Helena se despertó lentamente, sintiéndose aún débil, pero con una sensación reconfortante de paz, por primera vez en mucho tiempo había podido dormir de corrido, sin interrupciones a mitad de la noche por las pesadillas que la atormentaban a diario. Al abrir los ojos, su mirada se posó en Sebastián, quien estaba dormido en la silla al lado de su cama. Una mezcla de sorpresa y gratitud llenó su corazón al darse cuenta de que él había pasado toda la noche velando por su bienestar.Sebastián se despertó sintiendo un fuerte dolor en su espalda por haber dormido en la dura silla. Observó la cama, comprobando que Helena aún estuviera ahí, encontrándose con esos ojos saltones que lo miraban con incredulidad.El CEO no recordaba en qué momento se había dormido, pero había planeado irse antes de que la pelirroja despertase. Le daba vergüenza admitir que se preocupaba tanto por ella como por ser su guardián nocturno.-Parece que me quedé dormido aquí- bromeó acomodando su traje que aún llevab
Luego del trabajo, el CEO volvió al departamento de la pelirroja. -¿Cómo te sientes?- exclamó al verla levantada. -Ah muy bien- mintió la muchacha -Yo no te veo muy bien. -Bueno gracias- exclamó poniendo los ojos en blanco. -Hablo enserio. - El CEO tomó las llaves de su auto de la mesa- Busca un abrigo, te llevo a la clínica. -No va a ser necesario. -No fue una pregunta. Helena suspiró derrotada, Sebastián podía ser cabeza dura cuando quería. Mientras se encontraban en la sala de espera, aguardando a que la joven embarazada sea llamada por la médica, ambos se mantuvieron callados mirando sus propios pies. No sabían de qué hablar, nunca habían sido muy charlatanes. -Y bien…- comenzó a decir el CEO- ¿Entonces te gusta el idiota ese? -¿Qué?- exclamó Helena saliendo de sus pensamientos- ¿A quién te refieres? -¡Al idiota ese de la fiesta! No me hagas decir su nombre- exclamó con fastidio. -¿Qué Franco?… ¿Estás celoso?- preguntó divertida. -Para nada…- respondió rápidamente mir
Luego de más de una hora dentro del Penthouse de Alan, entregándose por completo a sus deseos y a sus fetiches, finalmente el menor de los Aller había quedado satisfecho.-Hasta la próxima, mi amor- había dicho Alan, dándole una nalgada y empujándola fuera de su departamento, para luego cerrarle la puerta en la cara.Katlyn no dijo nada, simplemente se fue de ahí como si fuera un alma en pena.Entró sigilosa a la mansión, temiendo encontrarse con su esposo y que la interrogase de a donde había estado hasta tan tarde. La rubia estaba segura de que si pasaba eso no podría contenerse dos segundos antes de largar el llanto que se estaba tragando.“Seguramente Sebastián mataría a Alan por haberse aprovechado de su pobre esposa” Pensó orgullosa de su hombre.“¡De no ser porque el hijo que estás esperando no es de él!” Gritó la vocecita cruel de su cabeza.La rubia caminó sigilosa escaleras arriba, mirando con paranoia hacia todos lados. Tan solo necesitaba llegar al baño y quitarse la evide
Helena miró la hora en su celular, en cualquier momento llegaría Sebastián como habían quedado anoche, nunca se había sentido tan nerviosa, prácticamente era una cita.Su primera cita desde que había terminado la secundaria, y eso había sido hacía ya muchos años.No había tenido tiempo para eso desde entonces. Se sentía un poco grande, pero aun así estaba entusiasmada como una colegiala.Volvió a mezclar la salsa que había preparado y la probó para comprobar que estuviera condimentada correctamente.“Espero que le guste” pensó preocupada. Su comida no era del target de los manjares que podía costearse un hombre como él, pero estaba hecho con amor, aunque no sabía si eso era suficiente para él.De repente escuchó el timbre y pegó un saltito que casi hizo tirar toda la olla al suelo.“Es la primera vez que viene y no entra directamente” Pensó extrañada, volvió a sonar el timbre con impaciencia y corrió hacia el comunicador, tomando el teléfono.-¿Hola?- habló tratando de no sonar nervio
Por un momento, el mundo alrededor de Helena desapareció, dejándose llevar por las sensaciones de ese beso robado. Sebastián experimentó un torbellino de sensaciones. Había esperado tanto tiempo para besar a Helena, pero siempre había temido que ella lo rechazara y se alejara de su vida si lo hacía. Sin embargo, la conexión que sentía con ella en ese momento era tan poderosa que no pudo contenerse y no dudó en probar esos labios rosados con los que tantas veces había soñado.Los labios suaves y cálidos de Sebastián le proporcionaron una sensación reconfortante a Helena, como si finalmente hubiera encontrado un lugar seguro al que pertenecer. Pero, al mismo tiempo, una corriente de miedo recorrió su espalda, recordando todas las heridas del pasado y su temor a entregarse al amor.El CEO sintió como los labios de Helena y todo su cuerpo se tensaron, haciéndolo volver a la realidad.Rápidamente se alejó, dándose cuenta de que el beso no había sido deseado por su secretaria.-Lo siento
Pasaron varias semanas en las que Helena se acostumbró a recibir la visita de Sebastián de vez en cuando en el horario del almuerzo de su empresa. Ella lo esperaba con una rica comida casera que el CEO comía con devoción. Hasta había comenzado a notar cómo las mejillas de su jefe habían tomado con más color y hasta había subido un poco de peso, como si de repente hubiese recuperado un pedazo de vida que le faltaba, como si a su corazón de hielo solo hubiese necesitado todo ese tiempo una inyección de amor y cariño.No habían vuelto a besarse y a ninguno de los dos parecía molestarle eso, aprovechaban el tiempo conversando mientras comían, hablaban de que cosas les gustaban, cuáles eran sus sueños y todo para conocerse más. Como si estuvieran preparándose para algo en el futuro.Porque sí, Sebastián disfrutaba de las dos horas semanales con Helena, pero con el pasar de los días comenzaba a no ser suficiente, necesitaba más, necesitaba estar con ella los fines de semana, necesitaba acos
3 MESES DESPUÉS-Hola…no sé bien porque estoy haciendo este video- rió nerviosa, acomodando su cabello detrás de su pequeña oreja- Quizás es porque falta poco para conocerte y me he puesto sentimental con el tiempo- acarició su vientre de 7 meses- No estoy segura de si vas a ver esto, quizás te lo muestren cuando tengas 18- murmuró sintiendo que las lágrimas salían de sus ojos celestes, limpiándose las gotas con vergüenza- Perdón, pero tu madre es muy sensible. Aún no sé qué va a pasar contigo, estoy empezando a encariñarme no voy a mentirte, no me odies, pero mamá ha tomado malas decisiones en la vida y creo que haber firmado ese contrato es una de las buenas decisiones y aunque te extrañe horrores sé que vas a tener una vida mucho mejor de la que yo te podría dar...quizás te preguntes quién es tu padre- Helena miró sus manos sin ser capaz de mirar el lente de la cámara- Créeme cuando te digo que no vale la pena conocerlo, en cambio tu padre adoptivo… él si es un buen hombre y-y… ¡S
Sebastián levantó a Helena en sus brazos como si fuera su princesa y mientras se dirigía hacia la cama no dejaba de mirarla a los ojos, como si no hubiera nada más en el mundo que ella. Sus pupilas se habían expandido al máximo, lleno de deseo por esa mujer que lo tenía a sus pies y lo miraba desde abajo con sus grandes y redondos ojos celestes que brillaban de amor. El CEO depositó a su amada lentamente en la cama, como si temiera dañarla y la observó desde el borde de la misma, cómo la pelirroja estiraba los brazos hacia él en busca de contacto. Sebastián obedeció sentándose al lado de ella y quitando los mechones rojos del bello rostro que no debía ser tapado. -¿Estás segura?- volvió a preguntar, muriéndose de ganas de hacerlo, pero solo si ella realmente lo deseaba tanto como él. -Si- sentenció con seguridad, tomando del brazo de su jefe y haciendo que se acercara más- ¿Y tú? -No sabes cuánto- exclamó lleno de deseo, volviendo a fundirse en un beso apasionado y lleno de amor.