Espero que hayan disfrutado el capitulo <3
Sebastián tomó el cobertor y con suavidad cubrió a ambos, no habían dicho nada luego de haberse entregado a la intimidad. Pero el CEO ya estaba decidido a que esa noche dormiría con Helena y que sería lo primero que vería por la mañana, no tenía en mente ninguna otra cosa. Los reproches y pedidos de explicación de Katlyn podrían esperar a mañana.-Emmm, ¿Podrías alcanzarme mi ropa?- preguntó avergonzada la pelirroja, cubriéndose hasta el cuello con la tela. La excitación y el éxtasis se habían esfumado y sus inseguridades volvieron a abrumarla.Sebastián sonrió comprensivo y le alcanzó la ropa, que la joven se colocó debajo del cobertor. El joven quiso reír divertido y exclamar en voz alta que ya la había visto como Dios la trajo al mundo que no era necesario que se cambie cubriéndose, pero comprendió que su secretaria era tímida, no como muchas otras mujeres que había conocido, y eso lo enamoraba aún más.-Es que… es la primera vez que estoy en una situación así- se excusó Helena.Se
El sol se ocultó y la luna se hizo dueña del cielo cuando Katlyn no pudo resistirlo más, marcó el número de teléfono que tenía en una tarjeta de presentación, una que su amiga, quien había soportado sus llantos constantes por la indiferencia de su marido, le había entregado, recomendándole un investigador privado, el que ella misma había usado para su propio matrimonio. La rubia había guardado la tarjeta solo “Por si acaso”, no había pensado utilizarla hace unos meses, realmente no lo creía capaz de hacerle algo así, pero el Sebastián que conocía, el obediente y que estaba cegado de amor por ella ya no existía. Algo ocultaba y aunque le doliera descubrir la verdad no podía quedarse de brazos cruzados. El hombre, quien era un experto en atrapar esposos infieles, no le costó mucho investigar los movimientos de Sebastián. Alegando que “Los hombres no suelen ser muy buenos ocultando sus secretos” y efectivamente tenía razón. -Entró a un departamento en un lindo edificio en el centro de
-Sebastián, quiero que me hagas el amor.El joven CEO jamás se había sentido tan nervioso como en ese momento. Había estado con tantas hermosas y despampanantes mujeres, pero ninguna la había visto como lo estaba haciendo Helena en ese momento.Sus ojos celestes como mares en calma, ahora habían perdido casi todo su color, sus pupilas se habían agrandado hasta dejar sus ojos casi por completo del color de la noche, era una mirada llena de deseo que hizo temblar de éxtasis al joven. Sintió el calor recorrer su cuerpo y se relamió sus labios secos que suplicaban ser devorados.No pudo esperarlo más, la pelirroja no tenía que repetirlo, había esperado ese momento por meses, hubiese sido capaz de resistir mucho tiempo sin hacerle el amor, hasta que Helena estuviera lista. Pero si su secretaria lo pedía ahora, entonces iba a tener todo de él en ese mismo momento.El CEO selló el espacio entre ellos en un beso bestial, sus dientes se chocaron, sus bocas se hicieron una y sus lenguas se acar
Katlyn parecía un animal enjaulado dentro de la mansión que compartía con su esposo prófugo, habían pasado horas desde que el detective le había dicho que Sebastián había entrado a un departamento que claramente no era uno de los que tenía a nombre suyo.Se estaba haciendo de madrugada cuando su teléfono sonó, la rubia no esperó ni un segundo para atender.-Dime que tienes novedades- sentenció casi como una amenaza, sintiendo que una gota de sudor bajaba desde su frente.Escuchó al hombre carraspear antes de decirle lo que había averiguado.-Estuve averiguando a nombre de quien estaba el departamento…- hizo una pausa que para Katlyn fue una eternidad- Helena Deluna ¿Le suena?- Katlyn no contestó, quedando completamente sin habla- ¿Hola, me escucha?-SI…- Apenas pudo decir-Por lo que pude investigué de la mujer, fue secretaria de su esposo por unos meses.“Oh sí, claro que lo sé”La rubia apretó con fuerza el aparato que tenía apoyado en su oído, lo partiría en cualquier momento si n
Sebastián arrancó rápidamente con su coche, rompiendo el límite de velocidad, y no solo porque quería llegar cuanto antes para corroborar que Katlyn estuviera bien, sino porque quería terminar con eso rápido, para volver con Helena antes de que despierte. No había tenido tiempo de dejarle una nota, ni siquiera se le había pasado por la cabeza, pero ya tendría tiempo para explicarle.Entró de un portazo a la mansión, esperando encontrar en el suelo del hall la peor escena, Katlyn desmayada o peor aún, muerta. Pero no la vio por ningún lado.-¿Amor?- preguntó y su voz hizo eco en la gran mansión, no parecía haber rastro de ella.Miró alrededor, todo parecía estar en su lugar, no había señales de que hubiesen forzado la entrada ni robado ninguno de los objetos valiosos que tenían de decoración.-¿Katlyn? ¿Estás bien?- preguntó comenzando a preocuparse de enserio.“¿Y si la habían secuestrado?” No podía descartar eso, él era un hombre importante, que podía ser amado por muchos, pero tambi
Sebastián se encontraba en el pasillo de la mejor clínica de la ciudad esperando los resultados de los análisis de paternidad. Hace tan solo unas horas no se había imaginado terminar su día de esa manera, por un momento había creído que sería un día inolvidable junto a Helena, que la despertaría con el desayuno, comerían en la cama, luego harían el amor todo el día diciendo una y otra vez cuánto se amaban. Pero no, estaba en un pasillo blanco, pulcro y con olor a limpio que lo estaba matando. No había querido volver a la casa junto a Katlyn hasta no saber la verdad, prefería estar 5 horas ahí sentado en la banqueta hasta que le dieran los papeles, y así lo hizo. Tenía la mirada de Katlyn encima de él constantemente, sin bajar la mirada un segundo, lo cual le impedía tomar el teléfono y llamar o mandar un mensaje a Helena y tampoco es que había podido pensar mucho en eso, ya que en su mente solo pasaba el hecho de que en cualquier momento un médico saldría por esa puerta y le diría
Helena no supo cuánto tiempo estuvo abrazando con fuerza sus rodillas y escondiendo su rostro entre ellas. No quería aceptarlo, no quería creer que todo ese tiempo Sebastián la había estado endulzando con sus hermosas palabras para conseguir acostarse con ella. -Maldito- murmuró con la voz quebrada “Todo esto es tu culpa por volver a confiar en la palabra de un hombre” Le dijo la voz cruel de su mente. Tenía razón, se había prometido dejar a los hombres de lado y concentrarse en lo que verdaderamente le importaba, su hermano, el único hombre que valía la pena. -Oh por Dios, Luquitas- Helena recordó que le había presentado su hermanito a Sebastián y hasta él había creído ver en el CEO amor verdadero. -Maldito manipulador- exclamó comenzando a sentir que un enojo le nacía desde dentro, justo en el mismo momento que el timbre de su casa sonó. Se levantó de golpe y con paso firme caminó hasta la puerta, abriéndola con fuerza. -¡Vete de aquí no quiero verte más!- gritó decidida a n
-¡Señor Aller! ¡No puede pasar!- Gritó la recepcionista de la empresa del hermano menor de Sebastián, quien había sido advertida de no dejar pasar al mayor de los Aller a la empresa. El hombre había quedado vetado de por vida del edificio.Pero el CEO no escuchó, ignorando completamente a la mujer, y esquivando a los guardias de seguridad que intentaron detenerlo, el odio ciego que tenía en contra de su hermano menor lo había hecho más rápido y más fuerte, burlando todos los intentos inútiles de los empleados para atraparlo.No había tiempo para esperar el ascensor, corrió por las escaleras, subiendo de dos en dos, su mente estaba desconectada, no sentía dolor en sus piernas ni que el aire apenas entraba en sus pulmones, solo quería llegar cuanto antes a matar a su hermano.No solo era por lo que había hecho con Katlyn, sino que eran años de acumular cosas, Sebastián había aguantado las actitudes crueles de su hermano por muchos años, una parte de él siempre pensaba que cambiaría, que