-¡Ahhh!- gritó Helena, cerrando los ojos con fuerza cuando sintió la contracción.-¡Respira profundo Helena ya casi llegamos al hospital!- suplicó David, aún más nervioso que ella.La joven obedeció y respiró profundo varias veces tratando de calmarse.¡Pero es que su niña nacería en cualquier momento!-¡Acelera David acelera! ¡No quiero que nazca aquí!- sollozó como la madre primeriza que era.Helena estaba asustada, había tratado de no pensar mucho en este día, porque cada vez que lo hacía un miedo la invadía, nunca había tenido una madre que le contara todo lo necesario que debía saber del embarazo y del parto y tampoco de la crianza, así que simplemente estaba dejándose llevar por el instinto.Agradecía a David por haber hecho el papel de “Padre” lo mejor que pudo, aunque la pelirroja no pudo evitar sentir angustia al saber que estaría sola de ahora en más.“Por un momento pensé que realmente Sebastián sería el padre de mi niña” Pensó con angustia, pero el pensamiento intrusivo rá
-¿Cómo está tu hermano?- preguntó la madre del CEO.-No quiero hablar de ese hombre- sentenció con desprecio el joven- ¿pero sabes qué?- exclamó mirando con intensidad a su madre- Más allá de todo lo que hizo, él ha sido el único que ha sido sincero conmigo.La madre de Sebastián se mordió con fuerza el labio inferior, siempre se había preguntado cómo sería el momento en que tuviera que enfrentar a sus hijos con la verdad, lo había pateado tantos años y cada vez se hacía más difícil y ahora estaba ahí y no sabía cómo enfrentarlo.-Realmente me gustaría contarte mi verdad- exclamó con suavidad.-No sé qué excusa tienes, pero no creo que sea suficiente para perdonarte.-No espero que lo hagas cariño, solo quiero que sepas la verdad, te lo debo.Sebastián no contestó, mirando su tumba en silencio.-¿Qué tal si vamos a mi casa y charlamos? Luego si no quieres verme nunca más lo entenderé.-No puedo- exclamó levantándose del césped- Debo hacer algo…-Hijo.. ¿Qué vas a hacer?- preguntó preo
Sebastián se aferró al sillón, casi clavando sus dedos en el mueble y atravesando la tela, sentía que su corazón saldría de su pecho en cualquier momento.Estaba viendo fijamente con sus ojos oscuros a los ojos cansados y viejos de su madre, quien estaba por contarle la versión de su historia.“¿Estás seguro de que quieres saber la verdad?” Le dijo la voz de su cabeza“Sabes qué puede doler y no ser lo que te imaginas”La mujer finalmente suspiró, lista por contar toda la verdad, y Sebastián sintió que se moriría ahí, pero no podía mostrarse vulnerable frente a esa mujer que decía ser su madre, ella no se lo merecía, tenía que demostrar por fuera que era indiferente.-El matrimonio con tu padre fue arreglado por los padres de ambos- comenzó a decir la señora.Sebastián se rió con ironía.-Te odiaría aún más si hubieses dicho que te casaste con él por amor- exclamó cruelmente.La mujer no dijo nada, entendía a su hijo mayor, sabía el dolor que tenía en su corazón.-Nunca quise a tu pad
Katlyn esperó paciente a que Alan se fuera de la casa para ir a su empresa, sentía el sudor correr por su frente y en las palmas de sus manos que no paraba de frotar con nerviosismo, lo había planeado durante días, necesitaba hablar con Helena, no iba a poder soportar una noche más de insomnio con la culpa dando vueltas en su cabeza.Esperó una hora más desde que su esposo por obligación se fue de la casa, tratando de ser precavida y que no sospechara que estaba a punto de escaparse por un rato.Gracias a una de sus amigas, a quien tuvo que inventarle una excusa tonta para que no sospechara, logró conseguir el domicilio actual de la pelirroja. Lo anotó en un papel y borró el mensaje, deshaciéndose de cualquier prueba que Alan pudiera tomar en su contra.Con su barriga ahora más grande, unos anteojos de sol que le cubrían casi toda la cara y una gorra deportiva, se dirigió al centro de la ciudad, tomando varios taxis para confundir a cualquiera que la pudiese estar siguiendo, hasta fin
-¿Estás bien? ¿Quién era esa mujer?- exclamó David saliendo del cuarto y acercándose a su amiga, quien se estaba sosteniendo de la mesita ratona para no caer al suelo.-Llévame a la clínica- sentenció la pelirroja, apenas pudiendo respirar por el shock.-¿Te hizo daño? Voy a llamar a la policía--No, llévame a la clínica, necesito hacer un análisis.David no dijo ni preguntó más nada, pudo ver en el rostro de su amiga que hablaba enserio. Luego le pediría los detalles mientras manejaba hacia la clínica.-Voy a preparar el coche, te espero abajo- exclamó y salió corriendo del departamento.Helena se levantó como pudo, apenas sosteniéndose de los muebles que aparecían en su camino hacia la habitación.Se tiró al suelo, justo al lado de su cama y sacó la bolsa que siempre había llevado consigo. Ahí dentro estaban las pruebas del delito, de las que jamás se había podido deshacer.Y por suerte, porque ahora con ellas iba a saber la verdad.La guardó en su bolso y fue hasta la habitación de
-Hele… ¿Me oyes?La pelirroja escuchó la voz inconfundible de David muy lejos de ella, como si estuviera del otro lado de un túnel.-¿Dónde…?- apenas pudo decir, sintiendo un fuerte dolor de cabeza que nacía desde su frente.-Todavía estamos en la clínica, te desmayaste- exclamó el joven, quien miraba preocupado a su amiga que estaba semiinconsciente en una camilla de hospital.Poco a poco la joven pudo abrir los ojos, al principio le incomodó la luz blanca y molesta de la habitación, pero cuando pudo enfocar la vista movió su cabeza hacia un lado y se encontró con el rostro preocupado de David, quien sostenía a su bebé.Instintivamente Helena estiró sus brazos, pidiendo agarrar a su hija.Con cuidado, David le acercó a la bebé que estaba dormida y la acurrucó al lado de su amiga, quien la abrazó posesivamente, porque sabía que ahora, más que nunca, tenía que ser fuerte y proteger a esa bebé de ese monstruo que era en realidad el padre de su niña, ya no más desmayos, ya no más llanto
Helena se encontraba en el asiento trasero de un taxi en dirección a la empresa Industrias Aller S.A.Estaba frotando sus manos sudorosas por los nervios sobre sus piernas, mirando como poco a poco se iba acortando la distancia hacia su destino.“No puedo creer que esté vivo, hasta que no lo vea no lo voy a creer” Pensó mientras se reía nerviosa.Miró los edificios iluminando la noche de la parte más cara de la ciudad que pensó que nunca más pisaría para no tener que recordar el peor y mejor momento de su vida. sintió un vuelco en su estómago al ver el edificio Aller acercarse en el horizonte.Tomó su celular con sus manos temblorosas y abrió el chat de David, tenía que dejarle un mensaje por si despertaba y se encontraba con que no estaba por ningún lado. No quería que pensara que había abandonado a su familia dejándosela a él y menos que llamara a la policía, Sebastián le había pedido discreción.“David, sé que no vas a creerme, pero Sebastián está vivo y quiere verme en su oficina,
Alan arrastró a Katlyn hasta el ascensor y subieron hasta el último piso, donde estaba la oficina privada que había sido de su hermano mayor y que pronto sería suya cuando naciera su hijo varón y pudiera cobrar toda su herencia y por lo tanto todos los patrimonios que había dejado su difunto hermano. Katyln se apoyó en el espejo más lejano en el ascensor, alejándose lo más que pudo de Alan. -No sé qué estás planeando Cariño, pero por favor no sigas… -Que me digas cariño ya no tiene ningún efecto en mí, ya no me tienes a tus pies. -¡Alan ya lo tienes todo! Me tienes a mí, tienes a tu heredero y toda la empresa de tu familia ¡Detente!- suplicó -Cállate- sentenció el hombre, mirando su reflejo en el espejo. Se había puesto su mejor traje que se ajustaba perfectamente a su espalda triangular y a su estrecha cintura, con pantalones de pinzas y una camisa, todo del mismo color negro, al igual que sus ojos y su cabello. Se agachó y se lustró con un pañuelo sus brillantes zapatos de cu