciudad, tomando varios taxis para confundir a cualquiera que la pudiese estar siguiendo, hasta fin
-¿Estás bien? ¿Quién era esa mujer?- exclamó David saliendo del cuarto y acercándose a su amiga, quien se estaba sosteniendo de la mesita ratona para no caer al suelo.-Llévame a la clínica- sentenció la pelirroja, apenas pudiendo respirar por el shock.-¿Te hizo daño? Voy a llamar a la policía--No, llévame a la clínica, necesito hacer un análisis.David no dijo ni preguntó más nada, pudo ver en el rostro de su amiga que hablaba enserio. Luego le pediría los detalles mientras manejaba hacia la clínica.-Voy a preparar el coche, te espero abajo- exclamó y salió corriendo del departamento.Helena se levantó como pudo, apenas sosteniéndose de los muebles que aparecían en su camino hacia la habitación.Se tiró al suelo, justo al lado de su cama y sacó la bolsa que siempre había llevado consigo. Ahí dentro estaban las pruebas del delito, de las que jamás se había podido deshacer.Y por suerte, porque ahora con ellas iba a saber la verdad.La guardó en su bolso y fue hasta la habitación de
-Hele… ¿Me oyes?La pelirroja escuchó la voz inconfundible de David muy lejos de ella, como si estuviera del otro lado de un túnel.-¿Dónde…?- apenas pudo decir, sintiendo un fuerte dolor de cabeza que nacía desde su frente.-Todavía estamos en la clínica, te desmayaste- exclamó el joven, quien miraba preocupado a su amiga que estaba semiinconsciente en una camilla de hospital.Poco a poco la joven pudo abrir los ojos, al principio le incomodó la luz blanca y molesta de la habitación, pero cuando pudo enfocar la vista movió su cabeza hacia un lado y se encontró con el rostro preocupado de David, quien sostenía a su bebé.Instintivamente Helena estiró sus brazos, pidiendo agarrar a su hija.Con cuidado, David le acercó a la bebé que estaba dormida y la acurrucó al lado de su amiga, quien la abrazó posesivamente, porque sabía que ahora, más que nunca, tenía que ser fuerte y proteger a esa bebé de ese monstruo que era en realidad el padre de su niña, ya no más desmayos, ya no más llanto